Fruit Attraction 2021

Bio Campojoyma: 700 hectáreas de reservas de biodiversidad

  • La empresa almeriense lleva 17 años entendiendo la sostenibilidad de forma integral y en vanguardia de la producción ecológica

Francisco Jesús Montoya, fundador de Bio Campojoyma.

Francisco Jesús Montoya, fundador de Bio Campojoyma. / D. A.

Impulsada por su carácter de pionera en producción ecológica, tras 17 años de andadura y crecimiento desde un concepto plenamente verde de la agricultura, la empresa almeriense Bio Campojoyma va un paso más allá al entender la sostenibilidad no sólo como el cultivo de frutas y hortalizas ecológicas, sino también como la creación en sus fincas de un ecosistema que permita convivir a la flora y a la fauna, siguiendo los ciclos naturales de la tierra y haciendo que el entorno respire salud después de cada cultivo. Ese carácter innovador, siempre con el horizonte de mejorar el equilibrio biológico relacionado con la actividad productiva, mantiene a la firma almeriense en vanguardia de la producción ecológica española.

La crisis provocada por la pandemia del Covid ha puesto muchas cosas sobre la mesa. Por un lado, ha reflejado la relevancia del sector agrícola español, que desde el primer momento se ha enfocado en lo que mejor sabe hacer, abastecer a los mercados con hortalizas y frutas, básicas para la alimentación de las personas. En todo este proceso el sector ha extremado las medidas higiénico-sanitarias y los clientes de toda Europa han respondido positivamente.

La crisis también ha visibilizado la excelente estructura del sector agrícola, que ha sido capaz de dar respuesta a todas las necesidades del mercado, garantizando la salud de los trabajadores y de los clientes, y logrando que en ningún momento la cadena de producción se paralice.

Y la crisis sanitaria, además, ha puesto sobre la mesa una realidad con la que todos coinciden, pero que ahora se ha acelerado: la sociedad debe avanzar hacia una sostenibilidad que garantice el futuro del planeta, y en el caso del sector agrícola el reto es la extensión de la producción ecológica. No hay marcha atrás.

Ese es el compromiso con el que Francisco Jesús Montoya Sánchez fundó la empresa ecológica en 2004, habiéndose hecho realidad lo que por entonces no era más que un sueño: convertir 700 hectáreas de hortícolas y cítricos, repartidas entre las provincias de Almería, Granada, Murcia, Albacete, Sevilla y Alicante, en reservas de biodiversidad.

Cada día son más las empresas que han advertido los beneficios ambientales, sociales y también económicos de transformar sus cultivos para que puedan ser certificados como ecológicos. En el caso de Montoya, no fue un propósito económico el que le llevó a crear Bio Campojoyma, sino “la conciencia de que la agricultura, que es un sector que vive de la tierra, debe estar en primera fila en el cuidado del planeta. Por eso, cada año implantamos nuevas iniciativas que favorecen al medio ambiente”, afirma.

Recientemente, Bio Campojoyma ha firmado un convenio con el Centro de Investigación en Colecciones Científicas de la Universidad de Almería (Cecoual) para la categorización de la biodiversidad presente en sus cultivos de cítricos, así como la puesta en marcha de un proyecto piloto para la incorporación a su sistema de cultivo de una planta herbácea endémica amenazada en Almería, la Linaria nigricans.

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