BAYARQUE. Don Eloy, el coronel y un mozo de reemplazo

Almería

Don Eloy, el coronel y un mozo de reemplazo
Don Eloy, el coronel y un mozo de reemplazo
Antonio Sevillano

Almería, 11 de agosto 2021 - 22:59

Accedemos a uno de los más atractivos balcones serranos al Valle del Almanzora, en el camino a Bacares (unidos por fuertes vínculos familiares y afectivos) y cercano a Tíjola, capitalidad de la comarca con ribetes filabreses. Con el título Bayarque. Historia, geografía y etnología comentada, el Instituto de Estudios Almeriense inició en 2010 la muy necesaria colección Pueblos de Almeria. Con el compromiso de continuidad, a ella le siguieron Oria, Somontín, Vélez Blanco, Tíjola y Cantoria. En esta puesta de largo, el texto y buena parte de las fotografías obedecen al bayarquero Diego Mirallas Jiménez (el resto de ilustraciones se debe a los hermanos Sebastián y Antonio Rubio y Rodolfo Caparrós). En el documentado ejercicio, el autor incluye un jugoso lance protagonizado por dos lugareños: don Julián y un mozo incorporado a filas a Madrid. Con el debido reconocimiento a su origen, transcribo dicha página:Accedemos a uno de los más atractivos balcones serranos al Valle del Almanzora, en el camino a Bacares (unidos por fuertes vínculos familiares y afectivos) y cercano a Tíjola, capitalidad de la comarca con ribetes filabreses.

Libro
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Con el título 'Bayarque. Historia, geografía y etnología comentada', el Instituto de Estudios Almeriense inició en 2010 la muy necesaria colección 'Pueblos de Almeria'. Con el compromiso de continuidad, a ella le siguieron Oria, Somontín, Vélez Blanco, Tíjola y Cantoria. En esta puesta de largo, el texto y buena parte de las fotografías obedecen al bayarquero Diego Mirallas Jiménez (el resto de ilustraciones se debe a los hermanos Sebastián y Antonio Rubio y Rodolfo Caparrós). En el documentado ejercicio, el autor incluye un jugoso lance protagonizado por dos lugareños: don Julián y un mozo incorporado a filas a Madrid. Con el debido reconocimiento a su origen, transcribo dicha página:

Un reloj reparado

Desde una perspectiva intrahistórica (a uno le gusta mucho más la intrahistoria que la Historia), ahora interesa conocer los trabajos de un curioso vecino de la Plaza de Arriba, don Eloy. Uno de aquellos pequeños terratenientes locales capaces de vivir de las rentas y dedicarse a actividades tan inauditas en Bayarque como los proyectos científicos y la tecnología aplicada a la falsificación de monedas (llegó a hacer cuños perfectos para piezas de cobre y bronce con debilísimos baños de plata). Sabemos de una curiosa anécdota que dice bastante del buen hacer de don Eloy: en aquellos años de convulsión política, cierto coronel de un regimiento madrileño, de quien tampoco interesa saber la identidad, amante de los relojes hasta un extremo obsesivo, y, sobre todo, de un ejemplar suizo rarísimo y complejo que había heredado de su padre, andaba desesperado porque ninguno de los especialistas a quien había llevado su preciada joya conseguía repararlo. Pues bien, uno de sus ordenanzas era un joven bayarquino, que por pura casualidad se encontraba haciendo el “servicio” a sus órdenes. Se acercaba la Navidad y el muchacho quería unos días de permiso, aunque sabía que no le correspondían por lo turbio de los tiempos. No pestañeó cuando le dijo:

-Mi coronel en mi pueblo hay un hombre que le arreglará el reloj.

-¿En tu pueblo? Vaya, hombre, no lo ha conseguido ningún relojero de Madrid, Barcelona y Bilbao, ¿y lo van a arreglar en tu pueblo… ¿dónde está tu pueblo?

-En la provincia de Almería, se llama Bayarque

-A ver… ¡Pero si no está en el mapa! Anda, anda…

-Mi coronel: es verdad que mi pueblo es pequeñito, pero le juro por lo que más quiero, que don Eloy lo reparará… (Finalmente el coronel accedió)

Elaboración de esparto
Elaboración de esparto

El joven fue a su pueblo con absoluto convencimiento de que iba a cumplir el compromiso. Don Eloy arregló el famoso reloj, y el muchacho volvió con su promesa cumplida, pasando el resto del servicio militar a cuerpo de rey; con un coronel admirado de que en un pueblecito que no venía en los mapas hubiera un técnico de tanta categoría. No se le olvidó al militar el nombre de nuestro pueblo ni la identidad del sabio local, al que después envió un fabuloso presente de manos del mismo joven. A este, por su parte, le regaló tres meses añadidos de permiso…

Don Eloy tenía buena parte de su casa en la Plaza, esquinera con la calle de Las Peñillas, destinada a maquinaria, los referidos cuños e infinidad de proyectos, muchos de ellos fabulosamente prácticos, pero algunos descabellados o utópicos (siempre anduvo en busca del quimérico “movimiento continuo”, como los alquimistas de épocas antiguas). Más de un lugareño que lo conoció decía que de no haberse muerto con relativa antelación lo habría conseguido… También hizo don Eloy el primer pasadizo secreto de la historia de Bayarque: un túnel subterráneo hasta la parte baja de la Rambla (cerca del río) para poder esconderse o huir en casos de persecución, sabedor de las envidias, los negros tiempos que se aventuraban o las represalias que pudiera coadyuvar su alegal actividad.

Directorio biográfico

-Antonio (1915), Carmelo (1917) y Matías Fenoy Garrido (1918), boxeadores. Hijos de padres bacareños: campeones de España (de aficionados y profesionales) en los pesos mosca, pluma, gallo y ligeros. Antonio simultaneó el ring con los campos de futbol, militando en el Tarrasa y otros clubes catalanes. Los tres emigraron a Francia y recalaron definitivamente en Yucatán (Méjico). Tras una espléndida carrera en Europa, Matías debutó en EE.UU. con un combate en Miami

-Juan y Francisco Medina, pelotaris campeones de Cataluña y España en el campo amateur

-Diego Mirallas Jiménez (1964). Licenciado en Geografía e Historia y en Derecho, es profesor en el IES “Matemático Puig Adam”, de Getafe. Abogado ejerciente en el Colegio de Madrid y asesor jurídico de la prestigiosa revista Cuadernos del Matemático. Ha escrito diversos artículos y reseñas de temas antropológico, geográfico e histórico en obras colectivas y revistas como Ahora Información, de la que es colaborador habitual

-Fernando Yélamos Rodríguez. Doctor en Medicina y Cirugía por la Universidad de Granada (premio extraordinario), profesión a la que añade una importante y solidaria faceta literaria. Entre sus obras (en prosa y verso) destaca Hombres de acero y corazón por dentro, Escenas de guerra y sentimientos, En busca de una luz en la oscuridad o Quejidos de tu ausencia.

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