La innovación y la digitalización se erigen como grandes ejes en la agroalimentación para satisfacer a un consumidor hambriento de novedades y de calidad a la vez que para atender a las tres vertientes de la sostenibilidad: económica, social y ambiental. Así se ponía este lunes sobre la mesa durante la segunda jornada de la Cátedra Primaflor de Agricultura Sostenible y Alimentación Saludable de la UAL, que, en esta ocasión, se centraba en conocer el momento actual del sector y las perspectivas de futuro.

Alimentos para todos con menos recursos

“El paradigma de la sostenibilidad es fácil de entender, pero difícil de ejecutar en sus tres dimensiones, estar en el centro de las tres, en equilibrio, es ser sostenible”, defendía la directora de la Escuela Técnica Superior de Ingenieros Agrónomos de Córdoba, Rosa Gallardo, quien apuntaba al contexto actual complejo e incierto, en el que “los gobiernos deben dar un paso al frente para proteger sectores estratégicos como el agroalimentario. Nos encontramos desajustes de mercado en los precios, en los costes y en la garantía de suministro, un escenario de incertidumbre que se acentúa con la situación geopolítica y el cambio climático”, añadía. Para Gallardo: “El gran reto es contar con alimentos para todos en un escenario con menos recursos y protegiendo el planeta: solo se puede avanzar en sostenibilidad con innovación”. Para la directora de ETSIAM, debe apostarse por una innovación abierta en la que se utiliza y comparte mejor el conocimiento, donde lo más importante es el cambio de cultura y la innovación colaborativa, rentabilizando las alianzas más que priorizando la propiedad intelectual, como sucede en la innovación clásica; además hay que dar importancia a los intangibles como la confianza”.

Gallardo apuntaba el porcentaje de gasto en actividades innovadoras en el sector primario que es solo del 0,75% en España, eso quiere decir, “queda camino por recorrer”. Ésta daba razones para innovar: para ser más eficientes en el uso de productos, reduciendo pérdidas y desperdicio alimentario; para ser más eficientes en la gestión de recursos, con economía circular y minimizar producción de residuos; para ser más competitivos, por ejemplo, a través de la biotecnología; para proteger el entorno y ser más eficientes en el uso de recursos esenciales como el suelo o el agua.

Tras poner en valor el ‘poder’ de la digitalización para avanzar en las tres dimensiones de la sostenibilidad, Rosa Gallardo sentenciaba: "No estamos ante un problema tecnológico sino de adopción de tecnología" y, en esta línea, ahondaba en la necesidad de la formación, capacitación y asesoramiento; “otra clave es el relevo generacional, el 38,64% de los jefes de explotaciones tienen más de 65 años y menos del 4% tiene entre 25 y 34 años; además, las tendencias del consumidor van hacia la seguridad y trazabilidad de alimentos, productos verdes, saludables y éticos”.

El dato frente al relato

José Luis Molina, presidente ejecutivo de Hispatec durante su exposición en la jornada de la Cátedra Primaflor

Mientras la agricultura del siglo XX buscaba solo la rentabilidad económica, la agroalimentación del siglo XXI busca la económica, social y medioambiental. Esta es solo una de las diferencias entre el pasado y presente que del sector destacaba José Luis Molina, presidente ejecutivo de Hispatec, pero hay más. Antes se perseguía una producción cuantitativa, “ahora se busca la calidad y ajustar la producción a la demanda. En 40 años la superficie de producción ha ido cayendo”. Molina apuntaba la eficiencia en el uso de recursos para la producción, el abandono de la química para contar en el agro con la física, biología y la ciencia de datos, el paso hacia cultivos de valor para los que se tiene en cuenta cada paso desde el campo al mercado, la implantación de la digitalización, con la que se vincula toda la cadena desde la producción al consumidor. Según el responsable de Hispatec, hay que ganar cuota en el bolsillo de los clientes, que ahora destina entre un 10% y un 15% a la agroalimentación, “tenemos que lograr que el dato gane al relato, aportando evidencias científicas y contándolas”. Y es que en muchas ocasiones se cuelgan etiquetas al sector que no son ciertas y, contra ello: los datos.

La cultura analítica se hace clave en este contexto, es decir con datos pasar a la acción. Para Molina con datos automatizados, veraces ya abundantes la decisión agronómica puede ser más inteligente y contribuye a prevenir riesgos. También aludía a la eficiencia ECO2 ‘farm to market’, “más del 90% de la eficiencia económica tiene impacto en la eficiencia ecológica o ambiental”. También apuntó al consumidor 4.0 y al nuevo profesional del agro, digital y analítico.

Las cruces de la ley de residuos frente al plástico

La distribución estuvo representada a través de la central de compras Euromadi. José Luis Izquierdo, director de calidad de la firma, apuntaba los avances de la central en el ámbito de la sostenibilidad, así en el compromiso con la salud (siguiendo la estrategia NAOS, con la reducción de plaguicidas, con productos más saludables y con el impulso a productos de valor añadidos); social (tanto con la sociedad como con el producto en el caso del bienestar animal) y medioambiental, con la reducción de la huella carbono tanto en los establecimientos como en la logística; asimismo Izquierdo ponía el foco en la ley sobre residuos y suelos contaminados que entrará en vigor el 1 de enero; centrándose en el aspecto del plástico, la norma prohíbe el plástico de solo uso, potencia el incremento el porcentaje de plástico reciclado, se fomenta la venta a granel prescindiendo de plástico en sector primario, prohíbe fruta cortada, invita a la aceptación del uso de recipientes reutilizables llevados por el cliente, señala el cobro y detalle en factura del plástico rígido de envases de productos listos para consumir y en julio e 2024 solo se permitirá comercializar envases de un solo uso donde el tapón permanezca unido al mismo. Euromadi ya trabaja en esta línea con sus proveedores, pero Izquierdo destacaba grandes riesgos derivados de su aplicación en cuanto a seguridad alimentaria, la escasez de plástico reciclado ante el incremento de la demanda, envases más frágiles y la pérdida de imagen del producto. Asimismo, señalaba que el impuesto al plástico no reciclado que entrará en vigor el 1 de enero y se calcula en 0,45 euros por kilo “está generando situación de desabastecimiento y hay desconocimiento de cómo gestionarlo adecuadamente, además supone una medida inflacionista”.

Izquierdo dejaba claro que se está corriendo más de lo que se debiera. “En la distribución estamos muy preocupados”, decía y añadía además: “Hay en marcha un Proyecto de Ley para envases retornables pero los supermercados no tenemos capacidad de gestión para ello”. Entre los asistentes, Fernando Gómez, director gerente de Proexport, incidía: “La Ley de Residuos no se ha hecho de espaldas al sector, se ha hecho contra el sector”, así apuntaba que con la venta a granel va a haber un 20% de desperdicio por ejemplo mientras Izquierdo sumaba el tema de la seguridad alimentaria: “No estamos preparados para la venta a granel ni la producción ni la distribución”

Una categoría de moda

Bárbara Calvaresi, responsable de frutas y hortalizas en AECOC

La Asociación Española de Fabricantes y Distribuidores, AECOC abordaba en la jornada los retos y daba a conocer las tendencias en frutas y hortalizas a través de Bárbara Calvaresi, responsable de este segmento en la asociación. Esta destacaba “nuestra categoría está de moda”, y añadía que en el panorama actual de incertidumbre hay dos valores que están teniendo un impacto duradero y transformacional en el consumidor: la salud y la sostenibilidad. Apuntaba a una nueva generación de consumidores ‘econscientes’ del efecto de la alimentación sobre su salud y el medioambiente y señalaba el momento dulce para el sector productor que este debe aprovechar. Calvaresi daba algunos apuntes: 1 de cada 3 consumidores ha incrementado la ingesta en busca de sabor y salud; 6 de cada 10 consumidores tienen cada vez más en cuenta la sostenibilidad; 1 de cada 2 demanda más productos de proximidad; 2 de cada 3 prefiere producto de temporada; y 1 de cada 3 más productos bio. Calvaresi definía al consumidor actual como hambriento de novedades y calidad y, añadía, que este valora los formatos convenience . La representante de AECOC recorrió con el público distintos establecimientos en el mundo para tener una visión global de la exposición y venta de frutas y hortalizas, en ellos destacaba la humanización del producto y la apuesta por la innovación.

Carmen Crespo, en la clausura de la segunda jornada de la Cátedra Primaflor Alimentación Sostenible y Saludable de la UAL

La consejera de Agricultura, Pesca, Agua y Desarrollo Rural, Carmen Crespo, en la clausura de la jornada, indicaba la necesidad de “visualizar lo que ya somos” y se mostraba partidaria de contar con “lobbies europeos que permitan a esta agricultura mostrar que es sostenible social, laboral y medioambientalmente y que, por tanto, contribuye en gran medida a la fijación de la población al territorio rural y es una pieza fundamental para el devenir de la comunidad europea”.