El aumento de presuntos casos de pinchazos a mujeres en discotecas y fiestas multitudinarias supuestamente para drogar y someter a las víctimas se ha convertido en una preocupación para miles de jóvenes en España, que miran con inquietud esta supuesta nueva práctica de agresión machista.

Según ha informado fuentes de la Delegación Territorial de Salud y Consumo de la Junta de Andalucía, el Servicio Andaluz de Salud (SAS) ha atendido en sus centros de la provincia almeriense un total de siete posibles casos de "sumisión química". 

En concreto, son cinco las mujeres que han acudido al servicio público de salud tras sufrir uno de estos pinchazos, pero también lo han hecho dos hombres.

Fuentes de la Comisaría Provincial de Almería han apuntado a Diario de Almería que a la Policía Nacional le consta una única denuncia por un caso de este tipo, presentada el pasado 3 de agosto, si bien no han trascendido más datos por el momento.

El número de casos atendidos en centros del SAS por posibles casos por sumisión química en Andalucía es el siguiente:

Almería: 7 (2 hombres)

Cádiz: 38 (1)

Córdoba: 4

Granada: 9 (2)

Huelva: 16 (2)

Jaén: 2

Málaga: 10 (1)

Sevilla: 10 (1)

Total: 96 casos (9 hombres)

DENUNCIAS EN ESPAÑA

Según el artículo 181.2 del Código Penal español, “se consideran abusos sexuales los que se ejecuten sobre personas que se hallen privadas de sentido, así como los que se cometan anulando la voluntad de la víctima mediante el uso de fármacos, drogas o cualquier otra sustancia natural o química idónea a tal efecto”.

En base a esto, el uso de una sustancia química que anule la voluntad de la víctima no se considera violencia o intimidación y, por tanto, solo tendría encaje en el tipo de abuso sexual y no de la agresión.

“A fecha actual, existen unas 60 denuncias en España (por pinchazos), aunque habría que averiguar si ha existido sumisión química en todos los casos. Sin embargo, se está entendiendo delito de lesiones, siquiera leve, aunque no haya existido sumisión química”, explica a EFE Iker Echevarría, abogado especialista en derecho penal y doctor en Derecho.

Además, en países como Reino Unido o Francia ya se han registrado alrededor de 1.700 casos desde septiembre de 2021 a enero 2022 y en países como Bélgica, apunta Echevarría, “se ha endurecido recientemente el código penal imponiendo penas de hasta 15 años de prisión a aquellas personas que droguen a otras sin su consentimiento”.

¿GAMBERRADA O DELITO?

Eduardo Ramos, responsable de la Sección de Laboratorio de la Asociación de Médicos Forenses de la región de Andalucía (AMFA), apunta que “es plausible sospechar” que en la mayoría de estas inyecciones están siendo “punciones secas”, un simple pinchazo con una aguja para asustar y crear alarma.

Con este método se consigue que las mujeres no puedan acceder al ocio con seguridad. "si lo llamamos gamberrada se banaliza, es algo más. Es una situación que atenta contra la mujer por el simple hecho de ser mujer”, remarca.

Sebastián Díaz, médico forense, detalla que para realizar una punción con intención de inyectar algo, necesitas introducir “dos milímetros de líquido durante, al menos, unos 50 ó 60 segundos”.

“En estos casos se está viendo que solo es un pinchazo de un segundo, donde la víctima nota el dolor. Por este motivo creo que están saliendo resultados negativos en sumisión química, pero puede acarrear en la propagación de otras enfermedades por el propio pinchazo”, advierte.