Un paisaje para enamorarse

Perteneciente al municipio de Níjar y situada dentro del Parque Natural Cabo de Gata-Níjar, Agua Amarga se revela como una opción altamente recomendable para quien busca rincones desiertos, minúsculas calas sin gente y buena gastronomía en la provincia de Almería. Las armas de las que dispone son sol, arena fina y gente agradable, con una playa de ensueño y diversas calas que por la dificultad que presenta el acceso a pie, saben recompensar al atrevido buscador de rincones inolvidables con espacios sin gente y sin ruidos en las que perderse con el suave ruido de las olas de fondo. Además, son diversos los sitios donde se puede degustar la excelente cocina de este mágico enclave, situado a tiro de piedra de Carboneras y a 57 Kilómetros de Almería.

En el bar la Plaza, situado en el centro de la localidad, se sirve una de las mejores tortillas de patatas que se puede comer en la provincia de Almería, lo que queda demostrado ante la cantidad de gente que acude allí con el único propósito de degustar tan exquisito manjar. Otro de los sitios donde se puede degustar la cocina típica de la zona, así como del buen pescado que caracteriza a este pueblo, es el restaurante Costaamarga, donde es una delicia sentarse en su terraza y ver el mar que riega esta bella localidad almeriense, mientras se disfruta de los mejores arroces y pescados que se pueden comer en este rincón de la provincia almeriense. Además toda la comida es natural: "Tenemos diferentes freidoras para carne y pescado. No nos gusta que se mezclen sabores de alimentos. Aquí no hay nada precocinado", afirma Consuelo, dueña del establecimiento.

También hay lugar para la mejor gastronomía italiana con las deliciosas pizzas que se pueden degustar en el conocido establecimiento Carpanta. Para dormir, tenemos los conocidos apartamentos Caparrós, donde por se puede estar a pie de playa disfrutando de esta maravilla de la naturaleza que es Agua Amarga.

Además cuenta con sitios de insultante belleza como la cala de San Pedro, Calaenmedio, Calaarena y los Muertos. La dificultad para llegar a algunos de estos sitios (hay varias calillas a las que sólo se llega en barco) es recompensada notablemente por lo que encontramos allí.

Minúsculas playas sin gente, casi vírgenes, llenas de peces que se distinguen perfectamente a través de cristalinas aguas. Sus gentes, aunque predominantemente españolas, han sabido acoger a la ingente cantidad de extranjeros (franceses, italianos...) que eligen este maravilloso enclave para sus vacaciones de verano. Aunque esta afluencia patria es algo nuevo ya que hasta hace no mucho eran los extranjeros (sobre todo en los años 80) los que predominaban en este pueblo, y al que el simple hecho de incluirlo dentro del parque natutal y el ser más publicitado y mejorados sus accesos, ha conseguido que muchos almerienses descubran en los últimos tiempos los encantos de este lugar paradisíaco.

También es muy conocido en el pueblo Juanjo, que lleva un negocio de alquiler de canoas que se integran de forma tranquila en el ambiente de esta localidad. Además, por la cantidad existente de mini playas y pequeñas calas que comentamos antes, se permite fondear para que los afortunados que posean un barco o una Zodiac puedan irse a la aventura de estos mágicos lugares, carentes del mundanal ruido del que a todos nos gusta huir en verano. Nada de playas atestadas de gente ni metros y metros de sombrillas. Sólo paz y tranquilidad absoluta.