Asuntita Giráldez, la voz apagada (I)

Crónicas desde la ciudad

Próxima a cumplir los noventa años de edad, el pasado 11 de enero fallecía en Vera la cantante lírica María Asunción Giráldez Terrén, bilbaína de nacimiento aunque almeriense de adopción y corazón

Asuntita Giráldez, la voz apagada (I)
Asuntita Giráldez, la voz apagada (I)
Antonio Sevillano / / Historiador

10 de diciembre 2011 - 01:00

AMÉN del estatus socio-económico o de las diferencias ideológicas y religiosas, la marcada fractura entre la clase dominante y el resto de la ciudadanía se manifestaba asimismo en sus preferencias musicales: los menos, a favor de la etiquetada de "culta" y el resto decantado hacia la popular, aires nacionales y fandangos. Elitismo que a caballo de los siglos XIX y XX se evidenciaba en los tea partys, bailes por invitación, Carnavales y saraos varios organizados por la burguesía en salones del Liceo (sede del Centro Andaluz de Fotografía) y en representaciones operísticas del teatro Principal (de la Reina o de Campos, por su propietario Bernardo Campos Rambaud), sobre el solar que ocupa el edificio Banesto; teatro Calderón (en el templo, secularizado, de San Pedro el Viejo o Sagrado Corazón, hoy iglesia de las monjas Esclavas del Santísimo) o bien en el Casino Almeriense de la plaza de Santo Domingo, reconvertido en Café cantante (no confundir con el Casino de Almería), esquina a la calle del aire o Antonio Ledesma. A título de información sobre este último local digamos que, presidido en una primera etapa por el gobernador Político, brigadier Pedro Antº Alcántara de Rute, se inauguró en febrero de 1854 en el marco de una fiesta de gran calado social y en la que el pianista Eugene de Mazuc interpretó composiciones clásicas y acompañó en arias, romanzas y duetos a las "distinguidas damas" Natalia Pérez de Vigar, tía-abuela política del torero Relampaguito, y Alicia O´Connor, madre del afamado tenor Luis Iribarne

Es fácil entender que con tales antecedentes se consolidasen vocaciones en la capital y provincia. De aquellas voces líricas destacan el citado Luis Iribarne (Almería, 1868-Madrid, 1928) y las sopranos Fidela Campiña Ontiveros (Tíjola, 1894-Buenos Aires, 1983) y Laura Nieto Oliver (Vélez Rubio, 1907-Madrid, 1989). A ellas debemos sumar en nuestros días -entre otras emergentes cultivadoras del bel canto- a Soledad Pedrosa, a la mezzosoprano Magdalena Llamas, residente en Nueva York e hija del desaparecido cantante e imaginero sacro Manolo Llamas y al tenor Juan Antº Vergel. Del primero, Carmen Ramírez editó en el IEA una magnífica biografía; de Nieto y Campiña disponemos de artículos firmados por Martín del Rey, Florentino Castañeda o Juan Sánchez además de noticias en prensa de alguna de sus actuaciones. Sin embargo, demorándolo por una u otra razón, no había traído aún a estas crónicas a Mª Asunción Giráldez Terrén, equiparable en aptitud y facultades canoras a aquellas, aunque no gozó de parejo reconocimiento de la crítica y públicos de España al recluirse en su patria chica de adopción. Posiblemente ante la negativa del padre (de rígida formación religiosa: Caballero del Pilar y de Los Luises) de que la joven desarrollara el arte que atesoraba en compañías de ópera o zarzuela ajenas al domicilio paterno.

Ahora, al saber de su fallecimiento, es ocasión de reparar el débito hacia su persona. De publicar lo que conozco de la biografía de Asuntita Giráldez. Además de las consabidas fuentes archivísticas y del fichero que con el tiempo he logrado reunir, es necesaria la ayuda puntual -incluida la aportación de fotografías- de conocidos y amigos, pese a que no siempre, por olvido indeseado, los citemos. En la semblanza humana y artística que este fin de semana nos ocupa debo mostrar mi agradecimiento a Miguel Garro (cuñado de Asuntita), José Ramos y Amalia Cuadra y a Paco Moncada por la información aportada

TELÉGRAFOS

Cumplidos los dieciocho años y un incipiente bagaje académico, la historia de la futura soprano lírico-dramática comienza realmente cuando sus padres se asientan a finales de 1939 en Almería. Tras un trienio de bombardeos y muertes civiles provocadas por el bando sublevado, la ciudad es "liberada" por los autoproclamados "nacionales". Acaso los perdedores, republicanos y rojos, para entendernos, no eran tan nacionales y nacidos en España como el que más? Con el nuevo régimen político y al objeto de hacerse cargo de la oficina de Telégrafos es destinado a nuestra ciudad Ramón Giráldez Lisbona, ingeniero de Telecomunicaciones y natural de Calatayud; le acompañan su esposa, Purificación Terrén Baños, originaria de Borja, en la misma provincia de Zaragoza, y los dos hijos: Mª Asunción y Ramón. El antiguo edificio de Correos destinado por el canónigo José Mª Navarro Daráx a Colegio de Jesús, de enseñanza privada, es su nuevo centro de trabajo.

Fijan su residencia al final de la calle Real, esquina al Parque, teniendo de vecino y amigo a Juan Cuadrado Ruiz, ayudante del arqueólogo belga Luis Siret y primer director del Museo Arqueológico Provincial. Ambas familias se trasladaron de domicilio por una cuestión ¡medioambiental!: el insoportable hedor que desprendían los coches de caballos con parada debajo de sus ventanas; estableciéndose los Giráldez en el nº 44 de calle Las Tiendas (altos de Comestibles Viciana). Después de dolorosa enfermedad, aquí falleció D. Ramón el 2 de enero de 1954, a punto de jubilarse y ostentando la jefatura del Cuerpo Técnico de Telecomunicación, a la orden del responsable de Correos y Telégrafos, D. Andrés Gómez Valera. Y de aquí partió su hijo varón a estudiar Derecho en Granada y a casarse en Alcolea con Dulcenombre Corral (Asuntita fue la madrina, "ataviada con mantilla española"), siendo ya juez de Colomera (Granada); concluyendo su carrera judicial, tras una estancia en Canarias, de magistrado en la Audiencia de Alicante.

MATRIMONIO

Nacida en Bilbao el 31 de mayo de 1921, Asuntita contrajo primera y únicas nupcias con Matías Garro Pérez (Almería, 25 de julio de este año 1921), empleado de la compañía de seguros La Unión y el Fénix -representada por Emiliano Abad Capella, en el Paseo- y agente comercial (del Profidén, Titanlux, etc.). Los novios se conocieron merced a la vecindad de ambos en calle Las Tiendas, donde su abuelo, Matías Pérez, abrió la tienda de pañería "La Fortuna". La boda se celebró el 20 de septiembre de 1956 en el colegio de monjas de Zaragoza donde ella había estudiado. Al regreso de la luna de miel la joven pareja se estableció en Amadeo Vives nº 1, en el populoso "barrio de los Músicos" aledaño a la plaza de los toros. Al no tener descendencia, se trajeron a vivir con ellos a la madre y suegra, ya viuda, Dª Purificación. En la antesala de la edad nonagenaria -y tras sufrir uno y otra un infarto y una rotura de cadera- se trasladaron a la Residencia de Mayores "Veraparaíso". Como adelantaba al inicio, Mª Asunción Giráldez Terrén, coloquialmente Asuntita Giráldez, falleció el pasado 11 de enero -dulce y serenamente-, siendo incinerada y depositadas sus cenizas en el cementerio de Vera. Los antiguos vecinos le dedicaron una misa-responso en la parroquia almeriense de San Ildefonso. Matías Garro vive su vejez en la residencia que ocupó el último año con su esposa.

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