Adoratrices: "Lo más terrible de la trata está en el laberinto de los invernaderos"
La Congregación religiosa recibe el Premio Derechos Humanos Rey de España por la gran labor que realizan con mujeres prostitutas
Las Adoratrices, Esclavas del Santísimo Sacramento y de la Caridad, una Congregación religiosa Internacional con presencia en la provincia de Almería donde realizan una gran labor con víctimas de la trata, principalmente de prostitución, aseguran que "lo más terrible" de este problema en España se encuentra en la provincia de Almería, "en el laberinto de plástico de los invernaderos", donde se han encontrado a "mujeres que son sometidas a cambio de un refresco, o incluso de nada". Así lo han contado durante un encuentro con la prensa tras recibir el Premio Derechos Humanos Rey de España por ayudar a mujeres víctimas de la trata.
Llevan desde el siglo XIX dedicadas a rescatar a mujeres víctimas de todo tipo de esclavitud, como la trata de seres humanos o la violencia de género. La Secretaria General de las Adoratrices, Elisa Altadill, aseguró tras recoger el premio de manos del Rey Felipe VI, que este grave problema "se ha ido metiendo en nuestras casas porque ha sido un fenómeno muy fuerte. La mayoría, para prostitución, pero también las hay para explotación laboral". Asegura que en su mayoría son mujeres extranjeras, "muchas, muchas africanas, sobre todo de Nigeria", que acaban en los pisos de acogida que las Adoratrices tienen a su disposición, derivadas desde instituciones y fuerzas policiales, pero también por su propio pie, invitadas por las religiosas en sus numerosas visitas a los lugares donde ejercen.
Altadill asegura que la situación de las prostitutas que ejercen en los invernaderos es "lo más terrible" que han visto en sus proyectos, por lo que se aproximan hasta allí día tras día hasta que al fin alguna mujer se decide a preguntar a qué han ido. Y a partir de ahí entablan una relación que en muchas ocasiones han conseguido salvarlas.
"Muchas veces nos echan", confiesa Altadill, que describe cómo en los laberintos de plástico de Almería se encuentran ejerciendo un puñado de mujeres en "chiringuitos" o "viejos cortijos derruidos", obligadas a tener relaciones sexuales con hombres varias veces al día. Algunas de ellas, la mayoría, llegaron a España con falsas promesa de trabajo en el campo, que después resultó que conllevaban a la prostitución.
"La forma de ayudar es en muchos casos atender necesidades sanitarias", explica la secretaria general, que incide en que estas mujeres "tienen que tener asistencia porque están destrozadas", requieren asesoría jurídica "porque se lo han arrebatado todo, no tienen ni un papel, no existe" y sobre todo acompañamiento en todo el camino que han de recorrer desde que salen de la explotación hasta que rehacen su vida, decidan o no denunciar a los responsables.
Las Adoratrices, así como el resto de organismos, ONGs y otras asociaciones que trabajan para ayudar a estas víctimas de la trata, son colaboradores clave de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad. Así lo indicaron desde la Policía Nacional de Almería, que desde el año 2009 ha llevado a cabo una importante labor de investigación con la que han conseguido desmantelar clubes de alterne clandestinos donde había cientos de mujeres obligadas prostituirse.
Cabe recordar que el último caso de éxito de la Policía fue hace menos de un mes, en cuya intervención los agentes lograron rescatar a dos menores de edad subsaharianas que fueron captadas en sus países con promesas de una vida mejor y al llegar a España, en patera, fueron trasladadas a un cortijo de Vícar donde eran obligadas a prostituirse. Fueron liberadas junto a otras seis mujeres, todas con enfermedades venéreas, que trabajaban en condiciones "infrahumanas".
También te puede interesar
Lo último