Almería rema hacia la otra orilla
La misionera María Luisa Castillo da testimonio sobre el trabajo que está realizando la asociación almeriense con las personas que viven en una situación inhumana en Nicaragua
Cruzar el charco y ver que un bebé se llama Almería. Esto no es casualidad, la labor y entrega de la Asociación La Otra Orilla es la que hace posible que una zona de refugiados de guerra de Nicaragua, Malacatoya, tenga una vida un poco menos dura. Una voluntaria almeriense, María Luisa Castillo Chamorro, da testimonio de la labor que se está realizando con este pueblo con esta organización solidaria.
Diez años cumple la Asociación almeriense La Otra Orilla y 20 celebra María Luisa Castillo como voluntaria. "Era profesora en Almería y fui directora de Cáritas de Almería en 1991. He participado ayudando a las víctimas del Huracán Mitch, en el terremoto del 2000 y me hago responsable del Centro de Refugiados. Me despido del colegio donde daba clase en Almería y me voy a vivir allí, a Nicaragua. Comienzo a trabajar en el Instituto Nacional de Química. He estado como directora de Cáritas de la ciudad de Granada en Nicaragua y secretaria de Cáritas Nacional".
Para la almeriense, su voluntariado en 1994 "fue decisivo porque ves que la balanza está desequilibrada. Ese encuentro con los pobres te hace reflexionar. Es un país que tiene miseria, inhumanidad... En muchas zonas viven sin agua, sin luz, comen la broza del arroz... Es un pueblo doliente, no solo es carente. Fue lo que me arrancó irme allí para ayudar".
La Asociación La Otra Orilla apoya a los voluntarios que como la almeriense se encuentra allí "prestando atención permanente", apunta Castillo.
La almeriense ofrece el testimonio de lo que La Otra Orilla hace por todas las personas que se encuentran en situación de extrema pobreza: "Se custodia el fortalecimiento de la fe y abra la cooperación al desarrollo. Han realizado letrinas, viviendas, salones de tipo comunitarios, reforestación del suelo, también cuentan con un dispensario una vez a la semana, preescolar, casas de oficios para que aprendan a utilizar herramientas menores, apoyo escolar, educación de adultos, trabajamos por la legalización de las personas que no tienen partida de nacimiento...".
La misionera explica que esta provincia "es solidaria porque da lo que tiene, hay que despertar al voluntariado que es muy necesario".
Para participar de voluntario, hay que realizar una formación previa y se puede estar mínimo treinta días aunque lo idóneo es que permanezcan tres meses. "Sería bueno que el que quiera formar parte del voluntariado haya realizado alguna acción sociocaritativa en la iglesia local. Una referencia con un encuentro con la pobreza".
La almeriense asegura que "se canta el himno de la Virgen del Mar. No soy capaz de que pongan a una niña María del Mar, aunque sí han puesto el nombre Almería que muestra la presencia real de la Asociación".
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