ARBOLEAS. Un tronco de olivo

El estilo naif del Tío Pedro de Arboleas, arbóreo y mitológico, se exhibe en museos nacionales y extranjeros. Sencillo y cabal como corresponde a los hombres de la Almería profunda hoy en trance de despoblamiento. Claro y rotundo, cariñoso, socarrón y tierno al igual que las tallas en madera que esculpió con sus manos sarmentosas, en una especie de cuadra de ganado mínima reconvertida en estudio íntimo, aunque abierta a quien quisiese platicar de sucedidos fantásticos y de vivencias reales en las cortijadas de Las Huevanillas y Arroyo Aceituno, próximas a la cabecera administrati8va del municipio. Imágenes naifs, antropomórficas, como ancestrales ídolos precolombinos e ibéricos, estilizados animales mitológicos o, en su primera etapa, arados romanos y juguetes para los nietos. Labrados en troncos de olivos que recolectaba por sierras y secanos, en solitario o con su fiel e inseparable esposa, la Tía María (con la que se casó en Francia tras regresar de Argentina). Había nacido en Arboleas en 1915 y de la misma cuna partió, nonagenario y viudo, hacia otra dimensión el 6 de febrero de 2008, entre el sentir general de sus convecinos y la legión de amigos que lo querían y admiraban su peculiar arte, ingenuo y espontáneo: poetas, fotógrafos, pintores, historiadores…

El estilo naif del Tío Pedro de Arboleas, arbóreo y mitológico, se exhibe en museos nacionales y extranjeros. Sencillo y cabal como corresponde a los hombres de la Almería profunda hoy en trance de despoblamiento. Claro y rotundo, cariñoso, socarrón y tierno al igual que las tallas en madera que esculpió con sus manos sarmentosas, en una especie de cuadra de ganado mínima reconvertida en estudio íntimo, aunque abierta a quien quisiese platicar de sucedidos fantásticos y de vivencias reales en las cortijadas de Las Huevanillas y Arroyo Aceituno, próximas a la cabecera administrati8va del municipio. Imágenes naifs, antropomórficas, como ancestrales ídolos precolombinos e ibéricos, estilizados animales mitológicos o, en su primera etapa, arados romanos y juguetes para los nietos. Labrados en troncos de olivos que recolectaba por sierras y secanos, en solitario o con su fiel e inseparable esposa, la Tía María (con la que se casó en Francia tras regresar de Argentina). Había nacido en Arboleas en 1915 y de la misma cuna partió, nonagenario y viudo, hacia otra dimensión el 6 de febrero de 2008, entre el sentir general de sus convecinos y la legión de amigos que lo querían y admiraban su peculiar arte, ingenuo y espontáneo: poetas, fotógrafos, pintores, historiadores…

Un museo con su nombre

Gente del gremio que perpetúan su memoria en el Museo que lleva su nombre inaugurado en 2004 y proyectado por el arquitecto Carmelo Bertué (sus fondos fueron adquiridos por el propio Municipio). O bien, recogida en el espléndido catálogo-homenaje editado en 2008 por Diputación: Fotografías, Rodrigo Valero. Pedro Gilabert. Valero obtuvo una beca de investigación sobre su obra y aquí evoca tres exposiciones de entre las más de 40 en que participó. Aunque no era el primer libro que le dedicaron. Antes lo fue Gilabert y su obra, Gilabert en el Aula o Campos de Luz, editados por el Ayuntamiento arboleano y elaborados por profesores del IES Valle del Almanzora, escritores y poetas; ilustrados por pintores almerienses y coordinados por el profesor Francisco Bautista Toledo.

Tras una vida dura y llena de privaciones en la emigración a Barcelona y Gerona, Argentina o Francia, de participar en la guerra en el bando republicano perdedor y sufrir represalias, Pedro Gilabert Gallego regresó a Arroyo de Aceituno en 1962. La Junta de Andalucía le otorgó en 1989 el Escudo de Oro de la Comunidad y le declaró Hijo Predilecto, al igual que su ayuntamiento natal. Diputación Provincial convoca bianualmente un concurso de artes plásticas destinado a jóvenes valores.

Periodista de raza

Diego Martínez Pérez, nacido en Arboleas en febrero de 1965, realizó sus estudios primarios entre la Arboleas natal y Zurgena, y el bachillerato en Albox. En 1987 llegó a la redacción de La Voz de Almería, donde trabajó 15 años, siendo, además, corresponsal de la Agencia Colpisa, El Sol y El Periódico de Cataluña. Asimismo publicó en Interviú y en el suplemento Babelia, de El País. Tras ese periodo, permaneció durante dos años más en la edición almeriense de El Mundo. Desde noviembre de 2007, fecha en la que nace Diario de Almería, es el encargado de la sección de Cultura. A lo largo de tantos años, dicho periodista ha editado “cientos de entrevistas y reportajes vinculados con la cultura y la vida social”. Entre sus grandes amigos se encuentran Carlos Herrera, Julio Iglesias y Raphael. Actualmente colabora igualmente con ‘Herrera en Cope’, con una sección de ‘Vidas ilustres’ y antes en la de ‘Psicópatas y asesinos en serie’.