Aparece apuñalado un marroquí que vivía en una chabola de El Ejido

La reyerta entre la víctima y el homicida ocurrió de madrugada. La Guardia Civil encontró el cuchillo de grandes dimensiones. En la zona hay 30 infraviviendas

Chabola en la que apareció el cadáver.
Chabola en la que apareció el cadáver.
M. J. U. / Almería

07 de junio 2008 - 01:00

Un inmigrante de origen marroquí halló ayer por la mañana el cadáver de su compatriota en el interior de la chabola que compartían y en la que vivían desde hacía meses. Ocurrió en el paraje conocido como Tierras de Almería, en el municipio de El Ejido. Cuando lo encontró ya estaba sin vida y en medio de un charco de sangre. La puñalada le hirió directamente en el corazón.

El crimen se produjo de madrugada y al parecer, el presunto homicida utilizó un cuchillo de grandes dimensiones. La Guardia Civil encontró el arma junto al cadáver.

Según explicaron a este periódico fuentes cercanas a la investigación, el compañero que se encontró el cuerpo avisó a un agricultor que había en los invernaderos, el cual solicitó de inmediato la presencia de una ambulancia.

Una unidad del 061 se trasladó hasta el lugar aunque cuando llegaron sólo pudieron certificar la muerte del joven, que probablemente murió segundos más tarde de recibir la puñalada.

La Guardia Civil tuvo conocimiento de lo ocurrido hacia las once de la mañana de ayer, y fue entonces cuando avisó a la Autoridad Judicial para el levantamiento del cadáver. Los forenses del Instituto de Medicina Legal de Almería realizaron la autopsia al cuerpo para esclarecer las causas de la muerte.

El fallecido, cuya identidad aún no ha trascendido, vivía desde hacía tiempo en la cortijada. Esta zona, que está localizada entre San Agustín y Almerimar, se caracteriza por tener un asentamiento de más de un centenar de inmigrantes que habitan en una treintena de infraviviendas. Fuentes cercanas a la investigación señalaron que la gran mayoría trabaja en los invernaderos.

Sin embargo, ayer por la tarde, no había ningún habitante por la zona. Podrían haber huido al tener constancia de lo ocurrido y al temer ser identificados por los agentes de la Guardia Civil.

Sobre las 18:00 horas, una pareja de la Benemérita rondaba los alrededores de la chabola. Se desplazaron hasta allí para controlar el tránsito de personas que, unos atraídos por la curiosidad y otros porque son propietarios de explotaciones agrícolas, se acercaron hasta el lugar.

Un precinto de la Guardia Civil impedía el paso al interior de la infravivienda, donde aún se podía percibir un charco de sangre en el suelo y manchas en los cartones que, quizá, servían a los habitantes de colchón durante la noche.

Según indicaron varios ciudadanos de El Ejido a este periódico, muchos inmigrantes sin papeles "suelen asentarse en esas casetas y en cada una de ellas pueden vivir entre cuatro y cinco personas, dependiendo de la época del año y del periodo de recolección".

La Guardia Civil continúa con las investigaciones del caso para esclarecer las causas del homicidio, así como la identidad del presunto homicida que se encuentra en paradero desconocido.

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