El pionero del ramen en el centro de Almería: "Todos hemos querido ser como Goku"

Gastronomía

'Katsu Izakaya' cumplirá en agosto un año de vida en la Calle Javier Sanz

La gastronomía japonesa incrementa su presencia en la capital con diferentes propuestas

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Héctor García y David Papis en la cocina de su local, abierta a todo el público.
Héctor García y David Papis en la cocina de su local, abierta a todo el público. / Carlos Javier Lillo
Carlos Javier Lillo

03 de junio 2024 - 05:00

Once de la mañana, sopa de ramen para desayunar. Quizás no, pero se adentra este periodista en el templo de este delicioso plato japonés, el más consumido por la población local, más que el sushi. Es 'Katsu Izkaya' y está en el número 4 de la Calle Javier Sanz de la capital. Llevan diez meses abiertos, los cumplen exactamente este lunes, y están felices con la acogida que han tenido. "Queríamos tener un restaurante propio y pensamos que hacía falta un sitio como este en Almería", cuenta David Papis, cofundador y chef de esta taberna de tapas japonesa.

Ramen vegetal y miso.
Ramen vegetal y miso. / D.A.

"A veces tienes que hacer educación gastronómica, hace falta con este concepto", confiesa el cocinero, quien atiende a las preguntas de este reportero al otro lado de la barra, un espacio abierto en el que todos quienes se sientan pueden ver todo lo que ocurre en la cocina. Un showcooking en el que ofrecen una oportunidad para ver cómo se elaboran todos los platos que luego no tardarán en devorar, "hasta cuando nos quemamos pueden ver", asegura con humor Papis.

Hay hasta peleas por sentarse la barra. "La gente lo agradece", defiende. Héctor García, su socio, recuerda cómo fue el atrevimiento inicial de lanzarse a conquistar a un público, el del centro de Almería, poco acostumbrado a la comida japonesa. "Trabajamos juntos muchos años en Playa Serena, creamos un equipo y ahí surgió la alianza", rememora. Si quieren ir, tengan cuidado, pues en momentos de mayor afluencia como viernes o sábado llega a haber lista de espera para estar en el interior.

Nikuman de rabo de toro.
Nikuman de rabo de toro. / D.A.

Es una cocina fusión. Los productos locales se mezclan con las técnicas japonesas para elaborar una carta única. "El recibimiento ha sido mejor del esperado, el producto de proximidad acerca los sabores y lo enlaza bien con las texturas diferentes de lo japonés", defiende García. Para dentro de muy poco preparan un cambio en la carta del 70%, para "ofrecer una experiencia única al consumidor".

Habría que hablar del atrevimiento, casi osadía, de abrir sus puertas un 3 de agosto para ofrecer sopas calientes. No en el Ártico, en el centro de Almería. "Cuando vas en verano a la playa, te tomas un arroz caldoso de bogavante y hace 45 grados", justifica, aunque afirma que era "bastante loco". "Por qué no íbamos a meter el ramen", se pregunta.

Lo japonés está de moda

Siete de la mañana de un día frío. Un niño no tiene más remedio que despertarse. Debe ir al colegio. Desayuna y enciende la televisión. Están echando 'Shin Chan'. Lo ve un rato. Se va a la escuela. Vuelve. Come o merienda y vuelve a sintonizar la 'pequeña pantalla'. Dan un anime. Cambia de cadena. Dan otro. En otra emisora ponen 'Doraemon'. "Les veíamos comer, se nos ha quedado en la retina y ahora se transforma en realidad", dice David Papis.

Como quieren seguir aprendiendo más sobre Japón, acaban de formarse en el sake, la tradicional bebida, y seguirán intentando aprender más sobre la cultura y gastronomía asiática

"Pronto llegará a todas las esquinas de España este movimiento asiático, la gente está loca por ello", confiesa García. "Todos queríamos ser igual que Goku, hemos querido imitar a los personajes del anime, son como semidioses", añade, mientras prepara unas croquetas de suquet de marisco con anguila laqueada, uno de los clásicos del restaurante. "Cuando pruebas algo casero y que está rico, el paladar no te engaña", sentencia.

"Las noches solemos tenerlas todas llenas pero de jueves a sábado es muy complicado poder entrar", explica, aunque "lo bueno de esta cocina es que es rápida, en una hora y media puedes haber comido". Solo escapa de las reservas la terraza, en la que se puede entrar siempre que haya hueco por orden de llegada. Atienden a este periodista mientras no paran de llegar los proveedores. La cocina va entrando en ebullición. Se acerca el mediodía y los primeros clientes están prontos a entrar.

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