Almería

ALCÓNTAR. Por pistas forestales

Nacimiento del Almanzora

Nacimiento del Almanzora

Caballeros de la historia,

Caballeros de la historia,

jinetes de las mesnadas

que lavaron sus heridas

en las cristalinas aguas

de estos barrancos agrestes

con puñales de pizarra

Alumnos del Instituto <Alto Almanzora>, de Tíjola, han presentado diez mil firmas con la solicitud expresa de distinguir a la Sierra de los Filabres con la calificación de Parque Natural. La recogida de adhesiones prosigue con la esperanza de un éxito que supondría el cuarto Parque en la provincia, tras el de Cabo de Gata-Níjar, María-Los Vélez y el de Sierra Nevada (compartido con Granada). En este sentido, es de justicia señalar al Dr. Martínez Oña como el pionero en proclamar la belleza agreste y el enorme potencial humano, paisajístico, sociopolítico y geográfico del macizo penibético. Vivencias plasmadas en su libro referencial <Mis rutas por los Filabres> (1975), reeditadas por el ayuntamiento de Olula de Castro y el IEA en 2009. Rutas realizadas generalmente acompañado de familiares y amigos, caso de los también médicos Francisco de Juan, Salinas Muros y Jiménez Molina.

El impenitente “correcaminos” la recorrió palmo a palmo. No dejó atrás valle, cerro u otero, fuente, río, riachuelo o rambla, cueva y roquedal, fauna y flora o masas boscosas sin describir y cartografiar. Y lo que es más esclarecedor para sucesivas generaciones de enamorados de su riqueza patrimonial: nos legó su testimonio escrito en forma de rigurosos cuadernos de campo, con numerosos croquis y detallados mapas del territorio. En aquellas primeras aventuras campestres las vías de comunicación eran prácticamente inexistentes. Limitadas a pistas forestales de trazado sinuoso, sin señalizar y no exentas de peligro debido a su angostura y cotas de altura. Un mundo por explorar. 

Dr. Martínez Oña Dr. Martínez Oña

Dr. Martínez Oña

Paisajes

Para optimizar sin riesgo tales itinerarios se valió del experto personal del ICONA. Práctica que aplicó asimismo para adentrarse en la intrahistoria de cada pueblo, aldea o núcleo habitado a los que arribó, recurriendo a lugareños avezados que ejercieron de cicerones. En este de Alcóntar, los “forestales” respondían a los nombres de Manuel Magaña, José Guirado (guarda mayor apodado “El Carrero”) y Ángel Peña. Trío que entre paradas y kilometraje en vehículos todoterreno le fueron desgranando todos y cada uno de los topónimos de su término municipal. Así sabemos, por ejemplo, de sus áreas de descanso y albergues como Barranco Belluga, Tía Buena, Piedra del Deseo o Cortijo Madreselva:

“Por el valle del Almanzora, gozando de un paraje verdegueante, llegamos hasta Los Meneses, donde abrazan los ríos Fargali y de las Herrerías. Cruzamos el río de Alcóntar y por su ribera izquierda vamos ganando altura hasta divisar la cortijada de Los Blázquez y el caserío del pueblo. Dejamos la carretera de Hijate y entramos en la pista que nos había de llevar a la cumbre… Cruzamos el barranco Pinar de Caja y nos dirigimos hasta la Amarguilla. Casas abandonadas y muchas escorias de hierro. A nuestra derecha quedan las lomas que separan los límites de la provincia de Granada. Las tierras están muy secas. El frío de la mañana se alivia con un bocadillo de jamón y unos tragos de vino al pie del cerro de La Pared, desde donde se divisan las llanuras de Caniles y Baza. En este cerro hay canteras de mármol verde actualmente en explotación… Mire, allí queda Cruz Blanca, El Saúco, Níjar, Gibaja, Las Carboneras, Los Joaquines, Los Migueles, Los Domenes y Amarguilla. Una legión pasada de héroes de la montaña… El hombre ha dejado su imperio de nieve y soledad, de crudeza y desamparo desde su Cruz Blanca a 1.500 metros de altura… “.  

Virgen de los Remedios Virgen de los Remedios

Virgen de los Remedios

El Hijate en el llano

¡Las nieves están más frías,

sin el calor de las almas!

Las Carboneras sin fuego

y Níjar sin esperanza.

Los Tres Morales sin moras,

los Checas sin algaradas,

los Joaquines en ruinas

y hasta Las Peñas sin casas.

Por todo el valle del Saúco,

en las noches estrelladas

la música del silencio

tiene sones de plegaria.

¡Una legión de hombre fuertes

Se fueron de la montaña!

Al igual que El Ejido, Puebla de Vícar y la Alfoquía restaron capitalidad a Dalías, Vícar y Zurgena, El Hijate dobla en número de habitantes a Alcóntar: pedanía próspera versus pueblo matriz. Ello justifica en buena medida el vaciamiento o trasvase de personas implícito en el romance. Se trata del antiguo caserío de Serón al que unió su historia hasta emanciparse a finales del XIX y gozó de cierta autonomía: alcalde pedáneo, ermita de 1820 (actual parroquia de la Virgen del Rosario), pilar bautismal y cementerio anejo, atendidos por un capellán residente en Serón. El arroyo del Saúco vierte sus aguas en el río de Baza y, al Este, da inicio al Almanzora. Prolongación de altiplano cerealista Baza-Caniles, El Hijate se beneficia de su situación estratégica junto a la carretera A-334 que vertebra el Valle con la vecina Granada. Convertida en área de servicios, dispone de una tradicional industria cárnica, con secaderos de jamón. El Hijate centra la mayor producción (curación) de jamones de la provincia: un total de 800.000 piezas anuales. 

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