La Almería que celebra San Juan lejos de las playas
Almería
En Vera, mozas y mozos bebían nueve sorbos seguidos de agua fresca de los Cuatro Caños y elevando la mirada a las estrellas evocaban el nombre de su primer amor
No todo el mundo que se llama Juan lo celebra el 24 de junio. Aunque sea el día de San Juan. El santoral cristiano es tan rico, tan extenso, que te puedes llamar Juan y celebrar tu onomástica el 7 de diciembre, el 14 de abril o el 2 de enero. De los 365 días del año, 141 fechas tienen como celebración a un Juan; bien sea presbítero, obispo, confesor, mártir, monje, catequista, obrero o eremita. Y cada uno lleva su apellido o lugar de nacimiento. Hay un San Juan Yi Yun, un San Juan Yi Mun o un San Juan Zhang Tianshen. Pero, claro, no nos engañemos. Si te llamas Juan y tus amigos no han perdido la costumbre de felicitar por los santos, te mandarán un wasap el día 24 de junio. Aunque seas Juan Nepomuceno y lo festejes el 16 de mayo.
Lo mismo ocurre con los municipios, barrios o anejos que siguen festejando a San Juan; el del 24 de junio. Y aunque estén lejos de la playa. Cuando llegan estas fechas de inauguración del verano los pueblos organizan ágapes y disparan cohetes en honor del santo patrón. Porque éste tiene algo especial, vinculado al calor, al destete (con perdón) y a la juerga. Hasta lo han convertido en fiesta local de la capital, saltándose al pobre de san Indalecio, que hizo mucho más por la diócesis que el de Galilea. A San Juan le han adherido tantas connotaciones paganas que, hasta los artistas ateos, como Víctor Manuel, le cantan: Ardiendo está la hoguera un año más / la danza prima ya vuelve a sonar / Señor San Juan la fiesta va a empezar / Señor San Juan salgamos a bailar / no sé si tú podrías escuchar / a un tipo que jamás te va a rezar.
Y como San Juan es tan festivo, el calendario de tradiciones de la provincia está lleno de eventos. A norte y sur. Este y oeste. No solo se celebra en las playas quemando palés hurtados en los polígonos industriales, devorando sardinas chamuscadas y bebiendo botellines de Cruzcampo calentujos. Muchas localidades de la Almería de interior tienen a San Juan como epicentro de sus días grandes. Entre otras, Abrucena, Alcaudique, Bacares, Benahadux, Lúcar (Cela), Dalías, Vélez Rubio (El Cabecico), Fines, Níjar, Sorbas (La Mela), Olula, Alhabia, Huércal Overa, Polopos, Las Fuentes, Los Pinos de Huércal de Almería, Las 200 Viviendas, Los Navarros, Viator, Tahal, Serón, Macael, Purchena, Somontín, Alcaudique, barrio de Las Flores de Chirivel, Los Pipaces de Níjar…
Antaño, en Vera, se festejaba al santo en la antigua fuente de los Cuatro Caños después de que, al atardecer del día anterior, se rondara a los juanes más famosos del municipio. Mi amigo, el profesor José Miguel Martínez López, recoge esta tradición de Vera en su libro de fiestas de la provincia, editado en 2006: “grupos de muchachos y muchachas de todas las edades, portando caracolas, castañuelas, flautas, chicharras y sobre todo panderetas de cacerolas recorrían las calles de la población de Vera originando un ensordecedor ruido que se prolongaba hasta la media noche, en el que ya solo se oían los grupos de mozas y mozos que, acompañándose de guitarras y bandurrias, entonaban canciones típicas de la noche de San Juan hasta que llegaban a los Cuatro Caños. Allí mozas y mozos bebían nueve sorbos seguidos de agua fresca y elevando la mirada a las estrellas el primer nombre que acuda a su mente sería el de su futuro amor”.
Otros lugares alejados de las olas del mar, como el barrio de Las Flores de Chirivel, también celebran al santo. O como Olula del Río, que utiliza la Fuente de El Cañico para que los vecinos se laven la cara y parte del cuerpo. Las fiestas de Polopos (Lucainena de la Torres) son famosas en la comarca y al barrio sorbeño de La Mela solían acudir vecinos de toda la comarca. Polopos experimenta un gran bullicio cuando tienen lugar las fiestas patronales. Innumerables jóvenes del municipio que viven en Rambla Honda, Olivillos, El Saltador o Gafarillos se acercan al anejo para vivir de cerca sus festejos junto a los que aparecen desde el Campo de Níjar.
A finales de los años ochenta, la calle del Esparto de Huércal-Overa recuperó las añejas fiestas de San Juan en este enclave del municipio. En 1994 tuvieron gran éxito con actividades como “el concurso de la manzana”, campeonatos de petanca, ronda y brisca o la carrera de cintas en motillo. En la barriada roquetera de Las 200 Viviendas, en los noventa, ya celebraban por San Juan concursos de petanca, dominó y paulo. Tenía lugar una romería nocturna desde la Plaza de Andalucía del enclave urbano hasta la playa de La Romanilla, donde se quemaban trastos viejos de madera en una hoguera. Amén de los actos religiosos y la coronación de la Reina de las Fiestas que, en 1997, fue Isabel María Vicky Garrido.
En Abla, la barriada con el nombre del santo conserva la famosa Cruz de piedra de San Juan. Está en la fachada principal de la ermita “Las Maravillas” y data del siglo XVI. Desde finales de los ochenta, en estas fechas, solía haber música, cucañas, pasacalles y el reparto de ponche mientras músicos aficionados de la comarca amenizaban la noche. En 1990 actuaron Antonio “El Monjillo”, Juan “El Caracol”, Cecilio y su guitarra y Alfonso “El Santo”.
“El Cabecico”, en Vélez Rubio, decidió honrar a su patrón San Juan con unas fiestas populares a principio de los noventa. Para ello, los organizadores echaron mano de la memoria rescatando juegos y entretenimientos del pasado, además de ingenio y gracia. En 2001 tuvo lugar el “I Campeonato del Mundo de “Brisca y Secayó”, el “I Arrejuntamiento de Amotos” de múltiples cilindradas, el maratón de aerobic popular, junto a la hoguera, y una exhibición de Kung-Fú. Los ganadores eran premiados con tripas de embutidos. El fútbol no pudo faltar y se celebró el encuentro entre veteranos del barrio de San Juan contra los del barrio de El Carmen. Un auténtico “derby”.
La barriada de Cela, en Lúcar, entre la Sierra de los Filabres y la Sierra de las Estancias, tenía a finales del siglo XX no más de 300 habitantes, pero sus aguas –ya conocidas por los romanos- son punto de atracción turística. Por San Juan, y desde 1990, la asociación de vecinos “María Auxiliadora” organiza un baño comunitario en la balsa, aunque al principio había que animar a los residentes con regalos para que se mojaran. Cuando la cosa se animó, la gente se lanzaba incluso vestida y dio paso en el 2000 al “I Campeonato provincial de natación en balsa”. Además, había actividades diversas y degustación de sardinas y cerveza.
En 1997 los vecinos de la barriada de Los Pinos, en Huércal de Almería, decidieron montar sus propios festejos, ya que muchos redientes rechazaban bajar a las playas de la capital. La asociación “Fuente de la Peinada” montó una hoguera y compró cervezas y pescao para los asistentes. La idea fue a más y en 1999 llegaron a consumirse 40 kilos de sardinas.
La presencia de los barrios llamados de San Juan en los municipios almerienses del interior también ha llevado a sus vecinos, aunque no siempre con la pleitesía por parte de sus consistorios, a festejar al santo. Que yo sepa, tienen “barrio de San Juan” pueblos y enclaves como Tíjola, Albox, Benahadux, Las Norias de Daza, Macael o Abla. A todos ellos y a sus vecinos, felicidades.
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