ALCOLEA. Luces versus sincronizador magnético
Almería
El miedo cobró cuerpo en algunos alcoleanos. En aquellos que afirmaban haber visto -y sufrido- un objeto luminoso de difícil descripción y origen desconocido. Era noche cerrada y se asemejaba a una bola lumínica, “muy fea”, de intenso color rojizo, anaranjado o blanco. Del “tamaño de un puño, o de un huevo”, que avanzaba decidido en línea recta y se alejaba a la vista de los atónitos vecinos testigos de la singular “aparición” en un abandonado cortijo de Los Llanillos, labrantío de recio olivar a 1 km. del pueblo. Los hechos se remontan al 18 de abril de 1987, con Cayetano Galafat, un hermano de 9 años y Francisco Ruíz Utrilla de avistadores primeros. En sucesivas romerías nocturnas de lugareños reunidos en grupos, en los que igualmente participó el alcalde. No tenemos constancia en cambio de que lo hiciese la Guardia Civil de la cercana Berja o Laujar, y ya es raro. En cambio, un pastor que llevaba 15 años guardando allí el ganado nunca vio nada extraño o sospechoso, llegando a calificarlo de invención y/o chaladura. Fenómeno natural, artificial o chaladura, a los pocos días un autotitulado experto ufólogo, Manuel Navas, llegó a la pacífica Alcolea a zanjar el asunto con un diagnóstico “científico” irrefutable. Con un par, si señor: “Se trata de un sincronizador magnético”. Quizás se pregunten de que se trata dicho aparatito? Vean: El miedo cobró cuerpo en algunos alcoleanos. En aquellos que afirmaban haber visto -y sufrido- un objeto luminoso de difícil descripción y origen desconocido. Era noche cerrada y se asemejaba a una bola lumínica, “muy fea”, de intenso color rojizo, anaranjado o blanco. Del “tamaño de un puño, o de un huevo”, que avanzaba decidido en línea recta y se alejaba a la vista de los atónitos vecinos testigos de la singular “aparición” en un abandonado cortijo de Los Llanillos, labrantío de recio olivar a 1 km. del pueblo. Los hechos se remontan al 18 de abril de 1987, con Cayetano Galafat, un hermano de 9 años y Francisco Ruíz Utrilla de avistadores primeros. En sucesivas romerías nocturnas de lugareños reunidos en grupos, en los que igualmente participó el alcalde. No tenemos constancia en cambio de que lo hiciese la Guardia Civil de la cercana Berja o Laujar, y ya es raro. En cambio, un pastor que llevaba 15 años guardando allí el ganado nunca vio nada extraño o sospechoso, llegando a calificarlo de invención y/o chaladura. Fenómeno natural, artificial o chaladura, a los pocos días un autotitulado experto ufólogo, Manuel Navas, llegó a la pacífica Alcolea a zanjar el asunto con un diagnóstico “científico” irrefutable. Con un par, si señor: “Se trata de un sincronizador magnético”. Quizás se pregunten de que se trata dicho aparatito? Vean:
“Son esferas que la ciencia extraterrestre proyecta hacia un determinado lugar para su sondeo, estudio e investigación. Puede explorar cualquier tipo de actividad física, psíquica o incluso espiritual. El tamaño depende de la función a desarrollar. Estas esferas de luz no dejan rastro; se trata de luz magnética y no química, por lo que no quedan quemaduras ni radioactividad a su paso”.
Las “luces de Alcolea” dejaron de ser noticia en prensa. Parece como si la poderosa Sevillana-Endesa les hubiese cortado el suministro eléctrico por impago del recibo. Hasta que hace una década reaparecieron en un panfleto en el que, abusando de la credulidad ajena, un pertinaz embaucador enjaretó una estúpida teoría mezcla de fantasmas, tesoros ocultos, enlutados siniestros e invasión de la luminaria en domicilios particulares. Eso sí, el cura párroco bendijo los hogares y aquí paz y después gloria.
El Calzones de Alcolea
Ficción o realidad, “Calzones” cobró prestigio más allá de su historial combativo al frente de una “partida” de patriotas en lucha contra el ejército napoleónico invasor de Andalucía y, por ende La Alpujarra granadina y almeriense, durante las dos primeras décadas del siglo XIX. Actividad a caballo del bandolerismo y la anárquica guerrilla, secundado por otros “capitanes” alzados en armas frente al gabacho, buena parte de ellos regidores de villas de la zona: los alcaldes de Otívar (o Tío Caridad), de Valor, de Dalías (Gabriel Peralta) o de Ohanes (Francisco Moreno, quien llegó a disponer de una guerrilla de un centenar de hombres); el médico del mismo lugar (Juan Bautista Solsona), Vinagra o El Malacara. Temido fue asimismo un individuo apellidado Rienda, “quien se limitaba a exigir por la fuerza un canon, a modo de impuesto, a los arrieros que suben a Sierra Nevada en verano a surtirse de nieve en los ventisqueros”. A todos ellos se enfrentó con desigual éxito el médico felisario Martín Llanos, al que me refiero en la página dedicada a Felix.
De difícil encuadre, al Calzones -antiguo contrabandista- le vino una fama sobrevenida después del estreno de “una tragicomedia de enaltecimiento del espíritu francés y de quien, como ellos, se sentían muy cómodos de su amistad y de otras consideraciones que los no partidarios del país vecino no tenían acceso a las mismas” (Sedano Moreno): 'El Calzones de Alcolea', estrenado en el Teatro Napoleón, sito en el Campillo de la ciudad nazarita, representada en una fría noche de enero de 1811. Sorprendentemente, el autor era un clérigo, naturalmente afrancesado: Antonio Benito Núñez, canónigo doctoral de la catedral de Granada. La obra tuvo escaso recorrido y desapareció de los escenarios tan pronto como las tropas de José Bonaparte abandonaron España por los Pirineos. Del personaje epigrafiado solo tenemos un lance documentado en julio de 1810 (Emilio García Campra, revista Farua nº 12):
“Diego Martínez, entendido por Calzones, en el día 7, según su aviso, sorprendió a la Justicia de Sorbas, extrayéndole de su poder un legajo que comprende diferentes órdenes del Rey intruso y secuaces, otros sobre contribución de cinco millones a la provincia de Granada, 2.000 reales y gran porción de fanegas de trigo y cabezas de ganado cabrío y vacuno, que de dicho pueblo iban a salir con dirección a Almería… “.
Directorio biográfico
-Francisco de Torrijos. Morisco que durante la sublevación de la Alpujarra fue asesor de Juan de Austria por el conocimiento de los de sus orígenes.
-Gonzalo Valcázar, niño de diez años natural de Mairena (Granada), martirizado por los moriscos en la antedicha guerra y cuyas reliquias se depositaron, excepcionalmente en un nicho junto al altar mayor de la iglesia de Lucainena, junto a la cera de la hermandad local. Dicha parroquia dependió del arzobispado de Granada, adscrita a la de Ugíjar
-José María Moya Rivas. Periodista y fotógrafo
-Arcadio Roda Rivas. Político y periodista
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