Las Balsas de El Alquián, barrio 'matrix'

Viviendas legalizadas y calles de reciente urbanización, pero no hay placas en las calles ni números en las casas. Los buzones, en su mayoría, tienen su correspondiente etiqueta en blanco. Son Las Balsas, un núcleo urbano de El Alquián en el que la treintena de vecinos convive desde hace tres años con el desconcierto de no saber cuál es su dirección. Cartas equivocadas, taxis o servicios de urgencia que no llegan o, lo más llevadero por el socorrido microondas, las pizzas frías. Y eso, que en el GPS las calles sí tienen nombre, una realidad virtual que reviste a esta zona de la ciudad con el apodo de barrio matrix.

Hace cinco años el nombre de Las Balsas era común en los medios de comunicación. Las casas se encontraban en situación ilegal y el Ayuntamiento requería a una población mayoritariamente pensionista sufragar los costes de la urbanización de las calles para poder regular las viviendas. Protestas e interrupciones de obras y negociaciones concluyeron con la evidente mejora de este núcleo urbano hace tres años. Desde entonces luce pavimentación e iluminación nueva, pero al Ayuntamiento se le ha venido olvidando la identificación de las vías. Al menos, la instalación de placas y números, porque en el GPS sí tienen nombre.

"Yo vivo en la calle Celindo, lo sé porque mi hija se ha metido en el ordenador y me lo ha dicho. El Ayuntamiento, cobrar ha cobrado, pero no ha puesto la dirección y esto es un desastre", protesta Manuel García, uno de los vecinos que ha sufrido la ansiedad de estar pendiente del buzón. Ese que ni tiene nombre ni número. "Estuve muchos años trabajando en Alemania y tenía que arreglar mis papeles. Ha sido un auténtico lío", comenta.

Bien lo saben en la Oficina de Correos a donde llegan las quejas de forma habitual. Las Balsas son apenas cinco vías, flanqueadas por las calles Concordia y Solidaridad y la carretera del Cementerio. Solo hay una única placa con el nombre de Las Balsas. El resto es una incógnita para los carteros, aunque cuentan con una estimable ayuda, la de María del Mar. No tiene los poderes de Matrix, pero el hecho de haber nacido en El Alquián la han convertido en la tabla de salvación de este servicio postal.

"Llevo veinte años trabajando de cartera y, como soy además de El Alquián, me conozco a todo el mundo." No le toca repartir en Las Balsas, si bien le distribuye el trabajo a sus compañeros. "Les ordeno las cartas de la primera, segunda calle, etc., y les voy poniendo número pero, como se salten uno, ya va equivocado todo", comenta María del Mar.

Son multitud las ocasiones en las que estos vecinos tienen que intercambiarse la correspondencia o devolverla en la oficina. No faltan, desde luego, quienes se han ingeniado soluciones. Hay quienes han contratado un apartado de correos y otros han decidido colocar en sus puertas el número que a ellos más le ha gustado. El preferido, vamos. Los hay que incluso que se han inclinado por lo más económico, como pintar a boli sobre el buzón la numeración que creen que les corresponde.

Otros servicios no tienen sin embargo esa maría del mar que les aclare el embrollo. Fe de ello la da Juan Asensio, taxista de profesión. "Intentan pedirte un servicio y te explican cómo puedes llegar, pero como no hay nombres en toda esta zona y tampoco en Los Cortijillos, es un jaleo. Puedes usar el GPS, donde te aparecen el nombre de las calles, y no sirve de nada." Son dos ejemplos de lo que los vecinos de Las Balsas consideran, más que molesto, un riesgo: Se preguntan qué pasaría si lo que requieren es una ambulancia.