Agua
  • Actualmente, las tres desaladoras en marcha tienen capacidad para desalar 87 hm³, pero solo dos están rindiendo al 100%. Para 2024, con las ampliaciones y la apertura de Mar de Alborán y Bajo Almanzora se rondarán los 150 hm³

  • Con todos los recursos disponibles, el agua está garantizada para los invernaderos, pero el Almanzora, con predominio de cultivo al aire libre, plantará un 30% menos

Almería aventaja en los deberes de desalación puestos por el Gobierno

Desaladora Mar de Alborán, para la que se prevé su puesta en marcha en el último trimestre del año Desaladora Mar de Alborán, para la que se prevé su puesta en marcha en el último trimestre del año

Desaladora Mar de Alborán, para la que se prevé su puesta en marcha en el último trimestre del año / Javier Alonso (Almería)

Escrito por

· Carmen Fenoy

Redactora

Ante un mapa seco y el sinsentido de los trasvases para el Ministerio de Transición Ecológica y el Reto Demográfico, el Gobierno de España reivindica ahondar en la depuración y en la desalación, este último un tema al que Almería, en que como en casi todo lo relacionado con materia de agua, llega con los deberes hechos, si bien no exentos de peros y visto sobre el terreno como un recurso complementario para la disponibilidad de agua, no para suplantar otros como el trasvase Tajo-Segura, del que según el plan estatal previsto cada vez llegará menos.

La provincia almeriense dispone de tres desaladoras en funcionamiento, dos estatales: la del Campo de Dalías y la de Carboneras, que suman 72 hectómetros cúbicos (hm³) anuales, están actualmente a un rendimiento del 100% y pendientes de ampliación, y otra municipal, la de El Bobar en Almería, con capacidad para 15 hm³, si bien trabaja a un tercio y sobre la que también se proyecta su ampliación con la intención de superar los 20. Además, hay que añadir otras dos instalaciones en pie, que han traído años de desesperanza y desesperación, pendientes de abrir el grifo: la también estatal del Bajo Almanzora en Villaricos (Cuevas del Almanzora) y Mar de Alborán en Cabo de Gata, en manos de Aqualia desde 2019 y que bautizó con el nuevo nombre a la que fuera Rambla Morales.

Así, a día de hoy, con las desaladoras con el motor encendido, el territorio almeriense tiene capacidad para desalar 87 hm³, pero esta capacidad se incrementará en breve. Los primeros hectómetros cúbicos adicionales a los actuales llegarán previsiblemente en el último trimestre del año con el arranque de Mar de Alborán, con capacidad para 20 hm³, si bien se conectará en principio con un bastidor para los primeros 5, para, a partir de ahí, ir progresivamente aumentando la producción hasta alcanzar la capacidad máxima de la planta en 2023.

Por otro lado, respecto a las dependientes del Estado de cara a 2024 pretenden sumar 39 hm³, al menos de capacidad. En cuanto a la del Bajo Almanzora, con capacidad para 15 hm³ ampliables a 20, que echaba a andar en septiembre de 2011 pero quedaba inutilizada al año siguiente con la gran riada que atizó al levante, ya tiene fecha de reapertura. Desde 2012 esta importante infraestructura, envuelta en marañas judiciales y presupuestos en papel mojado, ha quedado tal cual la dejó la gota fría de hace una década. En enero del pasado año el Boletín Oficial del Estado (BOE) publicaba el anuncio del Miteco de aprobación del expediente de información pública y del proyecto y adenda de ampliación de las obras de protección de la planta desaladora. Con esto, la iniciativa de la sociedad estatal Acuamed de poner la infraestructura a punto volvía a ser creíble. Seguidos los trámites, en febrero del presente ejercicio se adjudicó a Sacyr la redacción del proyecto constructivo, ejecución de las obras y puesta en marcha y se prevé su puesta en marcha en 2024.

Ese mismo año, a los 20 hectómetros de la planta del Bajo Almanzora se van a sumar otros 9 de la ampliación de la desaladora de Carboneras, que pasará de producir 42 a 51 hm3 al año, y otros 10 de la del Campo de Dalías pasando de 30 a 40 anuales.

Por último, la activación de la ampliación y mejora de la desaladora de la capital almeriense, gracias a la ampliación del decreto de sequía de la Junta Andalucía, podría sumar otros 5 hm³.

Con todas las ampliaciones y la reapertura de la desaladora de Villaricos, si los plazos se cumplen, la provincia dispondrá en 2024 de una capacidad de desalación adicional de 59 hm³, acumulando un total de 146, además de los 5 municipales a los que no se les ha puesto plazo.

En cuanto al coste del agua desalada con destino a riego, la Mesa del Agua de Almería lleva más de tres años reclamando que el Gobierno de España estableciera “con carácter de urgencia” un precio máximo de 30 céntimos. Este año, el precio pactado de 48 céntimos el metro cúbico de agua en zona de riego llegaba como agua de mayo. “Este año en desalación no tenemos nada que decir”, dice José Antonio Fernández, portavoz de la Mesa del Agua de Almería, quien explica que ese precio a toma de agricultor es mejor que los 30 céntimos en planta ya que, sino, el metro cúbico llegaría a los 69 céntimos a toma. Pero la medida está fijada para 2022, por lo que la Mesa reivindicará su continuidad para el año próximo hasta que no se efectúen proyectos, como los huertos solares, para abaratar su precio.

El invernadero no pasará sed pero el Almanzora plantará un -30%

Mientras se va recortando el agua trasvasada del Tajo y en un año hidrológico en que el Negratín no ha aportado nada a tierras almerienses por encontrarse el nivel del embalse por debajo de 210 hm³, el campo almeriense sobrevivirá a este periodo de sequía frente a los apuros de otras provincias, gracias a la diversidad de fuentes hídricas y, sobre todo, a la optimización que hace del agua, como se enfatiza tanto desde el ámbito público como privado y, en este caso, hace hincapié el portavoz de la Mesa del Agua de Almería, José Antonio Fernández, quien sitúa a la provincia como mínimo, sino por encima, a nivel de Israel entre los mejores gestores de agua.

Con los últimos datos disponibles del Boletín Hidrológico Semanal facilitado por el Miteco, los dos grandes embalses del territorio almeriense no llegan al 25% de agua de su capacidad. El de Benínar está al 19,05% (12 hm³ de 63 para los que tiene capacidad) y el de Cuevas del Almanzora al 21,74%, con 35 hm³ de los 161 que caben. Unas cifras a vista bajas pero que el portavoz de la Mesa del Agua entiende que son mejores que otros años gracias a las lluvias que cayeron entre marzo y abril.

Placas solares en una de las balsas de Tierras de Almería Placas solares en una de las balsas de Tierras de Almería

Placas solares en una de las balsas de Tierras de Almería / Diario de Almería

Fernández asegura que no va a faltar agua para plantar las en torno a 32.000 hectáreas de invernaderos aprovechando todos los recursos hídricos disponibles en este momento en la provincia, otro asunto es la calidad del agua. Mientras los cultivos bajo plástico están garantizados, el representante de la Mesa del Agua señala que en el Almanzora, donde el cultivo al aire libre tiene gran protagonismo, quedará un 30% de superficie sin plantar, y es que el agua de la presa de Cuevas cubre las necesidades de quienes tienen derechos sobre la misma, si bien los que no, sí se ven afectados por la ausencia de agua trasvasada.

El que Almería se encuentre en una situación más o menos bien en esta sequía respecto al agro se debe, como insiste Fernández, a que lleva 50 años ahorrando agua y maximizando el valor de cada gota, “cuando regar 1 hectárea te cuesta más de 3.000 euros no queda más remedio que en invertir en ahorrar. Mientras nosotros consumimos unos 5.800 metros cúbicos por hectárea el resto de España ha estado regando a manta porque el agua les cuesta entre 60 y 80 euros anuales para una hectárea y así consumen unos 20.000 m³; no van a invertir en tecnología para el eficiente uso del agua mientras tengan esos precios”. Es la paradoja de esta desventaja competitiva dentro del territorio nacional; Almería se ha hecho fuerte frente a la adversidad de la falta de agua y, si bien, pide al Gobierno que no sume obstáculos a este territorio -como cortar el trasvase del Tajo cuya agua necesita beber el levante- no baja los brazos en esta materia sino todo lo contrario.

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