BACARES. Magisterio en la perla de Los Filabres

Fue en la festividad de San Nicolás de 1938 cuando nació Isabel González Salinas. No en Bacares, que carecía de médico, sino en Gérgal, de donde era oriundo Juan, de quien quedó huérfana con escasos tres años. La familia: su madre María Salinas, su tía Cándida y, sobre todo, sus abuelos maternos Juan e Isabel, conformaron la sólida cohorte encargada de arropar a las dos hermanas, Isabelita y Ascensión durante su niñez en los años de posguerra hasta marchar a Almería acompañadas de la mencionada tía, donde estudiarían bachillerato y Magisterio. El primer destino de Isabel fue La Mojonera, pedanía de Bacares donde permaneció un año.Fue en la festividad de San Nicolás de 1938 cuando nació Isabel González Salinas. No en Bacares, que carecía de médico, sino en Gérgal, de donde era oriundo Juan, de quien quedó huérfana con escasos tres años. La familia: su madre María Salinas, su tía Cándida y, sobre todo, sus abuelos maternos Juan e Isabel, conformaron la sólida cohorte encargada de arropar a las dos hermanas, Isabelita y Ascensión durante su niñez en los años de posguerra hasta marchar a Almería acompañadas de la mencionada tía, donde estudiarían bachillerato y Magisterio. El primer destino de Isabel fue La Mojonera, pedanía de Bacares donde permaneció un año.

Maestro y alcalde

Juan Egea Golbano vino al mundo en Senés principiando el mes de marzo de 1940, hijo de José e Isabel. Prácticamente desde que anduvo empezó a trabajar en las faenas agrícolas al igual que su hermana mayor, Ana. El abuelo Pepe compartía con sus hermanos Juan y Eduardo la gestión del molino del pueblo. Este duro y temprano trabajo forjó su proverbial fuerza física. Estudiaba por libre a la luz del carburo, consiguiendo así llegar al bachillerato que cursó en Almería así como la carrera de Magisterio. Sus primeros destinos fueron Pozo Alcón (Jaén) y anejos de Níjar.

Sus albures se juntaron una noche de las castañas (lo que hoy se llamaría Halloween) de 1961, siendo ambos maestros en Bacares. Tras el prolongado servicio militar de la época (embarcado en el destructor Lepanto) se casaron en la capitalina iglesia de San Sebastián en septiembre de 1965.

Ejercieron en Bacares durante una veintena de años. En este ínterin, Juan se convirtió en el último alcalde franquista y el primero democrático. En total fue regidor desde 1975 hasta 1979. Entre sus logros principales destacan la construcción de la red de abastecimiento de agua corriente; la carretera Velefique-Bacares; el inicio de la Bayarque-Bacares; una electrificación eficaz del pueblo, incluida La Mojonera; construcción del consultorio médico con su vivienda para el galeno y la pavimentación de las calles. Cabe señalar igualmente la repoblación con truchas del río Gérgal a su paso por Bacares; coto de pesca que el cambio climático ha borrado. En aquella época de transición, el entonces alcalde puso en marcha beneficiosas medidas sociales para el pueblo, caso de las del cobro de pensiones o de subsidios.

Pero los tres hijos que tenían entonces -Juan José, Francisco Javier y Adrián, a quien le agradezco encarecidamente la semblanza biográfica- iban creciendo. Para que los dos mayores estudiaran bachillerato, la familia marchó a Almería y Juan e Isabel obtuvieron plaza en el colegio Alejandro Salazar, hoy La Chanca, en el que se jubilaron tras ejercer durante dos décadas. Ya en la capital nació su cuarta hija, María Isabel. Así, los cuatro hermanos pudieron estudiar sus respectivas carreras universitarias.

En esta época de principios de los años 80 se formó la Hermandad del Santo Cristo del Bosque de Bacares, presidida por Isabel y con Juan como secretario. Dicha institución nació ante la situación ruinosa del templo que albergaba dicha imagen, muy venerada tanto dentro como fuera de la provincia por parte de la población emigrante. Las autoridades competentes en conservación del patrimonio apenas se ocuparon de mantener en pie la iglesia, por lo que fue la movilización vecinal encarnada en ese entonces por Isabel, Juan (y muchos otros como Antonio Díaz, Encarnita, Julián, Manuel y los que se quedan en el tintero por la endeblez de la memoria y la escasez del espacio) la que logró restaurarla adecuadamente el templo para que siga siendo una joya del arte mudéjar. Se debe destacar la labor de sus sucesores en la gestión de la Hermandad (Ramón, Eloísa…) que con esfuerzo e ilusión siguen manteniendo y embelleciendo esta obra de arte tan maravillosa como entrañable.

Hoy en día, Juan e Isabel viven a caballo entre Senés y Granada, a la que acuden de médicos, debido a ciertos achaques propios de la vida pero disfrutando, más que nada, de sus nietos Juan, María, Gonzalo, Mauricio y, en último lugar ya que ha llegado en el año 2020, Alejandro. Todos ellos, de una manera u otra, son y serán herederos de la honradez, bondad, inteligencia, fuerza de voluntad, integridad y demás virtudes que les enseñaron y enseñan dos maestros de escuela: sus abuelos.