AGR Almeria

"Es un orgullo sentir el apoyo de todo un pueblo"

  • Eloy Muñoz es un vecino de Lubrín que elabora de manera artesanal migas congeladas En menos de dos meses ha comercializado 400 kilos

Sin sacrificio no hay recompensa. Y si no, que le pregunten a Eloy Muñoz, un vecino natural del municipio de Lubrín que está sabiendo capear la crisis gracias al ingenio y, lo que es más importante, sin salir de su pueblo. Ese último detalle, aunque pueda parecer poco trascendente, es esencial en esta historia y sienta un ejemplo para otros emprendedores como él. En los últimos tiempos, la sangría de las despoblación se ha acentuado y son solo algunos, sobre todo a nivel local, los que luchan por poner en valor sus pueblos y frenar este éxodo demostrando que en ellos también se puede crecer, y mucho.

Muñoz comenzó hace mes y medio una nueva aventura empresarial que le está ayudando a salir adelante en estos difíciles momentos económicos pero, más allá de eso, en la que ha depositado muchas esperanzas de cara a un proyecto de futuro, pero que ya tiene un gran presente. Junto a su mujer, Elisa Ramos, han creado la primera empresa de elaboración y comercialización de migas caseras de la provincia y pionera a nivel nacional.

'El Castillico', como ha llamado a su empresa, ha conseguido poner en el mercado hasta 400 kilos de esta receta tan tradicionalmente almeriense en menos de dos meses. Las de Almería, con respecto al resto, gustan mucho, y de ellas destaca su sabor que al estar hechas con harina y donde la técnica, muy depurada en Elisa, es fundamental. "No es fácil hacer migas en grandes volúmenes y que no pierdan ni un ápice de su sabor casero. Hay que medir bien las cantidades y utilizar el mejor producto, como por ejemplo el aceite, que en esta receta en concreto es un elemento esencial y que en nuestro caso el usado es el virgen extra, pues con otro no sería igual". De momento, las migas de esta familia son sin 'tropezones', pero están en proceso de comprobar si pueden conservarlas de igual manera añadiéndole depende qué ingredientes.

Por el momento, este matrimonio está poniendo en el mercado las migas almerienses de toda la vida para que sea el propio consumidor quien decida con qué acompañarlas. "En el pueblo me dan la enhorabuena por nuestra iniciativa y también nos reconocen que están realmente buenas", reconoce con orgullo Eloy Muñoz, quien se deshace en elogios a los vecinos de Lubrín, al igual que hacia la comercializadora con la que trabaja, Valero Alonso de Antas. "Nos están ayudando mucho en estos comienzos, que siempre son complicados. Y la verdad que sin ellos no lo habríamos conseguido". Muñoz aún recuerda la época de esplendor económico vivida hace apenas 10 años, en la que se dedicaba a la carpintería, pero pese a dejar todo aquello se siente agradecido por la oportunidad que le ha brindad ola vida con esta nueva aventura.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios