Invernaderos solares

Inspiración para la NASA y pagador de los platos rotos en la Tierra

  • El economista Daniel Lacalle señala en el congreso Inversolar la gravedad de la situación de inflación y subida de impuestos a la vez: "No hay nada más insostenible que las pérdidas y al sector hortofrutícola se le está abocando a ellas con una política que es la equivocada”

Gary Stutte durante su participación en Inversolar 2022

Gary Stutte durante su participación en Inversolar 2022 / Rafael González

Almería ha acogido, entre el jueves y ayer, la tercera edición de Inversolar, el congreso europeo sobre el invernadero solar que se desarrolla en el marco del programa CuteSolar, con el objetivo de seguir mostrando al mundo las bondades del modelo de producción de hortalizas y frutas de temporada en invernaderos de esta provincia y la costa granadina. Durante dos días se ha viajado al espacio y se han anclado los pies a la tierra; de manos de expertos se han difundido proyectos e iniciativas para la mejora de la producción y se han abordado retos a los que hacer frente para avanzar en un territorio que da comer a Europa, pero que reivindica la vertiente económica de la sostenibilidad para llevar este concepto a su plenitud. “Nuestro objetivo es la sostenibilidad del sector bien entendida, pero para que haya sostenibilidad social y ambiental tiene que haber económica”, puntualizaba Francisco Góngora, presidente de la Organización Interprofesional Española de Frutas y Hortalizas, Hortiespaña.

“El futuro de la producción en Europa es Almería”, señalaba Luis Miguel Fernández, gerente de la asociación Coexphal, quien indica que lo que ahora promueve la Unión Europea en el contexto del Pacto Verde, como la reducción de fertilizantes o productos químicos, ya lleva aplicándose en esta provincia desde hace 20 años. Sin dejar de lado retos como la digitalización, Fernández apuntaba a trabas que el sector tiene en el camino como son las importaciones de terceros países que no cumplen garantías por lo que exige que se pongan en marcha las llamadas cláusulas espejo.

Si la petición del gerente de Coexphal iba dirigida a los gobernantes, el vicepresidente de la Asamblea de las Regiones Europeas Hortofrutícolas, AREFLH, Jean-Louis Moulon, pedía al propio sector hortofrutícola más unión para hacer fuerza en Bruselas, recordando que el consumo de frutas y hortalizas es cuestión de salud y bienestar, “practicamos métodos sostenibles e innovación”, insistía.

“El sector agrícola tiene un futuro espectacular: invertir en seguridad alimentaria y en sostenibilidad es asegurar el futuro”. Estas palabras eran pronunciadas por el economista Daniel Lacalle, quien volvía a la Estación Experimental de Cajamar Las Palmerillas, en este caso en el marco de Inversolar, para describir la situación actual que padece el sector agroalimentario, un sector eficiente que ha hecho posible vivir la primera pandemia sin hambruna. Lacalle volvía a poner sobre la mesa la falta de reconocimiento a los productores y a toda la cadena de valor porque se da por hecho que los alimentos siempre están y no se vive su carencia, “todos los sectores que nos dan garantías se ignoran”. El economista insistía en que en la pandemia o, ahora, con la guerra en Ucrania, cuando dos de los grandes productores de cultivos como los cereales están en guerra, el consumidor sigue comiendo pan.

Gary Sutte, Daniel Lacalle, Francisco Góngora y Luis Miguel Fernández en primera fila durante el congreso europeo de invernaderos solares en Almería Gary Sutte, Daniel Lacalle, Francisco Góngora y Luis Miguel Fernández en primera fila durante el congreso europeo de invernaderos solares en Almería

Gary Sutte, Daniel Lacalle, Francisco Góngora y Luis Miguel Fernández en primera fila durante el congreso europeo de invernaderos solares en Almería / Rafael González

Si en su anterior visita a Almería para hablar del sector agrícola llamaba a este el pagafantas de todas las crisis, esta semana lo reiteraba: “La agricultura lleva siendo el sector que paga los platos rotos de las dos últimas crisis y esta es una situación nada sencilla, se le han aumentado costes e impuestos sin alternativa”. El gran problema ahora es la inflación expone Lacalle, quien apuntaba que es especialmente grave “porque por primera en la historia reciente vivimos un momento de inflación y subida de impuestos a la vez, los márgenes son muy pobres. No hay nada más insostenible que las pérdidas y a este sector se le está abocando a ellas con una política que es la equivocada”. Lacalle reivindicaba un gran esfuerzo fiscal y apuntaba que las trabas del sector no son sobrevenidas: “El problema de la agricultura de Almería no es la agricultura de Almería es un problema de externalidades añadidas desde la política. No es normal que se multipliquen los costes laborales o energéticos”. En esta línea, Lacalle ahondaba en que el sector está fragmentado y padece una abultada burocracia y fiscalidad y para dibujarlo en la mente de los asistentes exponía la aplicación del 20% del IVA en cada uno de los nueve eslabones de la cadena alimentaria.

Como decía Lacalle, a pesar de las dificultades el sector no para, por lo que se da por hecho que los alimentos no faltan. Pero para que no falten en la Tierra y en un futuro el hombre se pueda alimentar en otros planetas como Marte, también hay organismos que no frenan su labor iniciada ya hace unas tres décadas.

De la posibilidad de cultivar en el Espacio y mantener gente viva en la Tierra hablaba Gary Stutte, experto en horticultura, fisiología vegetal y biología espacial, quien los últimos diez años ha trabajado en el Centro Espacial Kennedy de la NASA, donde ha liderado varios experimentos de vuelos espaciales diseñados para cultivar plantas en microgravedad, y fundador de SyNRGE. Stutte afirmaba que los invernaderos que se pretendan instalar en otros planetas como Marte, tienen que contar un diseño con gran capacidad de control y circularidad, de manera que los residuos se conviertan en nuevos recursos. Según él, estos avances para el incremento de la productividad con invernaderos autónomos, inteligentes y de alta tecnología redundarán en invernaderos de la tierra como los de Almería, que ya son de inspiración dada la tecnología aplicada en los mismos, así la referente a la eficiencia en el uso de la luz y del agua y son ejemplo de circularidad.

Stutte destacaba dos acontecimientos a 30 años vista. “Iremos a Marte, lo que supondrá un punto de inflexión en nuestra evolución como especie y describirá nuestro potencial, y habrá 3.000 millones de personas más en la Tierra, así que necesitamos combinar ambas visiones: mirar al Espacio y los retos aquí”.

Este experto argumentaba la preparación para ir a Marte, “pero cuando lleguemos necesitaremos respirar aire puro, sin oxígeno nos moriríamos, agua potable y comida”. Además recordaba qué hacer con los residuos, puesto hay que tener en cuenta las emisiones de CO2 tóxico, de ahí la importancia de la circularidad. Stutte mencionaba los sistemas apoyo biólogico en los que ha trabajado y trabaja la NASA, como la agricultura vertical, e insistía en el valor de las frutas y hortalizas para alimentación fuera de la tierra, no en calorías pero sí como productos saludables con los que tener protección frente a un ambiente extraño.

Gary Stutte resaltaba la evolución del sector hortofrutícola en la provincia almeriense y ensalzaba cómo desde el primer invernadero ha pasado tener la mayor concentración de invernaderos del planeta: “Uno de los lugares más pobres de Europa sin agua supo aprovechar los recursos como el suelo y el sol de manera muy efectiva. Esta es una hazaña de la que hay que estar orgulloso, aquí veo sostenibilidad”. Stutte recordaba que este pequeño espacio (Almería) está alimentando Europa de bienestar y salud, “hay que mejorar, pero puede hacerse”. El experto pasará unos días descubriendo los invernaderos solares de esta provincia y la costa granadina, “construir este ecosistema y hacerlo funcionar con pequeños productores, esta marea en el desierto me parece fascinante”.

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