El Biogás se ha convertido en un aliado fundamental para el campo

Limpio, renovable, prometedor… Así es el biogás, una de las principales soluciones para una economía más sostenible y respetuosa con el campo y con nuestras sociedades. En España, el interés por este recurso ha crecido significativamente en los últimos dos años, impulsando una revolución silenciosa que abarca residuos, agricultura, ganadería, alimentación y energía. Sus frutos comenzarán a verse hacia 2025 y continuarán brotando durante la próxima década, en la que asistiremos a un cambio radical en la forma de trabajar de estos sectores.

El biogás se produce en digestores, unos depósitos en los cuales la materia orgánica se mantiene entre 20 y 30 días y es fermentada sin oxígeno por los microorganismos que la descomponen, en un proceso conocido como digestión anaeróbica. La digestión anaeróbica genera, por un lado, biogás, compuesto principalmente por metano y dióxido de carbono y, por otro, digestato o digerido, materia orgánica ya fermentada que, al estar más estabilizada, es un buen fertilizante. El biogás puede usarse directamente como combustible o puede inyectarse en la red de gasoductos, siendo equivalente a gas natural. En esta última opción, que es la más utilizada en la actualidad, previamente el biogás debe ser refinado, separándose el CO2 del metano.

AGR Biogás, la empresa pionera en Andalucía 

La explosión de nuevos proyectos de plantas de biometano en España ha sido espoleada por el inicio de la guerra en Ucrania, que disparó el precio del gas natural, atrayendo a decenas de nuevos desarrolladores. Entre ellos, destaca la empresa AGR Biogás, que con casi quince años en la promoción, desarrollo y operación de plantas de biogás fue la primera en Andalucía en ver la potencialidad de este recurso. Con una planta en funcionamiento desde 2016, ha empezado a construir en 2024 en La Calahorra (Granada) la primera planta de biometano con inyección a la red de la mitad sur de España, a la que pronto se unirá la planta en Salteras (Sevilla). AGR Biogás cuenta con una veintena de promociones para completar en los próximos años y espera procesar 3 millones de toneladas al año de subproductos, así como generar 2,5 millones de toneladas de digestato, entre otros efectos positivos.

Los beneficios del biogás son múltiples. En primer lugar, gestiona de manera continuada durante todo el año residuos agrícolas, ganaderos y de industria alimentaria, aportando estabilidad a los productores. En segundo término, disminuye las emisiones generadas por los residuos ya que los subproductos deben procesarse a la mayor brevedad en lugar de acumularse, a lo que se une una logística optimizada que disminuye las emisiones de transporte. De otra parte, la digestión anaerobia permite recuperar la materia orgánica y los componentes de los residuos que pasan a ser usados como abono, mejorando la fertilidad del suelo y reduciendo el uso de fertilizantes químicos. Además, el agua contenida en estos subproductos, y que de forma tradicional se pierde por evaporación, lixiviación o vertido al cauce, es recuperada en el digestato, lo que le hace actuar como un riego en los campos aledaños. 

En definitiva, el biogás se está consolidando no solo como un buen aliado del campo sino de toda la cadena de alimentación, fomentando una economía circular de proximidad, donde los residuos orgánicos se convierten en recursos valiosos dentro de la misma región, reduciendo la necesidad de transporte y procesamiento a largas distancias. Este enfoque fortalece las economías locales, fija la población rural y promueve la sostenibilidad, al mismo tiempo que contribuye a la reducción de emisiones de dióxido de carbono.