El Barrio Alto celebra los 50 años de casados de Rafael y Candelaria
La iglesia de San José fue el templo escogido para oficiar las Bodas de Oro de dos enamorados que ejemplifican aquello de que el amor si puede ser eterno
En estos tiempos de crisis que el amor perdure durante más de cinco décadas es todo un hito al alcance de muy pocos. Es el caso de Rafael Almazán y Candelaria García que ayer cumplían un sueño, celebrar sus Bodas de Oro en la iglesia de San José del Barrio Alto. Todo un ejemplo del amor puro, el de toda la vida, el que sigue provocando las mariposas en el estómago y en el que el respeto nunca está reñido con la amistad y el cariño.
Engalanados con sus mejores galas y con la sonrisa y esa mirada cómplice que siempre le has caracterizado, Rafael y Candelaria rememoraron nuevamente el Sí quiero con el mismo nerviosismo y la felicidad que hace 50 años, eso sí, un 6 de noviembre de 1960.
Para tan importante celebración esta vez estuvieron acompañados de sus hijos, de sus nietos y de sus familiaras más allegados, esos que siempre confiaron en la férrea y estrecha relación entre Rafael y Candelaria. Una pareja que tuvo su primer chispazo de amor en Dólar (Granada) cuando se conocieron siendo muy jóvenes. Allí surgió el amor, ella tenía 16 años.
Una sensación que volvía a repetirse y reproducirse mientras el cura de la iglesia de San José pronunciaba aquellas palabras mágicas que tantas veces soñaron escuchar en sus tiempos mozos y que este domingo volvían a revivir con la misma ilusión.
Cincuenta años de amor celebrados con un redoble de campanas en el Barrio Alto, el lugar que les ha visto crecer desde que decidiesen en 1966 venir a trabajar a Almería con muchos sueños y sus ahorros bajo el brazo. Fundaron la empresa Legumbres Almazán, y como las lentejas , siempre las tomaron, en las buenas y en las malas, dando fruto a una historia cada vez menos común pero ejemplificante para las generacioens venideras: el amor sí es eterno.
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