Arden 15 corrales ilegales en el barrio de Los Almendros con burros y cabras dentro

Los bomberos de la capital tuvieron que emplearse ayer a fondo en la extinción de un incendio que calcinó por completo además de matorral, entre quince y veinte corrales ilegales que los vecinos del barrio de Los Almendros han ido construyendo con palés, maderas, cartones y chapas de uralita para encerrar todo tipo de animales. Burros, cabras, conejos, gallinas, cerdos, ponis e incluso perros, eran los moradores de estas peculiares construcciones que proliferan en esta parte de la ciudad sin control.

Según confirmaron a Diario de Almería desde el Parque de Bomberos de la capital, el aviso del incendio se recibió sobre las 13:30 horas, aunque al llegar al lugar del siniestro los efectivos comprobaron que por la dimensión del incendio podría llevar ardiendo como mínimo media hora. Al parecer, el origen del fuego fue la quema de tres colchones que fueron prendidos por vecinos del lugar muy cerca del colegio, que tuvo que ser desalojado por como medida de seguridad debido a la densa columna de humo negro que invadió la zona. Los niños abandonaron el centro educativo y la dirección del centro decidió cerrar el comedor.

Las labores de extinción y después de refresco se prolongaron hasta las 20:00 horas aproximadamente, cuando los bomberos abandonaron la zona. Después de un día duro de trabajo, también complicado por el viento que azotaba la zona y que contribuyó a extender aún más el fuego, los expertos en extinción de incendios también tuvieron que hacerse cargo de otro fuego registrado en el barrio de Piedras Redondas, concretamente en el solar donde la Junta de Andalucía tiene proyectado un nuevo centro de salud y cuyo solar está completamente abandonado.

Los bomberos investigan las causas que han podido provocar este segundo siniestro en la capital, aunque las primeras hipótesis apuntan a que la mano del hombre está detrás.

Un bombero tuvo que ser atendido en el mismo lugar donde trabajaba en el incendio de Los Almendros por un golpe de calor, aunque después continuó con sus funciones.

Además de los bomberos, también se desplazaron hasta la zona agentes de la Policía Local, de la Policía Nacional y un equipo médico. La ilegalidad de los corrales, así como la complejidad para saber a quién pertenecen, complica la investigación para las posibles sanciones.