En pleno corazón del casco histórico, se encuentra esta vía, la de Braulio Moreno, que comunica el Hospital Provincial y la Plaza Virgen de Mar. Un pasadizo peatonal de esos a los que ahora se define con el término de encanto que está caracterizado por su arco. Es un elemento que goza de protección por su valor histórico y arquitectónico que, sin embargo, la falta de la debida conservación provocó, como prueba evidente de ello, que este verano se viniera parcialmente abajo. Después de muchos años abandonado este pasadizo y su característico arco a su suerte, la nueva propiedad ha decidido atajar el deterioro con obras de rehabilitación con las que Almería podrá conservar una de sus calles antiguas más típicas.

Tanto el arco como el pasadizo forman parte del conjunto de la vivienda situada en la calle Real, número 76. Aunque muchos creen que, al ser un vía de paso –muy transitada, de hecho– es propiedad del Ayuntamiento de Almería, lo cierto es que ha pertenecido y pertenece a privados, sobre los que ha venido recayendo el deber de conservación y una retahíla de órdenes disciplinarias emanadas por el Consistorio con medidas preventivas, de obras y advertencia de multas, que han ido cayendo en saco roto.

La situación de abandono viene de hecho de lejos, con un expediente, ya largo y que ha ido sumando deficiencias, abierto por el Ayuntamiento de la capital en el año 2007, en el que ya se le notificaba a los propietarios de entonces la falta de mantenimiento y la necesidad de llevar a cabo obras que preservaran la existencia del arco y otros elementos protegidos. Se trata de un edificio de dos plantas, con nivel de protección cuatro, tanto para la fachada como para el pasadizo peatonal. Según explica Urbanismo, el expediente ha ido creciendo con el paso de los años, incorporando los informes resultantes de visitas giradas por la Policía Local, Bomberos y los técnicos municipales, además de las quejas vecinales por el mal estado de todo este espacio.

Adecuado mantenimiento, tanto de la fachada como de los patios interiores, cubiertas o necesidad de impermeabilización, así como medidas preventivas como vallado del espacio, son algunas de las actuaciones que ha venido requiriendo el Ayuntamiento en estos años, con una evaluación inicial de 6.000 euros, cifra que ha ido elevándose y multiplicándose en una tramitación que, como recuerdan, está reglada y, por tanto, sujeta a tiempos y procedimientos antes de que la acción municipal pueda intervenir con una ejecución subsidiaria. La última orden fue emitida en noviembre de 2020. Y será finalmente atendida, con una intervención que va más allá de las mejoras indicadas.

Esta vivienda (los números 76 y 78 de la calle Real), ha sido adquirida por un nuevo propietario, dispuesto a rehabilitar todo el conjunto con un proyecto de vivienda que respeta los elementos protegidos. Ha presentado en el Ayuntamiento un informe técnico del arquitecto contratado y hay registrada solicitud de licencia de obra mayor, que está siendo supervisada por los técnicos municipales.

Mientras, ya se está actuando para evitar que se produzcan más desprendimiento en este lugar en los que los historiadores sitúan la antigua cárcel de Almería, datada como mínimo desde 1789, y cuya entrada estaba en la calle Real y ocupaba el solar de las actuales calles Braulio Moreno y Pintor Martínez de la Vega, para convertirse luego en viviendas con un arco que las reforzaba frente a los terremotos.