AGR Almeria

El clima 'mata' a la cereza temprana y hace crecer la tardía

  • El exceso de polinización hace que variedades como la Burlat no hayan alcanzado el calibre óptimo para su puesta en el mercado. La cosecha se retrasa 15 días por una floración tardía

Hace ahora un año, Diario de Almería hablaba de la preocupación de los productores de cereza sobre las pérdidas que año tras año sufre una cosecha que no termina de remontar. Una vez más, llega la época de recolección en Almería y esta fruta de hueso vuelve a sufrir por la climatología. Si el pasado año 2017 fueron las altas temperaturas que adelantaron una cosecha que ya venía lastrada por el temporal de frío sufrido dos meses antes de la recogida, este 2018 está pasando todo lo contrario. Los termómetros se han mantenido por debajo de la media hasta última hora, algo también impropio de la época, y la subida repentina ha dado lugar a un exceso de floración que va a impedir un calibre comercial en las variedades tempranas, como la Burlat, por exceso de fruto en los árboles.

Esta es la situación que viven ahora en plena campaña de recolecta en el pequeño 'Valle del Jerte' almeriense. La comarca de Nacimiento concentra la mayor parte de la cereza en la provincia y es el municipio de Abrucena su principal cuna. Allí, Pepe Zoyo es uno de los productores de más tradición. Cuenta con una finca de más de 800 ejemplares de este frutal en el conocido paraje de Pago de Escuchagranos dentro del término municipal y él, mejor que nadie, conoce a la perfección las dificultades a las que cada campaña se enfrenta este fruto tan escaso como demandado en el mercado.

"Este año ha habido un exceso de polinización, que en lugar de ser positivo, ha sido tanto, que no ha dado tiempo a que el fruto en variedades tempranas se desarrolle como es debido. Una muy mala noticia para los productores que solo han plantado Burlat en la zona, ya que ellos no van a coger prácticamente nada con un calibre susceptible de ser comercializado", explica este Zoyo sobre un fenómenos que para nada se esperaba. Es más, "el año pasado, al ver cómo se dieron las circunstancias, planteamos polinizar este año con abejorros para asegurar una mayor floración debido al desastre pasado".

Este calor tardío ha hecho que la cosecha se retrase unos 15 días de lo habitual y es esta semana cuando en la finca de Zoyo se está recogiendo las variedades más tempranas. Las tardías, que aún están verdes y en las que sí se tiene ya casi la certeza de que "será mucho más regular", estará para final del presente mes.

Eso sí, en términos generales y pese al revés en la temprana Burlat, mayoritaria en la zona, las más tardías como la Summer va a favorecer que la cosecha general aumente hasta un 60% con respecto a la producción total del pasado 2017 en términos relativos. Un revés para unos, y una buena noticia para otros.

En lo que se refiere a precios, una vez más se pagarán bien debido a la poca oferta con respecto a la demanda y este año, en inicio de campaña se ven como en los mercados piden 4,5 euros de media el kilo.

El calor repentino y tardío ha 'machacado' a la primera cereza, que además será de poca calidad por tamaño pero si tiene un gran sabor. En contraposición, la más tardía saldrá favorecida. Cada campaña parece ser una lotería, "en el campo siempre pasa, nunca sabes a que atenerte. Puede ir todo bien y las temperaturas, una lluvia torrencial, granizo o las plagas dar al traste con la cosecha de repente", asegura Pepe Zoyo, que ahora se encuentra inmerso en la recolección junto con otras tres personas a fin de realizar a la mayor brevedad una laboriosa recogida de este fruto tan delicado. Las cerezas maduran en tres o cuatro días, de ahí que haya que cogerlas tan rápido. De hecho, la cereza es el único fruto de hueso que no madura fuera del árbol, por ello es importante recogerlas cuando están 'en su punto'. El mecanismo es sencillo y completamente artesanal: a mano, dejando siempre el 'rabillo' de la fruta para prevenir que salga moho en el pequeño agujero que queda. La excepción son las picotas, porque al quitárselo tienen un 'sello' natural que las preserva.

Los problemas principales de este cultivo son dos: las plagas y las aves. Sobre estos últimos, son principalmente los estorninos "los que dejan pelados los árboles. En torno a un 30% de pérdidas cada campaña, y no falla, es debido a estos pájaros", algo para lo que Zoyo siempre ha denunciado a la Administración al no poder cazarse. Este productor recurre al ingenio para combatirlos e instaló un cañón que simula disparos de escopeta por un lado, y por otro un sistema que emite sonidos de aves rapaces. Sin embargo, el gorrión, más que el estornino, parecen afectarle menos estas estrategias de engaño.

En cuanto a las plagas, cómo no, es el gusano cabezudo el que hace auténticos estragos y para el que todavía hoy no ha encontrado medio para defenderse. En definitiva, muchas desventajas a salvar, pero la que más le preocupa a Zoyo es el patente cambio climático. "Ese es el principal problema al que nos enfrentamos en la agricultura en general y solo el tiempo dirá hasta que punto esta situación es o no irreversible".

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