Almería

ALBANCHEZ. A imagen del Titanic

Príncipe de Asturias

Príncipe de Asturias

Enclavado en las estribaciones de los Filabres, el municipio pertenece al paisaje del Almanzora e íntimamente ligado a la Comarca del Mármol. El pintoresco e ilustrado pueblo serrano (las antaño jornadas literarias Albanbeach, en una “playa” improvisada junto al río, lo corrobora) mantiene su impronta musulmana en una trama urbana escalonada. En ella que sobresale la recia torre (con un histórico reloj) parroquial de Ntra. Sra. de la Encarnación. El 15 de agosto se festeja a la Virgen y a san Roque, patrón desde 1500, con ermita propia.Enclavado en las estribaciones de los Filabres, el municipio pertenece al paisaje del Almanzora e íntimamente ligado a la Comarca del Mármol. El pintoresco e ilustrado pueblo serrano (las antaño jornadas literarias Albanbeach, en una “playa” improvisada junto al río, lo corrobora) mantiene su impronta musulmana en una trama urbana escalonada. En ella que sobresale la recia torre (con un histórico reloj) parroquial de Ntra. Sra. de la Encarnación. El 15 de agosto se festeja a la Virgen y a san Roque, patrón desde 1500, con ermita propia.

Mausoleo a las víctimas Mausoleo a las víctimas

Mausoleo a las víctimas / Alfonso Viciana (Almería)

Naufragio

Diez localidades almerienses lloraron a sus hijos, pero fue Albanchez quien especialmente se vistió de luto en el invierno de 1916 ante la tragedia vivida muy lejos de la sierra filabresa, en el Cono Sur americano. Un monolito de mármol con cruz y lápida los recuerda en el cementerio municipal, con emotivo responso anual en el Día de los Difuntos.

El 5 de marzo de dicho año se produjo el accidente marítimo que puso a la villa en las portadas de la prensa nacional e internacional. Como una premonición de lo que le ocurriría al “Titanic”, el naufragio del vapor-correo de 14.000 toneladas, “Príncipe de Asturias”, el más lujoso de España (193 tripulantes y 395 pasajeros a bordo; con un total de 445 ahogados), se cobró la vida de 17 albancheros con destino a Brasil y Argentina. Un violento temporal lo lanzó sobre un arrecife sin que el capitán, José Lotina, pudiera evitarlo; hundiéndose rápidamente a milla y media de la costa de Ilhabela, Estado de Sao Paulo, penúltima escala antes de concluir su singladura en Montevideo y Buenos Aires. El listado (publicado con todo lujo de detalles por Alfonso Viciana en “Cinco historias necesarias”) incluye al matrimonio Linares-Palenciano y 8 hijos; a María García e hija y Josefina Molina y tres retoños, que marchaban al reencuentro familiar con sus esposos, y a la joven María Franco Doménech. El resto, hasta 39, procedían de la capital y 9 de distintos pueblos. Habían embarcado en tercera clase el 19 de febrero en el trasatlántico de la naviera Pinillos Izquierdo y Cía., consignado en Almería por Luis Gay. Solo tres almerienses se salvaron del naufragio, entre ellos el joven camarero José Marín.

El sastre Francisco Martínez Botella El sastre Francisco Martínez Botella

El sastre Francisco Martínez Botella

Víctima inocente

El segundo caso que protagoniza la página pudo suceder en cualquier localidad de la provincia. Caso del crimen del Cortijo del Fraile o el del niño Bernardo González, en Níjar y Gádor. Así acaeció y así lo narramos, evitando detalles escabrosos. José Mª Bernabé López fue víctima del alevoso crimen cometido en vísperas de la Navidad de 1881. Por encargo de su madre, el zagal de apenas 13 años partió llevando del ronzal una burra hasta la casa de un tío suyo en Cantoria, con el encargo de portear una fanega de maíz con la que alimentarse los días de Pascua. Ya no volvería por su pie al domicilio paterno de Ambrosio Bernabé y María López. En el barranco de Los Olivos (o de La Palmera) fue asaltado por los leñadores José Cruz “El Rojo” y Adolfo Samper (de 18 y 16 años), con el ánimo de robarle y darle muerte. El cadáver del chaval fue descubierto oculto bajo unas piedras por el cabo de la Guardia Civil, Domingo Pizán; siendo trasladado al camposanto local en medio de la consternación general. Del macabro lance se ocupó el historiador Juan Grima, reproduciendo (Revista Almansura) el romance impreso en coplas de ciego. La prensa de Madrid se hizo eco y el corresponsal en Albóx del capitalino diario La Crónica Meridional remitió una nota con el testimonio de la Benemérita. 

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