Envejecimiento activo

Asalsido potencia el envejecimiento activo en personas con discapacidad intelectual a través del proyecto VIDA

  • Personas de entre 30 y 50 años con síndrome de Down y discapacidad intelectual realizan actividades de estimulación cognitiva, deporte y ocio inclusivo

Almuerzo del Grupo 'Entre Amigas'.

Almuerzo del Grupo 'Entre Amigas'.

La Asociación Almeriense para el Síndrome de Down, Asalsido – Down Almería apuesta por el envejecimiento activo en personas con discapacidad intelectual y con síndrome de Down a través del proyecto VIDA, una iniciativa en la que participan una treintena de hombres y mujeres de entre 30 y 50 años, y a través de la cual ha estado realizando durante todo este curso actividades de estimulación cognitiva -a través de la herramienta NeuronUP, para desarrollar la memoria, atención y percepción-, deporte y ocio inclusivo, utilizando recursos propios de la comunidad. Este proyecto ha sido puesto en marcha por Asalsido en colaboración con la Fundación “La Caixa” para favorecer la llegada de estas personas a la tercera edad en unas condiciones físicas y psíquicas óptimas, con la garantía de que podrán contar con una autonomía prolongada en el tiempo.

El proyecto VIDA se sitúan enmarcado en el Programa de Envejecimiento Activo y Saludable de Asalsido Down Almería. Asalsido lleva más de 30 años luchando por la inclusión social y laboral de las personas con síndrome de Down, y una de sus principales prioridades es, precisamente, la inclusión también de las personas con discapacidad intelectual en esta etapa de la vida.

La comunidad y los recursos de las distintas administraciones deben ajustarse a la nueva realidad de las personas con discapacidad intelectual, que no es otra sino la de que están envejeciendo, como ocurre con el resto de la población. Hay que evitar la pérdida de relaciones sociales y el aislamiento para mantener una buena salud mental y emocional, y por ello es preciso favorecer la participación de estas personas en la vida comunitaria a través de iniciativas como el proyecto VIDA, con la que se han diseñado talleres y servicios concretos para prevenir el deterioro cognitivo y fomentar un envejecimiento activo y saludable.

Asimismo, Asalsido acompaña en esta etapa a las familias para planificar un proyecto de vida centrado en las necesidades y aspiraciones de cada persona, reforzando las redes de apoyo dentro de su propio entorno.

En la actualidad Asalsido cuenta con 32 personas con síndrome de Down mayores de 30 años, de las cuales, 15 son mayores de 40 años, y estarían en el grupo de riesgo, mientras que las 17 personas restantes se encuentran en edades comprendidas entre los 30 y 39 años, perteneciendo al grupo control, y a quienes se les somete periódicamente a la prueba de exploración CAMDEX-DS, un instrumento diagnóstico para la detección de demencia en personas con síndrome de Down y otras causas de discapacidad intelectual con el que se puede evaluar un posible deterioro cognitivo.

Grupo ‘Entre Amigas’

Precisamente, una de las iniciativas más destacadas en el marco del proyecto VIDA ha sido la puesta en marcha del grupo ‘Entre Amigas’, que ha propiciado que ocho mujeres que superan la cuarentena hayan participado en distintas actividades especialmente idóneas para su edad, tales como sesiones de zumba en la Asociación de Vecinos de Oliveros; la visita a la Casa del Cine para conocer la trayectoria y el trabajo de ocho mujeres cineastas; o la realización de un viaje a Roquetas de Mar durante un fin de semana, que ha servido para compartir distintos momentos de ocio y estrechar lazos de amistad.

La tercera edad en personas con síndrome de Down

Llegar a la vejez de un familiar con discapacidad intelectual supone todo un reto y desajuste para las familias, que, a su vez, también envejecen con ellos. La sintomatología del cuidador se da en las familias con discapacidad intelectual a edades más tempranas que en cualquier otro grupo de familias, ya que las personas con síndrome de Down envejecen antes. Por ello, el acompañamiento familiar equilibrará los estados de estrés y ansiedad de los familiares de estas personas y hará que no se sientan solos en el proceso.

Durante toda la intervención, la familia tendrá un papel privilegiado en la planificación de actividades y del futuro de su familiar, ya que serán los que relatarán su percepción de la situación, qué tipo de ayudas y ajustes necesitan. También ayudarán en la recaudación de la biografía del participante y serán los informantes en los distintos cuestionarios de evaluación.

El hecho de utilizar recursos comunitarios como, por ejemplo, centros de participación ciudadana o actividades de las asociaciones de vecinos de los barrios de la capital almeriense, hace que el colectivo de personas mayores con discapacidad intelectual se identifique con el colectivo de personas mayores sin discapacidad y viceversa, generándose nuevas redes informales de apoyo.

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