Ana Mari Roque disfruta de una nueva vida tras ser trasplantada de corazón
Esta almeriense de 51 años fue la protagonista el martes de un acto en el Hospital Reina Sofía de Córdoba al ser la trasplantada número 600
La almeriense Ana Mari Roque Martínez a sus 51 años ve desde hace unos meses la vida de otra manera. Quien le iba a decir a esta mujer hace unos años que sufriría varios infartos y que su única salida sería un trasplante de corazón.
El 30 de Junio del pasado año sufrió el primer infarto. "Tenía un fuerte dolor en la clavícula que resultó ser un infarto. Tras ser ingresada en la UCI en la Clínica Mediterráneo, me repitieron los infartos y esto conllevó que me practicaran dos cateterismos que resultaron ser poco efectivos", recuerda Ana Mari.
Su corazón se quedó con una arritmia importante y tan sólo un 20% de su capacidad (menos que la de un bebé, pero con un cuerpo de adulto). Todos los médicos y su familia se mostraban optimistas para que su estado de animo no decayera, pero la realidad es que estaba muy grave, ya que ese porcentaje con esa arritmia le producía una continua asfixia y encharcamiento en los pulmones, teniendo que ser ingresada nuevamente.
"La vida que llevaba era la de una persona anciana, me limitaba a ir del sofá a la cama, ya que mi cuerpo no me permitía hacer nada más. Apenas logré casar a mi hijo que tanta ilusión le hacía, ya que el enlace civil y la celebración se llevaron a cabo en periodos entre ingreso e ingreso", explica. Lo paso mal cuando llevaba a su hijo del brazo hasta el altar, porque la emoción del momento le hizo que le aumentara la frecuencia cardiaca. Al día siguiente fue de nuevo ingresada.
El día 12 de Noviembre, los doctores decidieron quitarle la arritmia con un procedimiento denominado ablación cardiaca, en el Hospital Torrecárdenas. "La operación tuvo éxito y me pude ir a casa para comer muy feliz con mi marido y mi hijo. Antes de comer notaba un gran malestar y llamamos al 061". Ana Mari entró en urgencias con una tensión baja y pidiendo ayuda. Notaba que se le iba la vida.
"Ahí se acabó mi recuerdo y con ello mi vida. Todo lo que conozco desde este momento ha sido por que me lo han contado mis familiares que estuvieron ahí durante esos largos y tristes días. Al entrar en la UCI me indujeron al coma, para que mis órganos no sufriesen, me conectaron a un máquina de respiración asistida y así estuve durante 14 días, pero los pronósticos de los primeros días no eran nada buenos" recuerda Ana Mari Roque.
Fueron días complicados porque la vida de Ana se iba apagando. Esa situación llevó a tomar la determinación de contactar con el Hospital Reina Sofía de Córdoba, para ser trasladada y ver la posibilidad del trasplante. Una vez en Córdoba las esperanzas eran pocas. Tras varias pruebas pasó las Navidades en familia.
El día 16 de Enero recibió una llamada que le cambiaría la vida por completo. "Teníamos que ir a toda prisa a Córdoba porque un donante anónimo me daba su corazón para que pudiera seguir viviendo. Fueron muchas horas de operación pero fue un éxito".
"Tuve una recuperación muy buena en una habitación aislada para evitar el rechazo, allí podía estar acompañada de un familiar que llevase puesto el equipo de protección (guantes, mascarilla, bata, y calzas). Al mes me dieron el alta y ya podía hacer vida normal", cuenta.
El pasado martes, el Hospital Reina Sofía de Córdoba realizó un acto público para conmemorar los 600 trasplantes cardíacos que habían realizado, y Ana Mari Roque fue la afortunada de recibir el corazón número 600. El acto fue muy emotivo ya que realizaron la suelta de 600 globos con forma de corazón con el logotipo de 'Dona órganos y regala vida".
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