Política Agroalimentaria

El sector primario almeriense mira a Europa en busca de soluciones

Camión en una de las protestas del campo en Almería.

Camión en una de las protestas del campo en Almería. / Marian León

El sector primario almeriense mantiene su pugna con las instituciones europeas aún siendo consciente de que se acaba el tiempo para concretar algunas de sus reivindicaciones: en junio se celebrarán las elecciones al Parlamento Europeo, en las que a España le toca votar el domingo 9, y en otoño se deberá renovar el gobierno de la Comisión Europea, presidido actualmente por la conservadora Ursula Von Der Leyen. Los movimientos políticos influirán en buena parte en qué sucede en los próximos cinco años en el sector primario de la provincia. Desde la tierra y desde la mar miran con recelo a las políticas que están aplicando los dirigentes comunitarios.

AGRICULTURA

El papel del comisario de esta materia, el polaco Janusz Wojciechowski, ha resonado en las protestas que la ‘huerta de Europa’ ha protagonizado en los meses de febrero y marzo. Aunque la furia de los agricultores parece haber abandonado, por el momento, las calles, las soluciones llegan a cuentagotas. Una de las últimas, aportadas esta Semana Santa, la relajación de las medidas medioambientales necesarias para acceder a la Política Agraria Común. Aunque, según un informe de Labcolor, el laboratorio de COEXPHAL, los invernaderos del ‘mar de plástico’ son pioneros a la hora de reducir un 50% el uso de plaguicidas químicos, los productores están cabreados por la inmensa lista de papeles que deben cumplimentar de cara a poder acceder a las tan necesarias ayudas. “Vamos a necesitar un oficinista”, clamaba hace unas semanas un agricultor de Santa Fe de Mondújar en este mismo rotativo.

Otra de las grandes reclamaciones que esperan una solución es la ‘venta a perdidas’, con un clamor dirigido en este caso al ministro de Agricultura del Gobierno de España, Luis Planas. Aunque ha habido promesas de que se van a reforzar las inspecciones necesarias para cumplir con la ‘Ley de Cadena Alimentaria’, proyecto estrella de los socialistas en materia de precios, se ha debido en los últimos días retirar del mercado la comercialización de segundas categorías de berenjena y calabacín verde.

“El final del invierno está resultando negativo para tres productos tan importantes para la horticultura de Almería y Granada como son la berenjena larga, berenjena rayada y calabacín verde. Las condiciones meteorológicas tan cambiantes están provocando problemas de calidad en los frutos, pero también aglomeraciones puntuales de la producción”, explicaba en un comunicado la interprofesional Hortyfruta al momento de publicar la decisión.

Para la Coordinadora Europea Vía Campesina, encargada de las protestas en Bruselas, la norma española es un ejemplo a seguir aunque el clamor por unos “precios justos” se extiende por los países del entorno. Dentro de esa reclamación se incluye tener la prioridad para comerciar dentro del viejo continente, frente a Mercosur (la alianza de países del Cono Sur) y terceros países como Marruecos, clave para mantener el negocio. Diario de Almería publicó hace unos días que las importaciones de pimiento se han disparado hasta un 900% en diez años y las de tomate, un 500%, según un informe elaborado por Hortoinfo.

PESCA

Uno de los apartados que más han generado polémica en los últimos días es el de la pesca, con el cerco en paro biológico de un mes y el arrastre harto de los días de restricciones impuestos a nivel comunitario. El sector pesquero, acuícola y comercial le ha reclamado en los últimos días al ministro Planas la necesidad de que haya a nivel europeo un comisario específico para tal materia en el nuevo mandato que debe iniciarse este 2024 para defender la sostenibilidad social, económica y medioambiental. Cómo y cuánto pueden pescar es el gran quebradero de cabeza de quienes viven aún de faenar en los caladeros del país.

En la mar se va a vivir en los primeros días del abril que acaba de entrar una protesta desde otro punto de vista, los estibadores, tan necesarios en el comercio marítimo, pararán el miércoles durante dos horas con un clamor que a estas alturas se ha convertido en unánime: sueldos dignos y trabajo estable.

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