Los mayores de Huércal de Almería, en una montaña rusa sin moverse del sillón

Se había prometido en la jornada de ayer en las páginas de ‘Diario de Almería’ y, como se había pronosticado, sucedió. Un grupo de huercalenses pudo disfrutar de la experiencia de las gafas de realidad virtual, algo al alcance de no tantos afortunados.

Fue, pasadas las diez de la mañana, en el Centro Social de la Tercera Edad. En uno de los salones de este espacio se vivió un frenesí de fantasía con quienes quisieron participar. Era lógico el interés, no todos los días se puede estar sentado en un sofá y montado en una montaña rusa al mismo tiempo.

Lo primero fue, en grupos de cinco, sentarse en sillas giratorias y elegir en qué mundo quiere uno sumergirse. O la mencionada montaña rusa o el fondo marino, que “es muy relajante, da la sensación que estás buceando”, dice Manu Abad, concejal de Tercera Edad de Huércal de Almería. Es, quien se lo iba a esperar, una terapia, “te ayuda a perder el miedo a la sensación de estar buceando”, añade. Era realidad virtual, no se ha llenado de agua, por ahora, el Andarax.

Luego vendrá el ‘rock and roll’. “Te puedes pasar a la montaña rusa, pero ese es más estridente”, asegura. Una emoción no apta para cardiacos en la que se aconseja arrancar por el fondo marino y continuar por la montaña rusa. “Hay muchas sensaciones de caída, vacío, pérdida del equilibrio”, confiesa, asegurando que hay hasta quien, pese a estar sentados, se cae.

Es una actividad gratuita y resta aún una de las dos sesiones por darse. Será la del 21 de junio, para la que quedan libres apenas nueve de las veinticinco plazas puestas en marcha, aunque esperan desde el Ayuntamiento que se complete en los próximos días. No se podrá repetir, para desgracia de quien desarrollara una pasión por este juego, pues está dirigida a grupos diferentes de personas. No conviene, si esta información le ha animado, dilatar el proceso para apuntarse.

La actividad es posible gracias a la colaboración de Cruz Roja en Almería, que está ofreciendo este servicio lúdico para diferentes municipios y entidades. De esta organización fue el monitor que guió la sesión, enseñando a todos a manejarse con esta tecnología y a apreciar lo que se estaba disfrutando. Hubo quien, imbuido por el juego, logró evadirse completamente de la realidad y ni siquiera escucharle. Es, la de estar con unas gafas de realidad virtual, no apta para cualquier persona. No contará este cronista su experiencia peculiar.