El municipio de Dalías disfruta estos días de uno de los momentos más especiales del calendario festivo y religioso al estar ya inmerso en la celebración de las fiestas en honor al Santísimo Cristo de la Luz de Dalías que volverán a congregar este año a miles de fieles de todo el mundo que, movidos por la fe, peregrinan hasta el templo del municipio.

No en vano, se ha convertido en un acontecimiento social, religioso y cultural que ya ha atravesado las fronteras provinciales. La procesión del Santísimo Cristo de la Luz de Dalías es ya sinónimo de devoción, fervor, multitud y, como no, de cohetes. Tiene lugar, como marca la tradición, durante el tercer domingo de septiembre, momento en el que el Patrón de la localidad, la imagen más venerada y querida por los dalienses, sale en procesión en consonancia con el atronador sonido que despiden los miles de cohetes que ilumina el cielo de Dalías y que dejan una de las estampas más fotografiadas y esperadas durante todo el año por sus fieles.

De hecho, esta celebración es la tercera peregrinación más importante y multitudinaria de Andalucía ya que reúne cada año a más de 300.000 devotos en torno a unas fiestas declaradas de Interés Turístico Nacional de Andalucía y de Bien de Interés Cultural de Carácter Etnológico.

Las fiestas se celebran con numerosos actos de carácter popular y religioso del 9 al 17 de septiembre. El punto de partida tuvo lugar este pasado fin de semana con la apertura del punto de acogida de peregrinos a cargo de la Hermandad y con la lectura del XX Pregón del Santísimo Cristo de la Luz a cargo del presidente de la Diputación Provincia de Almería, Javier A. García.

El día cumbre es este domingo en el que un año más el municipio de la comarca del Poniente recibe al Santísimo Cristo de la Luz con miles de cohetes y el repique de campanas. Como manda la tradición, sus vecinos se agolpan a la salida de su sagrado titular, en la escalinata de la iglesia, momento en el que muchos experimentan un "momento de paz y de reflexión espiritual".

La salida tiene lugar por la puerta principal de su sede canónica y durante todo el recorrido se suceden miles de cohetes y bombas salvas, además de saetas y alguna que otra petalá al sagrado titular que han convertido a esta procesión en todo un icono cultural, religioso y turístico que cada vez atrae a más devotos y de todos los puntos de la geografía provincial y nacional.

Y hablando de cifras, el alcalde de Dalías, Francisco Lirola ha ensalzado "el carácter religioso y la devoción que tenemos al Cristo de la Luz con más de 2.000 kilos de pólvora y 72.000 cohetes que lanzaremos en su honor para hacer de la noche el día".

Amplio dispositivo de seguridad

El dispositivo de seguridad de la subida al Cristo va a estar integrada por más de 70 agentes que se encargarán de guiar en el recorrido de los peatones a lo largo de la carretera A-358 en el tramo comprendido entre la barriada ejidense de Pampanico y la localidad de Dalías.

En el dispositivo también participarán Policía Local y Protección Civil de El Ejido, 112, Cruz Roja, Bomberos del Poniente, así como la Jefatura provincial de Tráfico.

En el marco de este dispositivo especial se realizarán controles de velocidad, así como de alcoholemia y drogas por parte de la Policía Local, que vigilará permanente las dos vías principales por las que se desplazan los peregrinos, las carreteras A-358 y AL-3303. En la confluencia de ambas vías se establecerá un punto permanente de regulación del tráfico, y habrá otro a la altura del paso de peatones de la Venta de Pampanico. Se instalarán bandas sonoras para la reducción de velocidad y de igual forma habrá patrullas móviles que vigilarán el resto de las vías por las que transitan los peregrinos.

El dispositivo prevé igualmente la asistencia sanitaria para aquellos peregrinos que lo puedan necesitar. Habrá un módulo de primeros auxilios habilitado por Protección Civil que contará con una ambulancia. Se dispondrá junto a la oficina de la Junta Local de Pampanico. Aquí los peregrinos podrán recibir asistencia para aquellos problemas que son más comunes durante la peregrinación, tales como mareos o agotamiento, así como curas para rozaduras y ampollas, o vendajes para las personas que realizan el trayecto descalzas.