Ahorro y respeto al medio ambiente en las autoescuelas de la provincia

Los conductores almerienses han podido comprobar como la pilotaje eficiente y ahorrativo es posible · Todos han salido satisfechos tras recibir los consejos de los profesores

Los alumnos de estos cursos aprenden a ahorrar combustible.
Los alumnos de estos cursos aprenden a ahorrar combustible.
Miguel Á. Conde / Almería

30 de agosto 2009 - 01:00

Con los tiempos que corren actualmente, se ha hecho necesario pensar en el ahorro en todos los ámbitos de la vida cotidiana. El coche es uno de esos elementos en los que se piensa cuando se habla de ahorro y de contaminación. Desde el Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE), que la Consejería de Innovación, Ciencia y Empresa ha puesto en marcha, se trata de poner remedio a estos problemas.

El plan se ha puesto en marcha en distintas autoescuelas. En Almería, ha sido la autoescuela Enrique la que ha puesto en funcionamiento este innovador proceso. Javier Pérez, profesor de autoescuela, es quien ha desarrollado esta iniciativa.

Los objetivos fundamentales del curso de conducción eficiente son ahorrar combustible, con lo que los bolsillos de los ciudadanos que han participado lo agradecerán, y reducir la contaminación tanto acústica como ambiental por la emisión de dióxido de carbono a la atmósfera. Queda el importante tema de la seguridad al volante, pues según Javier Pérez "con una conducción correcta se pueden evitar accidentes de seguridad vial porque la gente circula con mayor estado de relajación y con máxima atención en la carretera, es como una reeducación, hay que formar un hábito". El curso está destinado para conductores con experiencia debido a que las técnicas que se usan para ahorrar en el automóvil son de gran nivel técnico. "Un novel no podría participar en esta práctica, hay que tener un gran control en los pedales", comenta Pérez. En las lecciones han participado personas que conducen su coche particular, pero también profesores de autoescuela y personal que trabaja con vehículos industriales (maquinaria de obra o camiones) y gente que trabaja con transporte público. Las clases comenzaron en el pasado mes de marzo, y acabaron en la última semana del mes de julio.

Las lecciones constan de dos partes prácticas y de una teórica. En primer lugar, el profesor presenta el curso con todos los alumnos, donde se les explica de que tratara el curso que van a dar. Pero, inmediatamente, todos se ponen manos a la obra y los profesores salen a la calle acompañados por una pareja de alumnos. En esta primera toma de contacto, son los alumnos quienes cogen el vehículo y conducen como lo hacen habitualmente, transitando por una zona mixta delimitada por el profesor entre la ciudad y la carretera. El instructor toma nota de los errores de sus estudiantes, que tienen 20 minutos cada uno para demostrar su conocimiento en conducción ahorrativa.

Tras este paseo, se vuelve a la autoescuela para que el profesor explique en clase, durante una hora aproximadamente, los fallos que han cometido los alumnos y consejos que se les da para solucionar los mismos.

Después de la clase teórica es hora de volver a la carretera, pero esta vez será el propio instructor el que tome las riendas del automóvil para enseñar de forma práctica como se debe hacer para aprovechar al máximo las características del coche pero de forma eficiente, ahorrativa y con respeto hacia el medio ambiente. Javier Pérez enseña a los alumnos la diferencia entre un tipo de conducción y el otro. Como, por ejemplo, se puede poner la quinta marcha yendo a 50 kilómetros por hora o como es posible cambiar de la segunda a la cuarta marcha sin pasar por la tercera. Éste es un gran método porque, cada vez que se pisa el embrague y se pone punto muerto, el motor del vehículo se pone al ralentí, con el consumo mínimo se puede perder alrededor de 0,9 a 1,2 litros a los 100 kilómetros.

Según Pérez "esta técnica es posible, no hay riesgo de que puedas romper la caja de cambios, tanto si cambias hacia delante como hacia atrás". El instructor comenta también que "mientras no sea en una cuesta y el vehículo se encuentre cargado, poner la quinta marcha cuando se alcanzan los 50 km/h es la mejor opción para el ahorro de combustible y de dinero".

El profesor de autoescuela es más preciso y asegura que "haciendo una media se puede observar que aquellos que utilizan las técnicas de ahorro, pueden economizar dos litros de combustible cada 100 kilómetros, pero la velocidad se verá aumentada en dos o tres kilómetros de media". Ante esta última afirmación, Javier Pérez comenta que "la gente se queda alucinada cuando se le comenta que, con una conducción eficiente, vas más rápido al volante". Esto se explica porque el coche mantiene siempre un mismo ritmo de velocidad y no un movimiento continuado de aceleración y freno que, además daña los distintos elementos del coche. La gente que ha pasado por este curso ha salido satisfecha porque, además de aprender técnicas de ahorro de combustible y de dinero, han aprendido a relajarse al volante.

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