Almería

Adiós al déficit hídrico

  • Las obras de Acuamed entran en su recta final y unidas al buen año hidrológico ya han permitido olvidar el trasvase del Ebro

El déficit hídrico que cada verano siembra incertidumbre entre los regantes, agricultores y pueblos con problema de suministro se ha ido difuminando en los últimos años, hasta tal punto de que ya se habla incluso de superávit, por la evolución lenta pero constante de las obras del programa AGUA que viene desarrollando Acuamed en la provincia y las considerables precipitaciones registradas en los últimos dos ejercicios. Almería se ha ido olvidando del polémico trasvase del Ebro, que todavía se mantiene en la agenda política de los principales líderes del Partido Popular, y confía en exprimir lo antes posible los frutos de un plan basado fundamentalmente en la desalación. De hecho, en cuestión de meses, ya en otoño, empezará a funcionar la planta desaladora del Bajo Almanzora aportando 20 hectómetros cúbicos a los 42 que puede producir la de Carboneras cuando se complete la amplia red de conducciones a los pueblos del Levante e incluso al desierto de Tabernas y la capital. La inversión en la fábrica de agua de Villaricos, una de las actuaciones estrella de Acuamed con la tecnología más avanzada, será de 94,4 millones de euros, acaparando casi una quinta parte de los 520 millones que suman el conjunto de obras e infraestructuras en la provincia. Será un referente en la provincia de la nueva cultura hídrica y, de hecho, contará con un centro de interpretación basado en el uso responsable de los recursos tan enraizado entre los almerienses.

Y es que Almería lleva más de una década invirtiendo en agua. Ya durante el Gobierno de Aznar se destinaron 127 millones a la planta de Carboneras y 175,4 a la construcción del trasvase entre el Negratín y el Almanzora que en este último año ha hecho posible la llegada de 45 hectómetros a una comarca siempre castigada por la sequía. Los 15 hectómetros cúbicos que se han aportado por el trasvase del Tajo-Segura han garantizado el suministro y "no habrá problemas cuando lleguen las vacas flacas", argumenta el presidente de la Federación de Regantes de Almería, Fernando Rubio. Y es que las considerables precipitaciones registradas en el otoño y primeros días de invierno del pasado año, en la misma línea de las registradas durante 2009, han disparado las reservas. "Las necesidades del Poniente están cubiertas para los próximos dos años", asegura Andrés Cuadrado, presidente de los Regantes de la Sierra de Gádor.

Mientras vuelve a escasear la lluvia avanzan las obras del plan AGUA, como la desaladora del Campo de Dalías, que aportará 30 hectómetros cúbicos con un coste de 145,3 millones de euros, o la conducción de los depósitos de los pueblos del Levante con las plantas de Carboneras y Valle del Almanzora que se tendrían que haber iniciado este mes de julio. Otras actuaciones que pronto se iniciaron son la conducción entre la Venta del Pobre y el Campo de Tabernas, para llevarle el agua de Carboneras en una tubería de 175 kilómetros (pendiente de licitar) y la conexión Balsa del Jabonero-Llanos de Almería que estará en obras en enero del próximo año con un presupuesto que ronda los 14 millones de euros. También se tienen que adjudicar las balsas La Redonda y El Cañuelo, así como la mejora de infraestructuras de regadío de la Junta Central de los Usuarios del Poniente. Las obras del programa AGUA en Almería aportarán a medio plazo más de 100 hectómetros cúbicos -unidos a los que llegarán a finales de año desde la planta de Águilas- en una apuesta por el agua de calidad, a un menor coste y con el consumo de energía mínimo. Un equipo de investigadores de la Universidad de Almería argumentó a través de un estudio que la osmosis inversa, la que se aplicará en las nuevas plantas de la provincia, reduce en un 50% el impacto ambiental con respecto a la utilización del agua del mar. La desalación es el eje de la política que viene aplicando el Gobierno socialista tras derogar a finales de 2004 el anterior Plan Hidrológico Nacional, en el que se contempló el trasvase del Ebro.

La provincia contará con una red de desaladoras entre las que se encontraba inicialmente la de Rambla Morales, pero su compra por parte de Acuamed se ha visto paralizada por la negativa de la comunidad de regantes a aceptar sus condiciones. El déficit hídrico ya es historia de una tierra que ha sacado agua de las piedras.

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