Aparece colgado en su casa después de matar a su mujer y a su hermano

El autor del crimen, de 72 años, llamó a su hijo a primera hora de la mañana para avisarle de que se iba a quitar la vida · La esposa estaba recién operada y el anciano de 80 años padecía alzheimer

Vivienda familiar en la que ocurrió el doble crimen y se quitó la vida el homicida.
Vivienda familiar en la que ocurrió el doble crimen y se quitó la vida el homicida.
María José Uroz / Almería

04 de diciembre 2009 - 01:00

Consternación, dolor e incertidumbre era el sentimiento que ayer podía respirarse en las desiertas calles del municipio de Cóbdar, donde a primera hora de la mañana, un vecino mató a su mujer y a su hermano a hachazos y después se quitó la vida ahoracándose en el interior de la vivienda familiar.

El autor del crimen, Antonio Najas de 72 años, cogió un hacha e hirió mortalmente a su hermano Rafael, de 80 años, quien convivía en el domicilio familiar. La segunda víctima, Herminia (la mujer de Antonio) de 67 años, quedó malherida y pese a los esfuerzos sanitarios de salvarle la vida, murió en una ambulancia cuando era trasladada al pueblo más cercano, Albanchez. Allí le esperaba un helicóptero para llevarla al hospital La Inmaculada, donde ya estaba todo preparado para atenderla de urgencia en los quirófanos.

La Guardia Civil encontró al homicida ahorcado y sin vida en la segunda planta de la casa. Los cadáveres de la mujer y el anciano de 80 años estaban en la planta baja. Fue la llamada de una vecina la que alertó al Servicio de Emergencias 112 de que algo grave ocurría.

El matrimonio convivía con Rafael desde hacía muchos años. Tenían dos hijos en Roquetas y Almería. Según informó una vecina y familiar de la fallecida a Diario de Almería, "Antonio, a primera hora de la mañana llamó por teléfono a su hijo y le advirtió de que se iba a quitar la vida. Herminia también se comunicó con su hija, que avisó a una amiga para que se desplazase al domicilio a comprobar qué ocurría al notar a su madre muy nerviosa".

Los vecinos no daban crédito a lo ocurrido. Horas después de saberse los hechos, algunos incluso aseguraban que "todo parecía un mal sueño y que en cuestión de segundos todo volvería a la normalidad". Pero la realidad era cruel y así se respiraba en el ambiente.

Después de una mañana agitada de investigación policial, de ambulancia y médicos, y de desolación, en la que todos los riblancos se echaron a la calle para ofrecer su ayuda e intentar hilvanar una historia mínimamente comprensible, al mediodía el ir y venir de los gatos callejeros era la única vida que se dejaba ver en el municipio.

Estrechas calles enjaretadas ca modo de laberinto, casas con las puertas y ventanas cerradas a cal y canto, chimeneas humeantes y el ruido de viejas bisagras de los postigos que se abrían apenas unos centímetros al paso de la prensa. Los moradores de las antiguas casas curioseaban pero nadie se atrevía a ponerse frente a los objetivos. Lo más que accedían a decir es que "era una familia extraordinaria, muy querida en el pueblo y que últimamente atravesaban una mala racha".

En Cóbdar todo el mundo se conoce bien. Con apenas 200 habitantes, ningún vecino podía ocultar el dolor y la desolación ante "una tragedia tan grade que difícilmente se puede asimilar", como aseguró José Agüera, vecino y familiar de la fallecida, quien además explicó a Diario de Almería que ayer mismo vio a Antonio haciendo gestiones en el banco y "me comentó que había estado en el cuartel de la Guardia Civil para dar de baja tres escopetas de caza que tenía, porque ya no las iba a utilizar y tampoco iba a renovar el permiso de armas, que se le había cumplido".

El hacha, el arma homicida, fue recogida por los agentes de la Policía Judicial como la principal prueba del doble crimen. Aunque en un principio los vecinos apuntaban a que se habían escuchado varios tiros, una ATS que acudió al lugar de los hechos lo desmintió y confirmó a una vecina que las heridas mortales habían sido provocadas con un hacha.

La mayoría de los vecinos de casas colindantes al lugar del crimen manifestaron que no habían escuchado nada, aunque también había quienes indicaron que "sobre las 04:00 horas de la madrugada en esa misma calle se escuchó mucho ruido".

Los cuerpos de los tres fallecidos fueron trasladados sobre las 12:00 horas del mediodía, tras el levantamiento judicial, hasta el Instituto de Medicina Legal de Almería, donde se les practicará la autopsia. El Juzgado de Instrucción de Purchena instruye las diligencias.

Fue entonces cuando la Guardia Civil levantó el cordón policial y los vecinos disolvieron los corrillos que se habían formado frente a la vivienda. Las calles quedaron desiertas en cuestión se segundos y las únicas evidencias del violento crimen eran un guante de látex utilizado por los agentes para la recogida de las pruebas y una gasa ensangrentada junto a la casa.

"En estos momentos hay que ser prudentes y respetar a los dos hijos del matrimonio que se encuentran muy mal de ánimos", apuntó la secretaria del Ayuntamiento, al tiempo que aseguró que el alcalde, José Fuentes, "ha estado durante horas en Albanchez con la hija de los fallecidos". El hijo, que se desplazó desde Roquetas inmediatamente al pueblo tras la llamada de advertencia de su padre, tuvo que ser atendido por los médicos y por un psicólogo al conocer la magnitud del suceso.

También se trasladaron hasta Cóbdar la diputada provincial de Igualdad, Emma Sola, y la coordinadora provincial del Instituto Andaluz de la Mujer, Águeda Cayuela, que no dudaron ni un segundo en atravesar la provincia (76 kilómetros desde la capital), para ofrecer todo su apoyo y la ayuda necesaria a la familia y a la Corporación Municipal. A las 18:00 horas, se reunieron con el alcalde en la casa consistorial y acto seguido se celebró un pleno extraordinario en el que decretaron tres días oficiales de luto y una concentración en la plaza del pueblo para guardar cinco minutos de silencio en señal de duelo.

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