Almería

Antonio Ruiz de Padilla In Memoria (I)

ESTA es una de esas necrológicas que antes o después debes escribir, mal que te pese. El tiempo anda y los amigos se marchan hacia no se sabe donde. O sí: a la nada de donde procedemos. Al pasar por Rueda López, donde vivía Antonio Ruiz (Sánchez) de Padilla -en el mismo nº 17 habitó también su primo Juan Luis de la Rosa- me repetía: ¿Puedo hacer algo más por Antonio? Sí que pude y de ahí mi regomello. Mi pesar por las conversaciones no mantenidas en su cuartito de estar, rodeado de sus más íntimos recuerdos, aunque en un ambiente escasamente favorable. Quizás ahí radicaron mis ausencias y la de otros amigos. Pero seguíamos viéndonos en la calle y hablando por teléfono:

Yo vivo en mi soledad,

pa mi solo, pa mí mismo.

Para no querer nunca más,

pa no sufrir más castigo

Posiblemente recordó esta estrofa de su romance "Cariño mal vendido" antes de fallecer entre las cinco y las seis de la tarde del domingo debido a un fallo cardiorrespiratorio agudo según certificó el 061. En la casa solamente se hallaba Eduardo, compañero e inquilino de los últimos lustros. El entierro en la parroquia de Oliveros (aunque pertenecía a la de San Pedro) me recordó, por las incomparecencias -no más allá de veinticinco amigos, entre ellas sus alumnas Anabel Navarro, Isabel Escobar y Sheila Solís- lo sucedido tiempo atrás con Pepe Richoly en Ciudad Jardín: su hijo, hermano, familiares, Jesús y Francisco Miranda, Manolo del Aguila, Luis Gázquez, Pepe Sorroche, y pare de contar. Lo mismo ocurrió al maestro Miguel Algarra y más atrás aún con Gaspar Vivas, el inspirado autor del Fandanguillo de Almería. Por el duelo no apareció responsable cultural alguno, ni el alcalde, ni concejales, ni toda esa retahíla de personajillos adictos a canapés y negritas en columnas cutres… Cuanta razón tenía Bécquer: ¡Dios mío, que solos / se quedan los muertos! Que no asistiesen las televisiones privadas se puede entender, aunque no compartir, ya que con su programación hacen de la capa el sayo. Pero y las públicas?, por qué no acudió la "nuestra", Canal Sur?, por qué desertó la municipal Intealmería? (si estuvieron y no me percaté, retiro las interrogantes).

David Bisbal

Compositor, bailarín, rapsoda, coreógrafo, modelo fotográfico, empresario musical... El personaje a cuya memoria brindamos hoy (y mañana) la página se mereció por derecho propio un gran homenaje público. De la Almería oficial, pero también de la Andalucía cantaora (confío en que el musical de los sábados en la cadena autonómica, "Se llama Copla", atienda mi petición de dar cuenta a sus oyentes del óbito). No me cansaré de denunciar el olvido e ignorancia esquiva, triste y desalentadora de los que habiendo nacido en esta noble tierra portan con orgullo el nombre de la provincia por España entera. Antonio Ruíz de Padilla perteneció a esta nómina. Y, rara avis, David Bisbal uno de sus escasísimos valedores, incorporando una canción suya al repertorio habitual y pasando su hermano José María nota de ello a la SGAE. Una melodía que ya interpretó su padre, Pepe Bisbal (presente en el sepelio), cuando alternaban los rings de medio mundo con escenarios provinciales y que a Antonio, los derechos de autor, le supuso unos euros como llovidos del cielo.

Así se manifestaba David en su Twitter:

"Hoy seguiremos de luto, se ha ido Antonio Ruiz de Padilla, un almeriense noble, una inspiración para muchos".

Almería tierra noble,

fuente de la inspiración,

sortilegio de belleza

de la poesía y canción.

Tu hermosura tiene historia

y hay en ti tal señorío

que puedes decir a gritos

yo soy tierra de tronío

No por justos y obligados, los obituarios resultan desagradables. Pero los homenajes y las muestras de amistad y afecto hay que efectuarlos en vida, cuando el interesado pueda disfrutarlo. Después ya saben, la cebá al rabo.... El de David Bisbal fue tan providencial como alentador resultó el brindado por la delegación de Cultura de la Junta de Andalucía el12 de julio 2006. En colaboración con La Voz de Almería, distribuyeron, además, un CD con 16 temas seleccionados por el buen amigo Paco Cortés.

Plagio

Antonio Ruíz Sánchez o Ruíz de Padilla, como artísticamente era conocido y firmaba sus trabajos, nació en la calle Cucarro el 2 de febrero de 1927, vecino al oficio (alfar) de ladrillo y piezas de cerámica de tal nombre. Antonio era el menor de los cuatro hijos habidos del matrimonio entre Adalberto Ruíz Bilange, "empleado", y Dolores Sánchez López, "sus labores". Su madre coronó en el Conservatorio de Madrid (de la mano de su primo materno Padilla Sánchez) una excelente carrera pianística; su padre no finalizó la carrera de Medicina, inclinándose en la posguerra por el periodismo; dirigió el Noticiero Almeriense y Mercurio (Reflejos de España), revista anunciadora del Comercio, Industria y Espectáculos, con corresponsales en distintas provincias y oficinas en Rostrico, 4. Una familia de la burguesa sociedad local venida a menos en la que sobresalió su abuelo paterno, cónsul de Grecia y Turquía; su tía política Milagros, hermana del poeta gaditano Rafael Alberti o su primo, el ya citado torero Juan Luis de la Rosa. Su hermano, Luis, promotor teatral, le montó diversos espectáculos folclóricos en teatros y escenarios al aire libre de la provincia.

Fijado el día, mes, año y hora -una de la madrugada- se impone un paréntesis. El sacerdote historiador, o viceversa, Tapia Garrido, solía comentar que él no cometía errores en los trabajos de investigación emprendidos (y él sabía muy bien lo arduo y trabajoso de la investigación), en todo caso los equivocados eran quienes los reproducían sin mayores comprobaciones Es decir, lo que se conoce por "cortar y pegar". Siendo yo colaborador de La Voz de Almería, el 17 de agosto de 2001 (páginas 34 y 35) firmé un reportaje sobre el bueno de Antonio, aunque no tan amplio como su biografía personal y artística demandaba. Pues bien, grande fue mi sorpresa (¡ya debía de estar curado de espanto puesto que no es la primera ocasión que me sucede algo parecido!) al comprobar como este medio, en la reseña del entierro, me lo plagiaba: frase a frase, coma a coma, sin citar en ningún momento su autoría. La notoria falta de ética y elegancia -contemplada en los Libros de Estilo de cualquier redacción seria- no se justifica porque en una necrológica del día anterior me nombrasen. Los lectores no siempre son los mismos, pueden cambiar de un día para otro. Para mayor inri, insisten con un desliz mío en cuanto a su nacimiento en el año 1925 en lugar de febrero de 1927 que es el correcto. Las prisas y la desidia, el referido "cortar y pegar", es lo que tiene. En cualquier caso, allá ellos y sus ninguneos; no haré casus belli pero tampoco callaré. Cierro paréntesis y mañana prosigo con el desparecido maestro Ruíz de Padilla.

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