Almeragua, una guardería ejemplo de multiculturalidad e integración
El Centro de Educación Infantil, en El Parador, cuenta con alumnos de seis nacionalidades diferentes Está concertado por la Junta de Andalucía y gestionado por El Saliente
El Centro de Educación Infantil "Almeragua", en El Parador (Roquetas de Mar), es un ejemplo de educación multicultural e integración en una zona de Almería donde la tasa de población inmigrante es una de las más altas de la provincia. Este centro está concertado con la Consejería de Educación de la Junta de Andalucía y gestionado por la Asociación de Personas con Discapacidad El Saliente. Sus aulas reciben cada día a las 9 de la mañana a 60 niños y niñas de entre 16 semanas a 3 años, de 6 nacionalidades diferentes, y son un ejemplo de educación inclusiva, fomento de valores de respeto a la diferencia y respeto a las costumbres culturales, religiosas y alimenticias de cada alumno y alumna.
En este centro, uno de los diez en la provincia de Almería que gestiona El Saliente, conviven cada día niños españoles, marroquíes, rumanos, rusos, bolivianos y peruanos, reflejando la sociedad del municipio en que se ubica, Roquetas de Mar. La directora, Inmaculada Pérez, explica que "atendemos a la diversidad, respetando las costumbres, creencias religiosas y cultura en general".
Esa política educativa se traduce en multitud de facetas. Inmaculada Pérez señala que "por ejemplo, los musulmanes no comen cerdo y algunos no comen nada de carne. Por ello debemos adaptar los menús a sus dietas".
Además, en el Centro de Educación Infantil Almeragua realizan actividades de multiculturalidad para fomentar el respeto a la diferencia. "Entre las más destacadas podemos citar las denominadas Libro viajero, ¿Dónde nací?, ¿Por qué me llamo así?, donde las familias explican la procedencia de sus hijos y las costumbres y cultura de sus países de origen".
"Tenemos mucha suerte de poder estar en contacto con otras culturas desde nuestro centro. Los niños del CEI "Almeragua" no entienden de color de piel, sólo de personas", indica la directora.
Respecto al idioma, según explica Inmaculada Pérez, "a nuestros alumnos y alumnas no les importan las barreras lingüísticas, para jugar siempre hay un hueco, para ello las "seños" aprendemos a saludar en sus idiomas para darles seguridad, también hablamos mucho con las familias para que nos expliquen sus costumbres, fiestas, celebraciones, cultura, haciendo que todos nos enriquezcamos".
Toda la comunidad escolar, tanto docentes, como familias y los escolares, muestra una actitud activa para la integración. "Hay familias musulmanas que no creen en la Navidad, pero el día de la fiesta vienen vestidos de pastorcillos. Es genial saber que ellos también se interesan y aceptan nuestras costumbres", expone la directora.
En los idiomas, los niños y niñas de Rumanía suelen aprender a la perfección el idioma. Inmaculada Pérez afirma que "las familias rumanas se sienten muy integradas, habiendo bastantes niños de esta nacionalidad hablando perfectamente las dos lenguas sin problemas". Mientras las familias bolivianas "nos traen cuentos tradicionales de su país, haciendo una actividad muy interesante el Día del libro, donde la mamá nos cuenta el cuento a todos los niños".
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