La Almería Oscura

Atentado frustrado de ETA en Almería

  • Efeméride. Hoy se cumplen 15 años desde que la banda terrorista quiso provocar una matanza en Almería alarmando en los días posteriores a toda la población almeriense.

El sábado 4 de diciembre de 2004 fue la fecha fijada por Ana Belén para contraer matrimonio con su novio de toda la vida. La boda era a las seis de la tarde. El templo elegido para la ceremonia, la pequeña y coqueta iglesia de San Antonio de Padua ubicada en la Plaza de España en la barriada de Ciudad Jardín. De este triste episodio se van a cumplir hoy trece años. Los invitados, alrededor de unos doscientos fueron llegando escalonadamente hasta la iglesia. Algunos de ellos buscaban aparcar sus coches en las calles adyacentes de la plaza por lo que la concentración de personas a esa hora de la tarde no era la habitual de un día cualquiera.

Los niños, alejados de los padres, confiados por la proximidad del parque, esperan tranquilos la llegada de los novios y resto de invitados. Todo hace presagiar un día radiante y feliz para los contrayentes, familiares y amigos. A las cinco y media de la tarde salta la alarma. Dos niños de once y doce años de forma casual, que juegan en el pequeño parque junto a los toboganes y columpios descubren entre los setos un extraño artilugio que despierta su curiosidad. Sin pensarlo uno de ellos coge la especie de maletín y lo coloca en uno de los bancos.

Miran y remiran su interior. A unos cuatro o seis metros un hombre se apercibe del descubrimiento y se acerca a ellos. Mueve el artilugio y se queda estupefacto. Junto a al extraño aparato, un papel indicando “Peligro bomba de ETA”. Los primeros momentos son de incredulidad. Reacciona y comenta el hallazgo a otros de los invitados. Pasan a la acción y desde un teléfono móvil informan a la sala operativa del 091. Cinco minutos más tarde empiezan a llegar las primeras dotaciones policiales. Un cuarto de hora mas tarde, confirmada la existencia de un extraño artilugio, la plaza de España esta tomada policialmente mientras en la iglesia la ceremonia se desarrolla con normalidad.

La Policía toma posiciones y acordona toda la zona mientras se avisa al párroco para que los fieles, concluida la ceremonia salgan por otra de las puertas del templo. El sacerdote contribuye a evitar situaciones de pánico. La gente empieza a darse cuenta de lo que ocurre cuando ya está en la calle y los artificieros de la Guardia Civil, los GEDEX tras unos cuarenta minutos de cuidadoso trabajo logran desactivar el artefacto colocado en el interior de una fiambrera y dentro de un maletín.En su interior una tenebrosa leyenda anunciando que el artefacto estallará a las 13,30 del día siguiente, 5 de diciembre.

Policía Nacional, Guardia Civil y Policía Local, en estrecha colaboración activaron un intenso operativo por espacio de varias horas “peinando” prácticamente toda la provincia. La Plaza de España estuvo acordonada desde las seis de la tarde a las ocho y medio de la tarde. Detenidamente se inspeccionaron papeleras, contenedores, descampados, setos, árboles, instalaciones abandonadas, etc. buscando una posible segunda bomba, que afortunadamente no existía.

Los autores podrían haber sido un hombre y una mujer, jóvenes y formaban parte de un segundo comando itinerante movilizado por toda Andalucía.El artefacto estaba perfectamente sincronizado para que explotase a la hora fijada. La nota con las siglas de ETA era muy parecida a los mensajes colocados por los terroristas en otros artefactos que estallaron unos meses antes en varias localidades cántabras.

Este artefacto, según se van conociendo resultados de los análisis, tiene relación con los otros cinco que el día antes fueron colocados en cinco gasolineras de Madrid. También el artefacto es idéntico al desactivado por la Policía el verano pasado en Galicia.

Dentro del capitulo de hipótesis, toma un papel importante la teoría de que los autores de la colocación de la bomba en Almería eran diferentes a los de Madrid y abandonaron nuestra ciudad el mismo día ya que no se alojaron ni en la capital ni en la provincia, ninguna persona con algún tipo de irregularidad en su documentación que pernoctaran en establecimientos hoteleros.

Se supone que actuaron “sobre mapa” como en otras capitales para colocar los artefactos en las avenidas, calles o parques con la denominación de España. Tanto la cantidad, unos 200 gramos y el explosivo coincidían con los artefactos de Madrid.

El artefacto desactivado incluía un condensador, un elemento poco habitual en las bombas de ETA. Otro elemento importante era el temporizador. El artefacto llevaba uno de los relojes de nueva generación de ETA que a diferencia de los antiguos despertadores Casio PQ6 que solo tenían una autonomía de doce horas, estos pueden programar la detonación varios días. La autonomía de las pilas del artefacto hizo presuponer que la bomba colocada en la plaza de España había sido colocada uno o dos días antes. El artefacto, de iniciación eléctrica estaba compuesto por un fertilizante industrial que tiene como elemento básico el nitrato potásico. Se trata de amoral-nitrato amónico cebado con sal- y no de amonal, nitrato con aluminio, tal como se barajó en unos primeros momentos.

La Policía sospechó que estos artefactos, al igual que los restantes que explotaron en otras provincias españolas fueron confeccionados en el sur de Francia, en algunos de los talleres clandestinos que aún tiene la organización terrorista en el país galo y confeccionados por las manos expertas del ingeniero de telecomunicaciones de origen alemán Tomás Elgorriaga Kunze “Teo” jefe del “aparato electrónico” de ETA ayudado por Enero Gogaskoetxea, otro experto en electrónica huido desde hace siete años y encargado de perfeccionar los sistemas de estas tarteras-bombas para evitar las explosiones fortuitas y garantizar la explosión de los artefactos.

Se estimó que el explosivo fue robado en Francia, según los analistas policiales y que los autores de la colocación de estos explosivos en toda España llegaron procedentes del país galo.El 2 de noviembre de 2.007 La Audiencia Nacional condenó a 27 años de cárcel a Mikel Orbegozo y Sara Majarenas, los dos etarras que constituyeron el último ‘comando Levante’, desarticulado por la Policía en Valencia el 17 de febrero de 2005 y que fueron los autores entre otros de la colocación del artefacto explosivo en la plaza de España de Almería así como en otras capitales del litoral andaluz.

La banda de ETA utilizó a un medio de comunicación del País Vasco para comunicarle el atentado, por lo que la Policía de Almería alertada desde el diario vasco pudo neutralizar los efectos de la bomba.En Almería el asunto se llevó con total discreción y los pocos periodistas que conocieron el caso, a petición de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado silenciaron la noticia sobre la existencia del artefacto para evitar así una publicidad gratuita a los terroristas que buscaban incrementar la alarma social entre los ciudadanos.

En aquellas fechas, la prisión de Acebuche de Almería, inaugurada en 1986 albergaba un importante número de presos de ETA y GRAPO. La Policía, CESID y el SIGC de la Guardia Civil llevaban a efecto una importante investigación sobre las posibles vinculaciones de miembros de la organización y familiares de los presos etarras que semanalmente desde el País Vasco, en autobuses o en coches particulares se desplazaban hasta Almería para visitarles.

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