Almería contemplada desde lo más alto

En la provincia existen varias escuelas de parapente que ofrecen cursos de formación y vuelo libre para aficionados

El parapente puede practicarse junto a otra persona.
El parapente puede practicarse junto a otra persona.
Alberto M. Molina

09 de abril 2009 - 01:00

Semana tras semana venimos hablando de los numerosos espacios curiosos, bonitos, románticos o poco conocidos en los que los almerienses podemos disfrutar de la geografía almeriense o del encanto de rincones únicos en España.

Pero, ¿por qué no ver todos estos sitios desde el cielo? En la provincia de Almería hay una gran variedad de zonas desde donde se puede volar prácticamente todos los días como: Sierra Alhamilla, Aguadulce, Castala, La Boca, Guainos, Collado García, Huécija, Uleila del Campo.

Contemplar la provincia de Almería en parapente es un deporte. Cada vez son más personas que se aventuran a utilizar uno de estos paracaídas dirigibles y desde los que se pueden contemplar, según la zona desde la que se realice el vuelo, el desierto de Tabernas o el mar de plásticos de la costa del poniente almeriense.

En la provincia existen varios clubs que organizan salidas y cursos en los que todo aquel que quiera iniciarse en la práctica del parapente puede encontrar los medios y la formación necesaria para sobrevolar el suelo almeriense.

El parapente es un deporte aéreo que tuvo su origen a principios de los años ochenta en Francia, donde unos paracaidistas utilizaron sus paracaídas dirigibles para descender desde las montañas. Antes de este hecho, la idea de usar alas flexibles construidas en tela había sido desarrollada por la NASA para la recuperación de cápsulas espaciales.

Hoy en día los parapentes han evolucionado de tal manera que ya no son paracaídas, sino que se han convertido en auténticos planeadores, permitiéndonos volar durante horas y recorrer grandes distancias.

Su facilidad de aprendizaje, seguridad y bajo coste han hecho del parapente el deporte aéreo que más aficionados practican actualmente en todo el mundo.

El ala que se usa para volar el parapente, es un planeador ultraligero, fabricado en un tejido sintético muy resistente y con el que se despega a pie en una corta carrera. El piloto puede volar durante horas, sentado cómodamente en un arnés, aprovechando las corrientes de aire ascendentes. El aterrizaje es muy suave y puede hacerse en muy poco espacio, prácticamente en cualquier lugar despejado.

CURSOS DE FORMACIÓN

Para la formación de un piloto de parapente se requiere realizar un curso, que tiene tres niveles (Iniciación, Progresión y Perfeccionamiento). Cada nivel puede hacerse en aproximadamente seis días.

Los cursos de parapente son muy progresivos y comienzan con clases teóricas básicas sobre aerodinámica, técnicas de pilotaje y seguridad en vuelo. Las primeras clases se enfocan al control del ala, y se hacen en terreno llano. Posteriormente se aprende a despegar y a aterrizar, con vuelos cortos. Progresivamente se va volando desde más alto, para completar giros y maniobras de aproximación a la zona de aterrizaje. Finalmente se hacen vuelos de altura, normalmente entre 100 y 600 metros, en los que se aprenden y practican maniobras de descenso y técnicas de pilotaje. En la fase final, los alumnos aprenden a ganar altura.

Los alumnos de estos cursos se encuentran siempre bajo la supervisión de uno o dos instructores, normalmente situados en las zonas de despegue y aterrizaje cada uno, y comunicados en todo momento con el alumno por radio. Vuelan con parapentes homologados para iniciación y que cumplen con todas las normas de seguridad. También se emplean parapentes biplaza en los que el instructor vuela junto al alumno.

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