Almería fiel al ritual

Barbacoas, palés, hogueras... Centenares de almerienses se preparaban para pasar la noche más corta del año

Almería fiel al ritual
Almería fiel al ritual
María Zaragoza Tejada

24 de junio 2011 - 07:38

Miles de personas ultimaban ayer por la tarde a lo largo y ancho del litoral almeriense todos los preparativos para disfrutar de la noche de San Juan, la noche más corta del año a la par que la más mágica: barbacoas, bebida, los palés que posteriormente quedarían reducidos a cenizas... Un claro ejemplo de este movimiento eran las playas de El Zapillo y de Las Conchas. Jóvenes universitarios, familias al completo, grupos de niños, vecinos... iban ocupando la arena cuando a penas rozaban las 19:00 horas. Año tras año las hogueras de San Juan se convierten en una excusa ideal para olvidar los problemas, disfrutar de una noche de convivencia y, por supuesto, trasnochar; una tradición que va pasando de generación en generación.

La gran mayoría celebra San Juan desde que tiene memoria. Es el caso de Arturo Asensio, Vanessa Heredia o Agustina Miranda. Sus padres desde pequeños les han inculcado el hábito y ellos lo transmitirán muy probablemente a las generaciones futuras. Otros, como es el caso de Loli Manzano, es la primera vez que pasan San Juan en la playa. “Nunca lo he celebrado en la costa y vengo a pasármelo muy bien”, reconocía la joven. “Me lo imaginaba así”, añadió.

Es cierto que las hogueras han evolucionado mucho y hay testimonios que así lo demuestran. Es el caso de Lolo, un pescador del barrio de El Zapillo. “La noche de San Juan ha cambiado mucho en este tiempo y creo que a mejor. Ahora hay menos palés y más carbón y los que quedan son más pequeños. Esto da más seguridad porque antes las hogueras eran muy altas y las ascuas a veces prendían cosas”, recuerda. También mejoran cada año las actividades que se organizan con motivo de las hogueras. Este año, un pequeño escenario en El Palmeral hará disfrutar a todos los almerienses con los ritmos de La Musicalité.

“Antes también se ponía un muñeco en lo alto de las hogueras. Un año nosotros ganamos 40.000 pesetas por un pescado que colocamos como homenaje a El Zapillo”, rememora con ilusión Lolo.

Rozando ya las 20:30 horas todo estaba a punto de caramelo. Muchos ya tenían montadas sus barbacoas, otros preparaban el aperitivo. Algunos ya se refrescaban a golpe de una buena sangría con fruta. Un grupo de estudiantes hacía una hoguera en la que se podía ver algún que otro libro de texto (radical forma de despedir el curso). Otros llevaban carros de supermercado repletos de madera que terminaría ardiendo entrada la noche.

En cuanto a deseos, los hay de todo tipo: salud, amor, felicidad... Pero sin duda uno de los más pedidos es que la crisis acabe y que haya trabajo para todos. En el caso de Arturo Asensio, él pedía algo más concreto: “Que se acabe ya toda la mierda política”. Ninguno sabe si sus deseos se cumplirán a lo largo de este año, lo que si saben es que la noche de ayer fue mágica y quedará para el recuerdo.

stats