Este año la recolecta de almendra se presenta bien en términos generales. Muy bien en algunas zonas, bastante bien en otras y, como siempre pasa, hay quien no puede decir lo mismo por haber sufrido durante el pasado verano y también en la primavera los efectos del granizo. Luego está la sequía extrema que vive la provincia, y de la que este año se puede llorar con un ojo. Almería con más del 30% de la superficie andaluza de almendro representa apenas el 13% de la producción debido a los bajos rendimientos de las plantaciones, que dependen de unas precipitaciones que son tradicionalmente escasas y que en los últimos años se han visto muy perjudicadas por la sequía.

Esta recogida comenzaba hace unas semanas en la comarca de Los Vélez y en zonas más próximas al mar en la provincia. Las variedades más tempranas ya están casi recogidas y las más tardías comenzarán a hacerlo en los próximos días. En Almería, la mayor parte de este cultivo es de secano y ecológico, y aunque muchos productores no lo tienen certificado como tal, no utilizan ningún abono químico para sacarle más rendimiento. De hecho, este año, poca falta ha hecho. Las temperaturas benignas durante el verano han favorecido una maduración lenta, progresiva, sosegada… con noches frescas y unas últimas lluvias que han propiciado que la cáscara se abra.

PrecioTodas las variedades están superando los 4 euros por kilo de pepita

El último enclave donde ha empezado la recolecta es en La Alpujarra y en la comarca de Nacimiento, hace escasamente unos días. En este último caso, la cosecha va "a ser muy buena. Dependiendo de las zonas. Por ejemplo, en Gérgal y la Huertezuela (provincia ya de Granada), el temporal de hace unos días ha dado al traste con buena parte de la cosecha. Sin embargo, aquí, en el término municipal de Fiñana ha ido estupendamente. Hemos tenido suerte. De hecho, no recuerdo una cosecha como esta en los últimos 20 años", explica José Aparicio, vecino de este municipio y quien lleva cinco días recolectando los primeros almendros de sus más de 2 hectáreas destinadas a este cultivo, en su caso, en regadío. Lo cual se nota, "claro que se nota. Este año no ha hecho falta tanta agua, pero siempre es mejor el rendimiento".

De hecho, Aparicio, dio hace unos días el último riego a estos almendros que ya suman 28 años de edad, y que ha permitido que la cáscara abra. La mayor parte de ellos son de una variedad común, denominada 'de ramo', que están siendo las primeras en recogerse. También cuenta con Marcona, la joya de la despensa almendrera almeriense, muy cotizada en los mercados por su sabor y especialmente empleada en la respostería. De floración más tardía, estarán recogiéndola en unas semanas. Y para consumo personal también tiene algunos almendros de la variedad 'Mollar de Tarragona', de floración más tardía y cuya recolecta será más adelante. Bastante grande, ancha, de color marrón más o menos oscuro y ligeramente rugosa. De cáscara muy blanda, se parte con los dientes; y de un sabor muy dulce. Aparicio cosecha con los suyos, especialmente con su mujer, Carmen García. Se levanta muy temprano estos días porque a media mañana el calor arrecia y solo disponen de unas pocas horas para "pegarle un tirón" a la finca. Fardo en mano, van vareando árbol tras árbol como toda la vida, depositando el contenido caído en un tractor con remolque en propiedad. Al igual que la máquina para pelar la almendra.

También productor, Francisco Pérez, concejal de Obras y Servicios de Fiñana, acude a ver cómo le va la recolecta a José. El edil suscribe sus palabras: "Va a ser un buen año, después de muchos malos". Además, destaca la calidad del cultivo en esta zona, donde hace ya unos años que no se utiliza fitosanitario alguno, "todo natural. En mi caso, como en el de José y en el de otros muchos productores de almendra de Fiñana, no usamos ningún producto. Aprovechamos la cáscara de esta almendra para echarla al suelo y que se convierta en unos meses en abono", subraya Pérez sobre un procedimiento que cumple con todos los cánones de la economía circular, ahora tan de moda, o mejor dicho, ahora tan necesaria.

En cuanto a precios, han subido, aunque no son los mejores producto del aumento de oferta almendrera esta campaña. En términos medios y bajo las cotizaciones de las lonjas, la almendra común se viene pagando a 4,40 euros el kilo y a 4,8 la Guara. Eso sí, este momento de la recolecta es crucial. Hace falta dejar de terminar la maduración y que esté en su punto óptimo para que las cooperativas o comercializadoras saquen un buen rendimiento de las cosechas de sus clientes. Este se mide con una pequeña muestra, que suele ser de unas 50 unidades. A este proceso se le denomina escandallo, y comprueba la cantidad de pepita, limpia, que hay por cada tramo. Así es como se calcula el coste para ponerle un precio de venta.

Pese a las dificultades a nivel de este cultivo, que exceptuando esta campaña viene cosechando pérdidas por el cambio climático y unos precios que no terminan de compensar a sus productores, el mercado almendro está en auge por el aumento del consumo mundial y una producción insuficiente.