Abuelos con derecho a sexo

No existe límite de edad aunque a partir de los 75 años la frecuencia disminuye · Los besos y las caricias son las prácticas más frecuentes entre las personas mayores

Mayores pasean por los exteriores de una residencia de la tercera edad de la provincia.
Mayores pasean por los exteriores de una residencia de la tercera edad de la provincia.
Mar París / Almería

15 de julio 2012 - 01:00

Aunque la creencia popular es que en las personas mayores de 65 años disminuye el deseo sexual a medida que cumplen años, lo cierto es que los abuelos siguen siendo sexualmente activos. Y no solo lo avalan estudios como la Encuesta Nacional de Salud y Sexualidad, de la que se desprende que el 62,3% de los hombres y el 37,4% de las mujeres son sexualmente activos.

Así lo ha asegurado también el delegado de Salud y Bienestar de la Junta en Almería y experto en sexología, Manuel Lucas, que además publicará en breve un nuevo libro que ha titulado Sexualidad Madura. El sexólogo ha señalado que "sigue habiendo muchos mitos erróneos y se suele pensar que la sexualidad de los mayores es minimizada e incluso desaparecida y eso no es cierto, ya que hay muchas personas que tienen capacidades para seguir siendo activas". "Una de las causas a su favor es el tiempo libre del que disponen que por el contrario se convierte en un problema en edades más tempranas a quienes el estrés afecta en la práctica sexual".

Manuel Lucas ha subrayado que "no hay un límite de edad para la sexualidad. Todo el mundo necesita encontrar a alguien que le demuestre su cercanía y satisfaga la sed de piel". El experto ha señalado que al hablar de sexualidad no solo nos referimos al contacto genital sino que también existen las caricias y los besos". Desde la Junta se da un tratamiento especial al sexo en los mayores y la Administración cuenta con el Plan Andaluz de Promoción de la Salud Sexual para personas mayores que tiene como objetivo informar, dar a conocer, apoyar y aumentar la capacidad de éstas para vivir como personas sexuadas y sexuales desde la integridad, la autonomía personal, la igualdad y la equidad. A pesar de intentar buscar un equilibrio, las circunstancias personales influyen en la práctica sexual en edades avanzadas. Y es que no es lo mismo vivir en casa que en una residencia. Aunque en estos centros procuran que el sexo sea algo natural y los mayores tengan su espacio íntimo.

La directora de la residencia de mayores de El Zapillo, Pepa Requena, ha señalado que la sexualidad es un tema "que siempre hemos abordado con absoluta normalidad".

La responsable del centro ha apuntado que en los 11 años de la residencia han sido muchas las personas que se han conocido y han iniciado una relación sentimental que ha durado años, en la mayoría de los casos hasta el fallecimiento. "Les hemos facilitado compartir habitación igual que lo hacemos con los matrimonios". "Sí es cierto que cuando los residentes están en una habitación doble que comparten con otro u otra del mismo sexo pues la intimidad es menor".

Los resultados, basados en la Encuesta Nacional de Salud y Sexualidad realizada en 1.939 ancianos heterosexuales durante el año 2009, revelan que las prácticas sexuales más habituales son los besos, las caricias y la penetración vaginal. Por el contrario, las menos practicadas son la masturbación y el sexo oral.

Además, existen otros factores que limitan la actividad sexual en ambos sexos: ser mayor de 75 años, no tener pareja, poseer un bajo nivel educativo, una mala percepción de la propia salud y la sexualidad, padecer dos o más enfermedades crónicas y tomar dos o más medicamentos.

Los autores apuntan diferencias de género entre los mayores de 65 años, con una menor actividad sexual de las mujeres respecto a los hombres, y de edad, con mejores resultados entre los 65 y los 74 años que en los mayores de 75 años. En cuanto a la frecuencia, la encuesta revela que esta población tiene de dos a cuatro veces sexo en un mes y disminuye en aquellos de 75 o más años.

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