La memoria del espantapájaros tras la guitarra de José Ignacio Lapido

"Siempre me vísteis mover los brazos, en una danza al viento de giros extraños". Con estas palabras comienzan los primeros acordes de La canción del espantapájaros, que aupó a la cumbre en los años 80 a la banda granadina 091. Pasó el tiempo, y el "cerebro" de este legendario grupo, José Ignacio Lapido, sigue pisando fuerte en los escenarios españoles aunque con un repertorio más acústico e íntimo. Su último disco, Cartografía, autoeditado en 2008, es una mezcla de pasiones y sentimientos encontrados. Es uno de los músicos esenciales del rock nacional. También uno de los que juega más a menudo con el componente poético y filosófico, sin que eso signifique una pérdida de melodía.

Lapido define su presencia en el mundo de la música escribiendo "estoy en el ángulo muerto, en el sitio perfecto, nadie me ve".

El viernes a las 20:30 horas estará en el Museo de Almería acompañado de Víctor Sánchez, guitarra y coros, y Raúl Bernal al teclado y voces. Los asistentes disfrutarán de la magia de un acústico diferente, ofrecido por uno de los genios del rock nacional.