Crónicas desde la ciudad

¡Adiós, Don Paco Gomis Peinado!

  • Bien cumplidos los 101 años de edad, en la noche del domingo fallecía en su domicilio el almeriense don Francisco Gomis Peinado: compositor, pianista, director escénico e investigador de temas locales

SONÓ el teléfono: ¿Antonio Sevillano?, soy la nieta de don Paco Gomis… No sigas, ha fallecido tu abuelo ¿verdad? Quince minutos después, en la iglesia del Espíritu Santo, magníficamente decorada -murales, mosaicos, cristaleras-, por su amigo Luis Cañadas, expresaba mi condolencia a su hija Marisa -madre coraje; animosa y animada cuando precisamente ella es quien más lo necesita-, a su esposo (Francisco Onteniente) y a Francisco, hijos ambos de Francisco Gomis Peinado y Mª Luisa Medina Garcés. Centenario y sólo con problemas crónicos de vista y audición, ha fallecido de pura consunción en su casa de Dr. Carracido. Don Paco ha ido apagándose al igual que una pavesa; extenuado tras una centuria dando frutos y al servicio de los demás (familia, amigos, sociedad), como recordaba el sacerdote en su responso ante un templo ocupado precisamente de familiares y amigos. En la Navidad de 2009 escribía un reportaje glosando su figura; volvimos a felicitarlo al cumplir el siglo, aniversario en el que estuvo presente Diario de Almería, brindándonos (Fran Murcia), además, un magnífico reportaje gráfico.

Semblanza biográfica

Ahora, en su memoria, me permito reproducir parte de aquellos. A principios del pasado siglo vino a Almería Vicente Gomis, joven maestro procedente de Valencia. Aquí contrajo nupcias con la gergaleña Pura Peinado, de cuyo matrimonio nacieron Vicente, Antonio, Francisco y Alicia. De La Almedina se trasladaron a la plaza Castaños (en el domicilio colindante a la catedral vino al mundo don Paco) y seguidamente al nº 3 de la calle Cid (Eduardo Pérez), donde en 1914 reabrió su escuela de 1ª Enseñanza para niños humildes y (nocturnas) modestos jornaleros. Entre sus alumnos predilectos figuró Fermín Estrella, emigrado a Argentina y en cuya República alcanzó renombre en las Letras y Educación. En su regreso a Almería (marzo, 1929) la primera visita fue a su maestro; y en la segunda (noviembre 1974) inició su conferencia en la Biblioteca Villaespesa con una sincera evocación: "Don Vicente fue un maestro extraordinario, que influyó poderosamente en mí, pues era un ejemplo de viva nobleza, de honradez y de ecuanimidad. Sabía mucho y sabía transmitirlo". Naturalmente no alcancé a conocer a tan preciado pedagogo pero sí a su hijo, y puedo dar fe que don Paco supo heredar los valores del progenitor.

El niño Paquito sólo tenía que cruzar la acera de las Cuatro Calles para asistir en la calle Real a la academia de Música, Pintura y Declamación abierta por Joaquín Martínez Acosta y su esposa Gracia Luque. En ella estudió seis años de solfeo y piano; con tan buen aprovechamiento que le permitió debutar (noviembre, 1929) en el acreditado Café Colón sustituyendo la baja temporal de una pianista titular del Trío Sinfónico Ruso (más adelante acompañó a Antonio Machín y a otros "vocalistas en el propio Café del Paseo desaparecido). Desde su inauguración en tiempos de la IIª República, fue colaborador fijo de EAJ 60 Radio Almería, donde era anunciado como "El pianista invisible", aunque su identidad era notoria. Sin abandonar su aprendizaje musical, cursó estudios de Magisterio y en la Escuela de Comercio. Además de sus habituales participaciones en Carnaval, en 1932 formó la Tuna Estudiantil Almeriense, a expensas de la Congregación de San Luis Gonzaga: "Lo único que llamó la atención fue la Tuna que dirige Don Francisco Gomis, no sólo por su presentación, sino también por la parte coral y musical…".

Concluida la incivil Guerra se casó con Luisa Medina Garcés, unión de la que nació la citada pareja, María Luisa y Francisco. Trabajó en Fiscalía de Tasas -organismo recaudador estatal- hasta que en 1952 marcha con la familia a Madrid, continuando en su Delegación Provincial hasta la supresión de las Cartillas de Racionamiento franquistas. Concluida su etapa funcionarial dirigió un negocio de alquiler de coches de lujo, con Embajadas y organismos oficiales extranjeros de clientes preferenciales. Es en este periodo cuando ingresa en la Hermandad de la Virgen del Mar matritense; ocupando distintos cargos a partir de 1958 (de la época fundacional sólo vive el nonagenario ohanense Miguel Vizcaíno Márquez). Ya jubilado, regresa a Almería con el cargo vitalicio de Secretario Honorario de la Hermandad, cuya titular ha sido una de las grandes pasiones de Don Paco; presente en todas sus actividades.

Músico

Antes del periplo madrileño dio varios años clases de música en el colegio La Salle, simultaneando estas con su eficaz actividad en la Obra Sindical de Educación Descanso que dirigía Cristóbal López Lupiáñez. Como responsable de su Cuadro Artístico demostró profesionalidad y carácter, montando un vasto repertorio de zarzuelas en el teatro Apolo: La Revoltosa, La rosa del azafrán, La verbena de la Paloma… Años felices en los que cultivó afición con músicos de la talla del maestro Rafael Barco (su primogénito estaba presente en el funeral), José Richoly, Ángel Barceló, Quiñonero, Miguel García, etc. De entonces evocaba, con orgullo y gozo, la noche en que le cedió la batuta al maestro Jacinto Guerrero cuando este vino a nuestra ciudad a dirigir un ciclo lírico.

Esa satisfacción salió a relucir cuando me explicaba que el piano que adornaba el salón de su casa había pertenecido a Gaspar Vivas, el genial compositor del Fandanguillo de Almería; con quien entabló estrecha amistad y escribió cuatro partituras conjuntas de las dieciocho registradas en la SGAE (el listado me lo proporcionó el también compositor Pepe Nieto, amigo común): Costa del Sol, El tiempo es oro, El último Fandango y Gitanilla Primavera.

Don Paco me comentaba que tenía otras tres sin registrar por las que sentía predilección: Nacida del mar, Alas victoriosas y la barcarola Salutación a la Virgen del Mar (siempre la Patrona como guía de sus sentimientos espirituales) o el sainete lírico "La Alcazaba", representado en el Apolo en junio de 1950 a beneficio de la Cruz Roja. El bello piano adquirido a la viuda de Gaspar Vivas en 475 pesetas cerró su tapa cuando en 2005 falleció su esposa (Mª Luisa Medina fue la primera voz anunciada cuando el estreno -teatro Cervantes, diciembre, 1935- de la zarzuela "En mi jaca jerezana", de Rafael Barco

Archivo Municipal

Adela Alcocer, su archivera-jefe, puede dar fe del empeño investigador de Don Paco. Muchas fueran las horas y legajos compartidos en nuestro afán de profundizar en la historia de Almería, aunque se marchó sin encontrar, quizás por que nunca llegaron a existir unas Pragmáticas regias y Breves pontificios. En correspondencia a las atenciones recibidas donó al Archivo 182 partituras musicales, siéndole agradecido el gesto por el Pleno Extraordinario de 25-V-1999. Pues bien, pese a tan densa biografía al servicio de su tierra natal, el actual equipo de gobierno municipal no tuvo el gesto de felicitarle siquiera en su Centenario. Ni ahora de acudir ninguno de sus miembros al funeral. Que dios se lo pague… pero no olviden que como honras serás honrado. Descanse en paz, don Francisco Gómis Peinado.

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