Asesinado a tiros por la banda terrorista ETA

Asesinado a tiros por la banda terrorista ETA
Asesinado a tiros por la banda terrorista ETA

31 de agosto 2009 - 01:00

HASTA el año 2009 José Artero Quiles ha sido el único civil almeriense asesinado por la banda terrorista de ETA. Su muerte ha estado siempre rodeada de un cierto halo de misterio y contradicciones. Nadie dio oficialmente una explicación lo suficiente creíble sobre las razones de este absurdo crimen.

Algunos medios de comunicación apuntaron en su día como motivo del terrible crimen a que la víctima era un colaborador de la Guardia Civil y que los terroristas de ETA lo había puesto en el punto de mira de su siniestra nomina de objetivos al ser descubierto por la organización.

La familia de la víctima en aquellas fechas negó en redondo dicha acusación, así como que el fallecido militara durante esos años en algún determinado partido político. Lo que si tiene bastante más verosimilitud es que el industrial albojense, posiblemente sometido al impuesto revolucionario de ETA, decidiese no pagar más dinero a la organización y en represalias la banda decidiera acabar con su vida.

José Artero Quiles, que entonces tenía 42 años de edad había nacido en la barriada almeriense de El Llano del Espino de Albox. Fue asesinado a balazos el 24 de marzo de 1980 sobre las nueve y media de la noche en la localidad guipuzcoana de Escoriaza. Dos asesinos de ETA, que venían controlando sigilosamente todos sus movimientos, lo acribillaron a sangre fría en el momento en que Artero Quiles se disponía a subir a su coche.

Dos individuos con chubasqueros y con pasamontañas le esperaban reclinados en sus asientos a bordo de un vehículo matricula de San Sebastián. En la penumbra de la noche acechaban sus pasos. El industrial tras salir de una cafetería se dirigió hacia la calle Hidalgo donde tenía aparcado su coche, un Renault 6 matrícula AL-7007.

Cuando ya había arrancado el vehículo y se disponía a iniciar la maniobra de salida del aparcamiento fue tiroteado desde el coche de los asesinos recibiendo su cuerpo ocho impactos de bala.

Murió casi en el acto, mientras un médico de los servicios de Urgencias avisados por la gente de la calle, le practicaba maniobras de reanimación e intentaba sin éxito devolverle la vida.

Los asesinos abandonaron el coche a unos dos kilómetros del lugar del atentado. El vehículo según determinó entonces la Guardia Civil había sido robado unas horas antes a punta de pistola a un vecino en la localidad de Arechava.

Junto al vehículo los agentes de Departamento de Balística de la Policía Nacional encontraron más de una veintena de casquillos del calibre 9 milímetros parabellum, munición habitualmente utilizada por la organización terrorista.

José Artero Quiles, marmolista de profesión llevaba alrededor de unos seis años residiendo en esta localidad vasca a donde llegó procedente de Alemania junto a otros paisanos de Albox y en esta localidad vasca poseía un almacén de mármoles.José Artero Quíles recibió sepultura en Fines y la noticia de su muerte causó una profunda consternación en la provincia, de manera especial en Cantoria, Fines y otros pueblos de la zona norte donde se le apreciaba bastante y contaba con numerosos amigos.

1980 fue un año terrorífico. La banda de ETA perpetró en los doce meses del año un total de 105 asesinatos en el País Vasco. Otro almeriense, José Manuel Rodríguez Fontana, un joven policía nacional caía abatido por ETA en San Sebastián junto a dos compañeros más el 15 de mayo. Llevaba solo diez meses en el cuerpo. Dos meses antes, otro joven guardia civil de 26 años natural de la localidad almeriense de Oria murió víctima de otro atentado junto a seis compañeros mas. José Martínez Pérez-Castillo llevaba dos años destinado en Ondarroa.

Los crímenes de ETA fueron indiscriminados. Además de militares, policías o guardias civiles, los terroristas se ensañaron con paisanos y civiles como camareros, industriales, agentes de seguros, abogados, mecánicos, taxistas, etc.

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