Un patrimonio perdido

El Barrio Alto, el señero y gran desconocido

  • Empezará a tener su tipología actual desde mediados del siglo XIX y primeras décadas del siglo XX. Sus casas de “Puerta y Ventana” han sido siempre la seña de identidad

El Barrio Alto, el señero y gran desconocido

El Barrio Alto, el señero y gran desconocido

El Barrio Alto, zona antigua y tradicional de la ciudad, cuya calle principal, La Calle Real del Barrio Alto, desemboca en la urbanizada Rambla de Federico García Lorca y por la otra en la Carretera de Ronda, está muy cercana al centro de la ciudad y al casco histórico. Será en el siglo XVIII cuando ya empiece a formarse una zona separada del núcleo urbano de Almería, al otro lado de la Rambla de Belén y de la Rambla Amatisteros, y en cuya confluencia de ambos cauces de la Rambla, surgió la arteria principal y la que identifica al barrio: el denominado Camino Real, la actual Calle Real. A ambos lados de esta calle se irían conformando y construyendo las calles y las viviendas. El antiguo camino Real dividía las dos zonas del Barrio Alto, la zona sur, la más pobre pero la más genuina y la parte norte por la zona del camino de los Depósitos.  Estuvo muy cerca de la primera Plaza de Toros de 1849, sita en la zona del Malecón de los Jardinillos, junto a la calle Murcia y la Rambla. En la calle Real que linda con carretera Ronda, se encontraban caminos rurales, como es la antigua Carrera del Perú, hoy toda urbanizada. El antiguo Camino de las Cabras, es otra de las vías principales del barrio que corresponde a la actual calle San José Obrero.

El Barrio Alto, empezará a tener su tipología actual desde mediados del siglo XIX y primeras décadas del siglo XX. Sus casas de “Puerta y Ventana” han sido siempre la seña de identidad de este popular barrio obrero. Entre sus actuaciones urbanística, destacan los insignes arquitectos  Trinidad Cuartara Cassinello y Enrique López Rull . Tras alinear Trinidad Cuartara la actual calle  Sor Policarpa y Santa Isabel (antiguo camino de los Depósitos) se decidió construir los nuevos depósitos de agua: unos aljibes del siglo XIX con techos abovedados y arcos que empezaron a funcionar tras el desuso de los antiguos aljibes  árabes de Jairán del siglo XI, abastecidos por las Fuentes de Alhadra. Estos nuevos aljibes de Santa Isabel siguen funcionando en la actualidad.

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El Barrio, se vio afectado por las inundaciones de septiembre de 1891 y  la riada del 2 de abril de 1970. La de 1891 afectó a las humildes construcciones que tenía junto a la Rambla, quedando en muy mal estado sus calles y viviendas. La riada de 1970 tuvo consecuencias fatídicas terminando con su crecimiento y desarrollo, muchas familias se tuvieron que ir porque quedaron sin casa.

A comienzos del siglo XX comenzaría la construcción de la iglesia del barrio de manos del arquitecto municipal Enrique López Rull. El templo fue bendecido el 16 de abril de 1903, siendo dedicado a San José Obrero en honor a la clase trabajadora que predominaba en el barrio dedicada principalmente a la pesca y a la minería del hierro que en aquel momento estaba en pleno apogeo. Era una iglesia de pequeñas dimensiones con una torre. Durante la Guerra Civil fue incendiada, siendo rehabilitada después de la Contienda.  En 1975 se inaugura una nueva iglesia a cargo del arquitecto Javier Peña porque la antigua tenía los cimientos muy debilitados y además se había quedado pequeña para su crecimiento. Preside el Altar Mayor la imagen de San José y el Niño con el banco alrededor, ejecutada entre 1946 y 1947 por D. Domingo Sánchez Mesa. Durante la dictadura franquista la palabra obrero estaba más identificada con ideologías de izquierdas y se cambió por la de San José “Artesano”, no volviendo a retomar su primitivo nombre de San José Obrero hasta el comienzo de la democracia. En la iglesia hay un crucificado de gran devoción. Es el llamado “Cristo del Perdón”, donde se funden las raíces en 1980 de la Hermandad Juvenil del Santo Cristo del Perdón.

A mediados del siglo XX el Barrio Alto creció urbanísticamente. El éxodo de muchos pueblos a la capital fue uno de los motivos de este desarrollo. Muchos de los habitantes de los pueblos se concentraron en esta zona porque apenas tenía construcciones a ese lado de la rambla, siguiendo rodeado de antiguos parajes. Durante la época franquista, se construirían tres grupos de viviendas a cargo de la Delegación Nacional de Sindicatos. Las dos primeras se construyeron en 1955 junto a la Rambla, creando el denominado “barrio de los pintores”, viviendas que podemos hoy seguir viendo. Eran bloques de 4 plantas con un diseño predefinido, un grupo se denominó “Alejandro Salazar” y el otro “Onésimo Redondo”. Estos bloques tenían la característica de poseer tejados Un tercer grupo se construyó alrededor de la Plaza Béjar, conocida antiguamente como la del “Pilar” de agua situado allí junto a un patio donde la gente del barrio lavaba la ropa. Aquí se encontraba en la Guerra Civil el Refugio. Este grupo de viviendas más reducido denominado Fructuoso Pérez, tenía un diseño parecido pero con la característica de tener las escaleras semiexternas en la fachada y carecer de tejados.

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Otro grupos de viviendas, las denominadas “casitas de papel” que hoy todavía podemos contemplar,  se construyeron al norte del barrio alto en 1950, entre la rambla Amatisteros y Avenida Santa Isabel, situadas en calles que tienen nombres de planetas, tenían su propia seña de identidad con un estilo arquitectónico muy rural.

El Barrio Alto a partir de la segunda mitad del siglo XX empezó a despuntar y era muy bullicioso: en sus calles había numerosos comercios, especialmente en la calle Real: bodeguillas, confiterías (con sus singulares medias lunas), panaderías, barberías y tiendas de ultramarinos. Todavía hoy podemos ver la fachada de la conocida bodega bar “Texas”. Las casas tradicionales y con fisonomía horizontal le daban una seña de identidad al barrio, adquiriendo mucha vida tras la construcción en los años 50 del Cine Monumental y la Terraza Oriente.

Las fiestas del Barrio Alto en honor a San José,eran muy populares, se celebraban antes de las cruces de mayo y las mayas (éstas de gran tradición en el barrio). Tenían una iluminación extraordinaria y se concentraban entre el antiguo Camino Real y la Plaza de la iglesia. La calle Real, desde el bar Texas hasta la esquina de la Rambla, se llenaba de puestos ambulantes y en la Plaza de la iglesia generalmente iban las atracciones infantiles, los denominados “cacharricos”.

 Hasta comienzos del siglo XXI el barrio conservaba gran parte de su arquitectura tradicional y será en aquel entonces cuando empezó a revivir o “conocerse mejor” de su antiguo aislamiento con la transformación urbanística de la Rambla. Esta obra fue muy notoria para el Barrio porque ganaba en cercanía al centro.

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