AGR Almeria

Cajamar radiografía el uso de los restos vegetales en el invernadero

  • El reto de resolver la gestión de este subproducto se remonta a los inicios del sector agrícola

El manejo de los restos de cosecha en los suelos arenados empleados para la producción de frutas y hortalizas en invernadero no constituye una práctica agrícola común en las fincas. Tradicionalmente los restos de cosecha han ocasionado graves problemas sanitarios y ambientales, y por extensión económicos. El manejo de los restos de cosecha no contempla su devolución al suelo como fuente de materia orgánica y nutrientes justificado en la presencia y persistencia de organismos que causan plagas y enfermedades.

La Fundación Cajamar ha publicado recientemente el estudio 'Uso agronómico de restos de cosecha en los invernaderos enarenados de la cuenca mediterránea' en el que ahonda en esta materia, elaborado por el ingeniero técnico agrícola José Manuel Torres Nieto.

Las investigaciones llevadas a cabo en biodesinfección de suelos han permitido la evaluación del empleo de los restos de cosecha en el control de enfermedades del suelo causadas por nematodos, hongos, bacterias y virus. La incorporación de la materia orgánica proveniente de los restos de cosecha necesita de una valoración técnica y económica de las alternativas, y de su repercusión en la estructura de costes.

La propuesta que se realiza explora desde el punto de vista técnico y económico la estructura de costes del manejo del suelo arenado. Los trabajos que se detallan se inician con la incorporación de los restos con rotavator conforme a la técnica de retranqueo. Tras evaluar la tecnología de trituración disponible y adaptable a las características de la maquinaria existente y las estructuras de las fincas, se procede a valorar detalladamente los costes de la trituración de los restos de tomate. La adaptación de la tecnología disponible lleva a la trituración en los pasillos de servicio como una solución agronómica y viable económicamente.

Entre las conclusiones del documento, destacan: la autogestión constituye una herramienta eficaz en el manejo de los restos de cosecha de alcance agronómico, económico y ambiental. Además, la biodesinfección y el compostaje eliminan o reducen el riesgo cuando los restos proceden de cultivos con plagas y enfermedades de difícil control.

La autogestión requiere del diseño previo de los sistemas de entutorado con el fin de facilitar los procesos que se precisan en la separación; además, no incrementa los costes de gestión de los restos de cosecha cuando estos se comparan con la gestión como residuos en las plantas autorizadas.

El mantenimiento de la funcionalidad del enarenado requiere del diseño de maquinaria que mejore los costes de su manejo. La industria auxiliar dispone de herramientas que optimizan el triturado de los restos de cosecha. Y la valorización íntegra de la autogestión requiere su integración en el sistema de manejo integral de la finca, con efectos en la programación de cultivos y la gestión de agua y nutrientes en el suelo.

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