AGR Almeria

"Estaba convencido del éxito que tendría el invernadero"

  • José Hernández Buj, reconocido empresario en el sector agroalimentario europeo hace ya algunas décadas, fue el impulsor del cultivo intensivo

Como cualquier gran hito, todo tiene un precursor. Alguien que fue capaz de visionar una solución cuando aún nadie ha llegado ni a planteársela. Y lo más complicado aún, o por lo menos más meritorio, ponerla en marcha.

En los años 50 surgió en Almería una figura que reconfiguró sus cimientos desde la base. Su impulsor fue José Hernández Buj, o más conocido como el padre del invernadero. El 'boom' de la agricultura bajo plástico supuso un antes y un después en el modelo económico de una provincia que iba con una importante desventaja con el resto de la región, y ya ni hablar con respecto al resto del país.

Aunque nacido en Valencia, este empresario de la tierra quien instaló el primer invernadero con la uva de mesa como protagonista allá por 1958. "Era finales de 1958. Me encontraba en la zona belga de Hoeilhaart en busca uva en producción para mis clientes británicos. Messr Lowers, principal productor y exportador de este fruto me enseñó sus cultivos en invernadero. Me sorprendí por el importante avance que representaba aquel sistema y, antes de marchar para Londres, quedé con el para un almuerzo y charlar tranquilamente sobre negocios. Mientras esperaba en el coche bajo el sol, me empezó a dar calor por la acumulación de los rayos en el cristal del vehículo mientras fuera estábamos casi a bajo cero. Entonces me vino la idea", recuerda este almeriense, quien después de pasar por el centro de experimentación de Jambleaux y de La Hulpe, conoció al profesor Roger Delhaye, que investigaba con más de mil variedades obtenidas por él mismo bajo plástico. "Le expliqué a Delhaye cómo era el clima almeriense y la posibilidad que habría de instaurar el mismo sistema productivo aprovechando como combustible la energía solar en lugar de los costosos carbón o gasoil". Y así fue como este investigador aterrizó pocos meses después en el Paraje de Huérchar en Alhama de Almería para estudiar la posibilidad de implantar el invernadero.

Poco tiempo después llegaron los resultados: "Ideamos una estructura sobre parral usando maderas colocadas en bloques de cemento para que los fuertes vientos propios de la provincia no hicieran estragos. Con un sistema de tensores de alambre acerado y plásticos transparentes terminamos de configurar un invernadero a un tercio del precio de lo que costaban los belgas", subraya. Esa es la historia del primer cultivo del parral en invernadero utilizando la energía solar como única fuente de energía, un hito que sentaría las bases del mayor motor económico de la provincia en las décadas venideras y que aún hoy sigue siendo el sector con más potencial y capacidad de absorción, sobre todo en cuanto a avances tecnológicos se refiere, de la economía local.

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