Azata no acudirá hoy a sellar la venta del suelo del Algarrobico

La promotora Azata no acudirá hoy a la notaría de don Alberto Agüero, en la Avenida Federico García Lorca de la capital, al ser contraria a la formalización de la escritura del suelo sobre el que se ejecutaran al 95% las obras del hotel del Algarrobico a nombre de la Junta de Andalucía en base al derecho del retracto. La mercantil madrileña ha decidido no sellar la inscripción para la que fue citada el 21 de agosto por la Consejería de Medio Ambiente al oponerse a hacer efectiva la transmisión de las cinco fincas del sector ST-1 de Carboneras hasta que no resuelva el recurso de casación presentado en el Tribunal Supremo contra la sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía de enero de este año en la que se hace valer la titularidad pública del terreno.

La administración andaluza ya consignó los 2,3 millones de la operación en la caja de depósitos de la Consejería de Economía en noviembre de 2006, días después de ejercer el derecho de retracto por el que se anula a posteriori la venta de un bien asumiendo el coste de la transmisión, aunque no había querido hacerlo efectivo hasta este verano a raíz de sendos fallos del TSJA en el que se valida la licencia municipal de obras del hotel y la calificación urbanizable de la parcela en la que se asienta. La Junta justificó la decisión que no quiso adoptar antes, para no crear "inseguridad jurídica" al no contar con una sentencia firme -ni tan siquiera a raíz del incidente de ejecución de los ecologistas-, en base al cambio de escenario, por las últimas resoluciones judiciales que podrían derivar en el reinicio de los trabajos y finalización de la mole de una veintena de plantas y 411 habitaciones en Carboneras. La consejera de Medio Ambiente, María Jesús Serrano, ya ha sido informada por la mercantil de su intención de no acudir a la notaría y, de hecho, en su comparecencia del miércoles en el Parlamento de Andalucía para dar explicaciones sobre la ejecución del retracto aludió a esta posibilidad: "Si la empresa no comparece, la Junta agotará todos los recursos administrativos, judiciales y gubernativos que estén en su mano para garantizar la plena disponibilidad del terreno". En su citación del 21 de agosto, que incluso llevó a los anuncios de las páginas del BOJA, la Consejería recordó a Azata del Sol la "imposibilidad" de ejecutar cualquier acto que pueda suponer transformación de las fincas en las que se comenzó a construir hace once años el hotel indestructible.

La mercantil madrileña, que en su día llegó a solicitar en torno a 200 millones por su renuncia al emprendimiento del proyecto y ahora mantiene una reclamación de 80, considera que cuenta con argumentos jurídicos suficientes para tumbar el retracto en última instancia. Entre los documentos aportados al Supremo aparecen escritos de la Consejería de Medio Ambiente de 1996 a 1998 en los que no se muestra interesada en ejercer el tanteo y retracto de la parcela que años después sería adquirida por Azata del Sol, otros en los que ratifica la calificación urbanística de los terrenos y uno facilitado a la parte vendedora del suelo, Parque Club Algarrobico, en el que se argumenta que "no tiene competencias". El entonces delegado provincial, Martín Soler, razona en un escrito fechado el 24 de abril de 1997 que como "el sector que promueve se sitúa en suelo calificado urbanísticamente, esta administración ambiental no tiene competencias en razón a su inclusión en el parque natural Cabo de Gata-Níjar". Y es que el retracto que quiere hacer efectivo la Junta está basado en la Ley de Parques Naturales 2/1989 por el que se obliga al vendedor a notificar la venta a la Delegación Provincial de Medio Ambiente, un departamento que años antes ya había confirmado a Parque Club Algarrobico SL, que tenía previsto construir un camping en lo que acabaría siendo un hotel, que no tenía incumbencia en el terreno. Incongruencias que se suman al engaño que sufrió la promotora e la mole de más de 65.000 metros cúbicos de hormigón por parte de la vendedora que ratificó en la quinta cláusula de la escritura que las fincas no estaban incluidas en el parque natural Cabo de Gata-Níjar. Además, tenía la obligación de informar y no lo hizo, dando pie ocho años después al retracto.

El asunto adquiere relevancia si se tiene en cuenta que la Junta gestionaba el 33% de las acciones de Parque Club Algarrobico SL a través de una sociedad pública que se denominaba Iniciativas Económicas de Almería. Es decir, la administración andaluza tuvo un papel activo en este proceso de compraventa de los terrenos al gestionar parte de la empresa que los traspasó en agosto de 1999 por 150 millones de pesetas a Azata, tal y como adelantó en exclusiva este periódico tras las sentencias.

De ahí que la mercantil intente desmentir ante el Supremo que la Junta no tuviera "conocimiento oficial" de la operación, como la consejera reiteró en el debate en el Parlamento. Desde el Colegio de Arquitectos de Almería se ha instado a la Consejería de Medio Ambiente a acatar las sentencias y no ser "irresponsable" al hacer efectivo el retracto, siendo el más crítico y contundente desde un primer momento el exalcalde socialista de Carboneras, Cristóbal Fernández: "El Algarrobico es un invento político de la Junta, fue el que promovió el hotel con todas las bendiciones del Gobierno".

También existen incógnitas por despejar sobre una subvención concedida en Parque Club de más de 76 millones de pesetas, unos 461.000 euros, para el fomento de iniciativas empresariales sin que se conozca el destino porque el proyecto nunca echaría a andar. Los 2,8 millones otorgados años después a Azata por el Ministerio de Economía, dentro de la misma línea de financiación, no llegaron a la promotora madrileña porque la condición era crear 102 puestos de trabajo con la apertura que se había previsto en Semana Santa de 2006. El juez Rivera lo paralizó y así permanece desde entonces.