El Charco de las Palomas, el 'cañón' más visitado del cauce del río Antas
La 'ruta del colesterol' lleva a aprovechar las tardes para pasear hasta las zonas más emblemáticas del municipio. La próxima serán los yacimientos arqueológicos
Con el cuidado propio de no pisar ninguno de los ejemplares de tortuga que sobreviven pese a la escasez de agua en el río Antas, la denominada como 'ruta del colesterol' lleva a que la ruta del senderismo se desplace hasta el cauce hasta llegar a uno de los parajes más emblemáticos de la localidad, el Charco de las Palomas.
El reseco cauce se estrecha entre pedregales y rocas para confundir el paisaje con un ambiente más propio del norte que de un municipio a menos de 20 metros por encima del mar. Desde el puente de entrada al municipio se adentra el senderismo por más de cuatro kilómetros de arenales y piedras que aún se acumulan de los pequeños surcos que hicieron las aguas con la última de las riadas, la que llegaba con las lluvias del pasado invierno tras cerca de 20 años sin que los antusos vieran agua en su río.
En el camino se atisban los cortijos, algunos en ruinas y otros recién arreglados, sean por los antiguos propietarios, los familiares que los utilizan para los días de vacaciones o los centenares de extranjeros que ya forman parte del municipio y que también han contribuido a reducir la despoblación de núcleos de población como Aljáriz, La Huerta o Jauro. El lustre de las mejoras introducidas invitan así a todas las generaciones del municipio a participar en las caminatas más saludables y que se suceden por todos los puntos del municipio.
Desde las excursiones propias del colegio local no habían pasado muchas de las participantes de la ruta, por lo que se vió con una mirada muy distinta a la que recordaban las grandes grutas que conforman el río. Además, entre los campos labrados y las pequeñas huertas de naranjos que aún sobreviven, recordaron por el camino los destrozos que se había producido a finales de los 70, cuando la braveza del río llegó a superar el puente, además de la demonimada como Viga, el acueducto que sirvió durante generaciones para los riegos propios de un municipio cuya principal fuente de ingresos ha sido la agricultura.
Para los próximos días de fiesta, las rutas llevarán a espacios de alta historia arqueológica, como los terrenos de El Garcel o el Argar. Además, ya se perfilan nuevos caminos a otras barriadas como la de Los Raimundos.
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