Adiós a los piojos sin la necesidad de emplear productos químicos

Son los parásitos más democráticos, no les importa edad, religión o condición social, y la cruz de los padres cuando descubren que sus hijos regresan del colegio, del parque o de la piscina con piojos. Traen a las familias de cabeza en una batalla contra esta plaga que nunca parece tener fin. Cuando uno piensa que ha vencido, surge un nuevo brote. La desesperación que, como efecto secundario conlleva la pediculosis, ha generado la aparición de centros especializados en plantarle cara a estos incómodos bichitos. En Almería acaba de abrir el primero de ellos, ofreciendo a los padres una solución rápida y efectiva, y sin necesidad de emplear productos químicos.

"Hace dos años, en el verano de 2012, mis hijas aparecieron con piojos y, cuando me quise dar cuenta, las tres estábamos infestadas y estuve seis meses que creía que no era capaz de terminar con ellos. Los productos que adquiría no eran del todo efectivos y los piojos volvían a aparecer hasta que, investigando por Internet, di con esta franquicia". Es Kids&Nits y adiós piojitos, y su propietaria, Mercedes Oloriz, la que ahora ayuda a otros padres a librarse de las infestaciones mediante un sistema consistente en la aplicación de calor a alta velocidad capaz de matar no solo los piojos, sino también las liendres y las ninfas, con un tratamiento que de media tiene una duración de apenas 90 minutos.

Consta de varias fases. Tras el reconocimiento, Oloriz, que ha recibido con anterioridad la formación necesaria, utiliza una máquina, concebida por americanos, que emite calor a una temperatura constante, entre 57 y 60 grados, que sin quemar la cabeza consigue deshidratar piojos y liendres. "Los productos químicos pueden acabar con los piojos, pero las liendres son más resistentes, por lo que es posible que la reinfestación vuelva a aparecer de nuevo a los diez días. Este sistema -explica Oloriz- seca la liendre, deshidrata el líquido amniótico, y podemos acabar con el problema".

El siguiente paso es muy minucioso. El pelo se divide en mechones y se trabaja uno por uno. Se humedece y se trata con aceite de árbol de té, que es un poderoso repelente natural que, además, hidrata el cabello y tiene propiedades cicatrizantes, aliviando el escozor y permitiendo también peinar de abajo a arriba, ya que "en el caso de que hayan quedado piojos, el olor del aceite les desagrada y huyen hacia la parte superior de la cabeza donde podemos acorralarlos". El proceso continúa con el empleo de una máquina aspiradora con liendrera con la que se trabaja mechón a mechón, consiguiendo arrastrar también a las ninfas, "transparentes y muy difíciles de ver", comenta Mercedes Oloriz.

El trabajo manual y la comprobación son esenciales en el proceso para un correcto resultado. Para ello, se emplean pinzas, una liendrera de púas largas, y anacaradas para no romper el pelo, y una lente de ampliación con la que se comprueba que no quede ni un molesto de estos parásitos.

El coste del tratamiento incluye una segunda cita, en la que se realiza una revisión al objeto de constatar que la infestación ha terminado y, en el caso contrario, se repite el proceso. El teléfono para solicitar cita es el 950 22 97 75 y el establecimiento está en la plaza parque Generalife, junto a Carrefour.