La Balsa del Sapo pide 40 millones

Los vecinos han llevado a cabo ya varias manifestaciones, tanto en el núcleo ejidense como en la capital, pidiendo soluciones · Más de 200 personas están afectadas e indignadas por la situación

Los vecinos afectados por la problemática Balsa del Sapo se manifestaron en Almería, frente a la Subdelegación del Gobierno.
Iñigo Mas Greño / El Ejido

El ejido, 21 de febrero 2011 - 05:01

La administración general del Estado fue la primera entidad que hace veinte años puso de manifiesto el riesgo potencial que generaba el acuífero central superior del Poniente almeriense sobre la población de Las Norias de Daza, en El Ejido, un núcleo murgitano de unos 10.000 habitantes. Comenzaba así el problema de la Balsa del Sapo, con viviendas inundadas, que afectan a unas 500 personas, y unas 120 explotaciones agrarias dañadas, así como infraestructuras públicas afectadas. También hay cimientos de viviendas, locales y garajes sumergidos, que poco a poco se van minando por la acción del agua salinizada, cuyo nivel ha crecido 60 centímetros en las últimas semanas. Las dos balsas separadas por un camino que componen la zona tienen unas 120-140 hectáreas de extensión. El nivel del agua se quiere dejar en una altura óptima de unos 24 metros sobre el nivel del mar para que no siga siendo un riesgo en caso de lluvias y avenidas y vuelvan las aves, estando ahora por encima de los 27 metros. Por lo tanto hay que rebajar más de tres metros el nivel del agua actual. Hay quien ha perdido todo lo que tenía y tiene que seguir pagando los créditos y las hipotecas, siendo su situación desesperada. Incluso llegaron a plantear la huelga de hambre como medida de fuerza. Curiosamente las autoridades han solventado en cuestión de semanas, al menos en teoría anunciando la financiación del proyecto, un problema cuya gravedad se denunció en 1990.

Un minucioso informe elaborado por la asociación Cañada de Las Norias destaca que en la Balsa del Sapo se podían encontrar hasta hace poco, flamencos, fochas común, patos malvasía, cercetas pardilla, fochas moruna, etc. Las especies protegidas convirtieron la zona en un rico espacio natural, declarando la Unión Europea el humedal como Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA). Sin embargo el acuífero no dejaba de aumentar y poco a poco iba desapareciendo la vegetación por asfixia y las aves no tenían donde protegerse ni anidar. A finales de 2010 la situación ecológica del humedal era la peor de los últimos veinte años, no habiendo más solución que acometer inmediatamente las obras pertinentes de construcción de un túnel de evacuación del agua al mar, sin más dilación, ni engaños, ni promesas incumplidas.

Cronológicamente hay que recordar que en abril de 1990 el Plan de Defensa Integral frente a las Avenidas del Campo de Dalías (Informe CEDEX, Centro de Estudios y Experimentación de Obras Públicas, perteneciente en la actualidad al Ministerio de Fomento y el Ministerio de Medio Ambiente, Medio Rural y Marino), calificaba la zona con alto riesgo de inundación y los mayores índices de peligrosidad. En 1995 un informe del Instituto Tecnológico Geominero de España declaraba el acuífero superior central sobreexplotado y salinizado por intrusión marina. El 8 de julio de 1999 se producía la resolución de la dirección general de Calidad y Evaluación Ambiental sobre el proyecto de Defensa y recarga del acuífero del poniente almeriense, promovida por la sociedad estatal Aguas de la Cuenca del Sur Acusur, en el ámbito de la Confederación Hidrográfica del Sur. En 2002 se declaraba la zona de máximo riesgo de avenida por la consejería de Obras Públicas, avalada por el informe Cedex de 1990. En 2004 se fundaba la Asociación Cañada de Las Norias y se declaraba como obra de emergencia por la Junta de Andalucía el proyecto de estación de bombeo hacia la rambla de Carcauz. En 2005 se producía el segundo inicio del bombeo y la posterior interrupción por retorno subterráneo del agua vertida a la rambla al acuífero de nuevo. En 2006 se conecta la tubería a la balsa de la comunidad de regantes Sol y Arena para mezcla con agua de riego y hay una posterior interrupción de bombeo por falta de viabilidad. El mismo año hay una ampliación del tramo de tubería desde la balsa de Sol y Arena hasta el mar reiniciándose el bombeo interrumpido anteriormente. Se constata el nivel máximo alcanzado por la lámina de agua, siendo 1,30 metros más alto que al inicio del bombeo. En los años 2006 y 2007 hay una bajada continua del nivel de la lámina de agua, siendo de 1,70 metros en 16 meses. En 2007-2008 se produce una subida constante a consecuencia del ritmo intermitente del bombeo. En 2009 sigue este ritmo intermitente y la subida constante, siendo de 70 centímetros en todo el año. En 2010 se mantiene el bombeo a pleno rendimiento, siendo la subida de la lámina de agua la más grande desde que se hacen mediciones, con un metro en menos de un año.

"Lo que es directamente pérdidas, tanto en infraestructuras como en costes de daños por falta de producción, se cifraban el año pasado en torno a los 2,5 millones de euros y este año hay ya gente que ha comenzado a abandonar sus fincas porque no pueden explotarlas. Aún así hay agricultores que han intentado hacer drenajes por sí solos para bombear agua este verano, manteniendo su explotación aunque fuera precaria. Muchos de ellos han conseguido sacar adelante su finca, pero otros tantos han puesto una inversión adicional y sin embargo no han conseguido evitar que se inunde de nuevo. En la última asamblea había gente que planteaba la huelga de hambre y encerrarse de forma indefinida, porque han perdido todo lo que tenían, toda la inversión que han hecho. Se encuentran con un préstamo que han pedido, tienen que afrontar esos pagos y encima no pueden trabajar, y aún así tienen que seguir pagando sus impuestos con el mismo valor catastral que han tenido siempre, es una situación totalmente desesperada". Así se expresaba recientemente a las puertas de la delegación del Gobierno de la capital almeriense, Juan Bartolomé Escobar, secretario de la asociación Cañada de Las Norias, convocante de la protesta que durante varias horas exigía a la Junta de Andalucía y al gobierno central una definitiva resolución del problema que padece la Balsa del Sapo desde hace años. Unas 200 personas, apoyados por una incesante y ensordecedora pitada, reclamaban la construcción de un túnel para evacuación al mar del agua. En el escrito entregado a la delegada del Gobierno la asociación exponía "la desesperante situación que viven vecinos y agricultores de Las Norias de Daza a causa de la subida del agua".

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